En la Argentina, cada 29 de agosto se celebra el Día del Abogado, en homenaje al nacimiento de Juan Bautista Alberdi, uno de los grandes pensadores y juristas del país, cuya obra “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina” fue la guía fundamental para la redacción de la Constitución Nacional de 1853.
La fecha no solo recuerda a Alberdi, sino que también constituye un reconocimiento a todos los profesionales del Derecho que día a día ejercen una tarea fundamental: defender la justicia, garantizar los derechos y fortalecer la vida democrática.
En un contexto social y político marcado por desafíos, el rol de los abogados adquiere un valor aún mayor. Son quienes se convierten en la voz de quienes buscan respuestas, quienes interceden ante las instituciones para que se respeten las garantías constitucionales y quienes acompañan en los procesos donde la equidad y la verdad deben prevalecer.
Más allá de la imagen del abogado en los tribunales, su labor también está en el asesoramiento cotidiano, en la resolución de conflictos y en la construcción de una sociedad donde el Estado de Derecho sea el pilar central.
En este Día del Abogado, se recuerda que la profesión no solo implica un título, sino también un compromiso ético y social con la comunidad. El derecho, como decía Alberdi, no es letra muerta: es la base que sostiene la libertad, la igualdad y la justicia.