19 represores condenados por delitos de lesa humanidad, como Astiz y Suárez Mason, fueron trasladados a una cárcel en Campo de Mayo.
El pasado viernes, 19 exmilitares condenados por delitos de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz y Carlos Suárez Mason, fueron trasladados del penal de Ezeiza a una unidad penitenciaria en Campo de Mayo, destinada a jerarcas de la dictadura. Esta decisión responde a la reforma que se llevará a cabo en la cárcel de Ezeiza, que ahora se destinará a alojar mujeres y detenidos de “alto perfil”.
Controversia por el traslado
El traslado generó un fuerte rechazo de los organismos de derechos humanos, que acusan al gobierno de dar privilegios a los represores. En contraste, desde el Gobierno explicaron que el penal de Campo de Mayo no es una “cárcel VIP” y que en el pasado ya habían estado allí otros represores peligrosos durante el kirchnerismo.
Los traslados: más allá de los represores
A este grupo de exmilitares también se les unieron otros detenidos de relevancia, como el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime, condenado por corrupción. Todos fueron alojados en el Penal de Campo de Mayo, unidad 34, que fue reformada y trasladada bajo el gobierno de Cristina Kirchner en 2007.
Con este nuevo movimiento, se busca adaptar las instalaciones a las nuevas necesidades del sistema penitenciario y de los detenidos que requieren un lugar de reclusión más adecuado.