Bajo el panel “Crimen Transnacional”, en la última jornada de la 10ª Conferencia de Seguridad Hemisférica, organizada por la Fundación TAEDA y el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas, se abordó el impacto de la ola delictiva en Latinoamérica y el trasfondo económico que hace de sostén para el crimen organizado transnacional.
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Las dinámicas del crimen organizado en Latinoamérica
La cumbre que reunió a funcionarios de distintos sectores, expertos y académicos, abordó un problema transversal y profundamente arraigado en la diaria de los países de Latinoamérica y el Caribe: el crimen organizado y las economías ilícitas.
Pablo Zeballos, asesor senior de la Fundación TAEDA; Félix Maradiaga de la Fundación Friedrich Naumann; Eduardo Gamarra, profesor del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de FIU; y Wolf Pamphile, Director Ejecutivo de Haití Policy House, fueron los encargados de disertar en el panel “Crimen Transnacional”, moderado por Katharina Krakow, manager de proyectos regionales para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann.
“El modelo de la criminalidad organizada que observamos hoy día es esencialmente económico”, dijo Pablo Zeballos, asesor superior de la Fundación TAEDA. “Debemos sacarnos de la cabeza que el crimen transnacional es solo narcotráfico”, agregó y puso como ejemplo que las ganancias del oro ilegal ya son mayores a las del narcotráfico en Perú.

En ese sentido, Wolf Pamphile, director ejecutivo de Haiti Policy House, ejemplificó con el del tráfico ilegal de anguilillas de Haití que tuvo a Japón como destino final y generó 13 millones de dólares entre 2022 y 2023 aproximadamente.
Por otro lado, Pablo Zeballos achacó que los gobiernos de la región están concentrados en la violencia convencional, la más visible de todas, y no aborda las raíces del problema, como son las condiciones sociales y el reclutamiento de menores de edad. “El crimen organizado busca pasar de la economía ilegal a la economía formal. Lo que antes era ‘plata o plomo’, hoy se convierte en corrupción e influencia sobre las leyes y las políticas públicas”, advirtió.
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El sandinismo en Nicaragua y la crisis en Haití
Félix Maradiaga es un exiliado nicaragüense que se desempeña como miembro de la Fundación y centró su participación en la experiencia con el sandinismo que hoy gobierna el país.
Quien fue Secretario General del Ministerio de Defensa durante la presidencia de Enrique Bolaños describió que el Frente Sandinista, actualmente en el poder, no abandonó sus redes criminales y se consiguió como una “mafia altamente organizada”.

El académico señaló que esta estructura recibió entrenamiento militar en Libia y que tras la muerte de Muamar Gadafi consolidó su poder con el otorgamiento de 55.000 pasaportes nicaragüenses a grupos terroristas. También denunció que 266.000 personas fueron traídas en vuelos chárter desde el año 2022 por el gobierno de Daniel Ortega.
“Ortega convirtió al Estado nicaragüense en un aparato mafioso. La migración se convirtió en un arma política. “Cuando el perpetrador del crimen transnacional es el Estado mismo, no puede ser tratado como un actor normal del sistema. Debe ser abordado como parte del crimen organizado”, expresó Maradiaga.
Por su parte, Wolf Pamphile destacó la complejidad del caso de Haití y la complicidad de los distintos sectores en la crisis interna. “En Haití unas 13 familias controlan toda la economía. Por ejemplo, una sola familia controla el 97% de los alimentos. Si deciden aumentar los precios, pueden financiar a las pandillas para generar caos y especulación”, indicó Pamphile, quien también apuntó contra la ineficiencia de las sanciones internacionales, denunciando que muchos de los sancionados viven en Miami y no en Haití.