El intendente de General Villegas cuestionó el centralismo en la distribución de recursos y exigió infraestructura básica para el interior.
Durante los actos por el 125° aniversario de Cañada Seca, Gilberto Alegre fue contundente al denunciar la inequidad que vive la región: “Producimos más del 40% del PBI y recibimos apenas el 20%”. Los festejos postergados el 26 de abril, por el duelo decretado ante el fallecimiento del Papa Francisco, se realizaron el jueves 1 de mayo.
El acto fue presidido por el intendente Gilberto Alegre, quien estuvo acompañado por funcionarios municipales, concejales, consejeros escolares, funcionarios policiales, personal de la delegación local, personal docente y banderas de ceremonia de establecimientos educativos e instituciones, junto a vecinos de la localidad.
El acto de izar el pabellón nacional estuvo a cargo del intendente municipal, la secretaria de Obras Públicas, Alejandra Matellán; el presidente de la Casa de la Cultura, Juan Barrios y el encargado de la delegación local.
Tras entonar las estrofas del Himno Nacional, que fue interpretado en lengua de señas por los integrantes de la Casa de la Cultura, se descubrió una placa de la Municipalidad de General Villegas alusiva a la fecha, por el intendente Gilberto Alegre y el presidente de la Casa de la Cultura, que fue bendecida por el diácono Juan Eduardo Carreras y se escuchó el mensaje del pastor Juan Ceferino Giovanella.
En primer lugar, dirigió la palabra Juan Barrios, presidente de la Casa de la Cultura, quien destacó la llegada de nuevas empresas y la necesidad de mejorar la infraestructura, como rutas y servicios básicos. Enfatizó además, la importancia de gestionar activamente el desarrollo del pueblo y la colaboración entre instituciones.
Barrios dio inicio a su mensaje deseando un feliz día del trabajador a todos e invitó a encontrar entre todos, “coincidencias que nos ayuden a resolver los nuevos desafíos. Cañada surgió como resultado de la donación de tierras por la familia Casal para construir un pueblo, y que en él se radicaran colonos que las trabajaran. Fue una alianza entre el capital y el trabajo, que fue clave en todo el país para su desarrollo”.
“Recuperar esas alianzas sería fundamental para el despegue de nuestro interior, que a pesar de producir alimentos para millones, no cuenta con la infraestructura adecuada a los tiempos que vivimos. Nuestra localidad cuenta con grandes avances, que día a día se van incorporando, como la creación de empleo con la llegada de nuevas empresas”, indicó.
Finalmente, pidió que “no paremos nunca de gestionar y trabajar para el desarrollo. Necesitamos salud, cloacas, gas, viviendas y una ruta segura. No son imposibles, y no van a venir solos si no nos ocupamos de gestionarlos. Preocuparnos y ocuparnos deben ir de la mano. La materia prima está intacta y son las instituciones y su gente. El ejemplo más claro es el trabajo realizado para este aniversario entre todas las instituciones locales. Puede que haya fallas, puede que haya diferencias, pero rescato el hecho de habernos juntado con un objetivo común y superior. Podemos replicar ese trabajo en muchas otras áreas y seguramente lograremos resultados sorprendentes. Si no tenemos desafíos, nos estancaremos. Invitémonos a soñar como aquellos primeros pobladores y luchemos por dejar a nuestros hijos un Cañada seca mucho mejor”.
Por su parte, el intendente Gilberto Alegre destacó en su mensaje, el contraste entre la riqueza que produce la provincia de Buenos Aires y la falta de infraestructura básica como cloacas y agua. Criticó las políticas del gobierno nacional que afectan a la comunidad y demandó un retorno justo de los recursos. Asimismo, reafirmó el compromiso de construir un futuro mejor para los jóvenes de la región, promoviendo la educación en tecnología y la creación de oportunidades locales.
En primer lugar, el intendente Alegre felicitó a Juan Barrios “por su excelente diagnóstico de las cosas que pasan en Cañada Seca, que son las mismas que pasan en todo el interior del país”.
“Venimos a recordar, a homenajear a los pioneros que se asentaron con una visión de futuro y esperanza, que se fue diluyendo por las erróneas políticas aplicadas desde el centro del poder, tanto desde la nación como desde la provincia. Eso no se ha revertido y nosotros pagamos esas consecuencias, porque es inexplicable que viviendo en un territorio que produce tanta riqueza, carezcamos de cloacas, de agua, que las rutas estén destrozadas”, señaló.
En otro pasaje de su mensaje, apuntó directamente contra el desequilibrio en la distribución de los recursos nacionales. Rodeado de autoridades locales, vecinos y representantes de instituciones, Alegre planteó con firmeza la necesidad de un cambio profundo en la forma en que se gestiona el desarrollo del interior del país.
“Venimos a recordar a los pioneros que soñaron con un pueblo próspero, pero ese sueño se fue diluyendo por las erróneas políticas aplicadas desde el centro del poder”, expresó el jefe comunal, quien lamentó que, a pesar de la riqueza generada en la región, “carecemos de cloacas, de agua y nuestras rutas están destrozadas”.
Alegre denunció que Buenos Aires, siendo la provincia que más aporta al Producto Bruto Interno (más del 40%), recibe un porcentaje sustancialmente menor en devoluciones del Estado nacional. “La provincia de Buenos Aires produce más del 40% del Producto Bruto Interno que produce el país y retorna poquito más del 20%. Salvo Córdoba, Santa Fe, Mendoza y CABA, las demás provincias reciben aportes de la provincia de Buenos Aires. El dinero se concentra en el centro y no retorna. Es un modelo injusto que nos condena al atraso”, afirmó.
El intendente también se refirió a la necesidad de que las políticas públicas contemplen el presente de las comunidades del interior. “El gobierno nacional ha hecho un ajuste enorme que no considera las urgencias cotidianas de nuestra gente. La Ruta 33 es un claro ejemplo: cada día tenemos tragedias evitables”, remarcó.
Más allá del diagnóstico crítico, Alegre compartió una visión esperanzadora enfocada en la educación tecnológica y la generación de oportunidades para los jóvenes. “Estamos trabajando para que puedan formarse aquí, sin tener que emigrar. Ofrecemos carreras universitarias en la región y apoyamos a las instituciones que dan contención y futuro”, explicó.
Cerrando su mensaje, en coincidencia con la conmemoración del Día del Trabajador, el intendente convocó a la comunidad a no resignarse. “Vamos a seguir, pero también vamos a pelear. No debemos temerle a ningún nivel de gobierno. Todos son responsables de lo que nos ocurre. Vamos a construir un futuro distinto para que nuestros hijos no sufran la tragedia del desarraigo”, concluyó.
Tras las palabras, el intendente Gilberto Alegre y el presidente de la Casa de la Cultura, hicieron entrega de presentes a las habitantes más longevas, Elsa Luisetti de Santiago y Cecilia Pagani de Riva y al cañadense más joven, Faustina Lescano.
La representación alusiva estuvo a cargo de alumnos del Taller Municipal de Folklore y Tango que dirige el profesor Gastón Courreges, quienes dejaron cuadros de chamamé, rasguido doble, quejas de bandoneón, zum y tanguera.
Retiradas las banderas de ceremonia y finalizado el acto, dio inicio sobre la calle Saavedra Lamas, el Destile Criollo, tras la autorización solicitada por la representante del Centro Tradicion, Verónica Medina, del que participaron la Agrupación El Rejunte (Cañada Seca), Agrupación Gaucha (Santa Regina), La Vuelta de Martín Fierro (General Villegas), Agrupación Los Amigos (General Villegas), Arrastrando Tradición (General Villegas) y Pelos Entreverados (Rufino, Santa Fe).
La celebración continuó en el predio de la Casa de la Cultura, donde se compartió el cierre del Concurso de Asadores 125° Aniversario. A las 15 horas, se inauguró la muestra histórica y se llevó a cabo un recorrido histórico educativo por las instituciones del pueblo.
La jornada de celebración finalizó con la realización del Festival Aniversario, desde las 18 horas, en el Club Atlético y Social.
Cañada Seca: 125 años de su fundación
En 1889 se tiende la línea del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) y son donados por Adolfo Casal y su esposa María Ferbeyre de Casal, 417.717 metros cuadrados de superficie destinados a estación y vías. En el kilómetro 30 del ramal Rufino a Italó, la empresa construyó una estación a la que se dio el nombre de Cañada Seca, confirmada en forma oficial por Resolución del 26 de abril de 1900.
El nombre se otorgó debido a las características del terreno: una cañada que en ese momento estaba seca pero que, en épocas de grandes lluvias, causó preocupación a sus habitantes.