23.5 C
Buenos Aires
miércoles, octubre 15, 2025

9 cosas que no sabías de Kim Kardashian: de su mayor deseo, a lo primero que haría si tuviera un día libre de paparazzis

Más Noticias

De asistente de Paris Hilton a socialité hiper clickeable y realeza global. Creció al paso de Instagram, incluso dictando las modas en la app de la camarita que acaba de cumplir 15 años de vida. De su portada más viral para Paper Magazine, donde se mofó de que muchos la criticaran diciéndole que su único talento era su parte trasera, a marcar tendencia primero con los filtros y después en los quirófanos, Kim Kardashian (44) es mucho más que una marca registrada. 

Catalizadora de escándalos y optimizadora serial del engagement que generó su vida privada convertida en reality y dueña de un emporio cosmético que lleva su nombre (sin contar sus intentos en otras industrias como el gaming; lanzó en 2014 Kim Kardashian: Hollywood, su propio juego), se erigió a sí misma en una cascada de decisiones marketineras. No caben dudas de que su iconicidad digital se debió al pulso propio para entender lo que la época necesitaba.

Las maniobras “calculadoras” de las mujeres de las Kardashians son tradición familiar. De Kris Jenner en adelante, no quedó temática o relación por vender. Acá, Kim en un editorial de Vogue en épocas donde la ostentación era parte fundamental de su estratégico y lujurioso show.

Tanto es así que uno de los grandes movimientos de la posteriormente «reina de Instagram» fue «romper internet» antes de que el término existiera. Su romance con Kanye West en el pináculo de su carrera le dio el empujoncito que le faltaba, acercándola en 2019 a la cima con su primera tapa de Vogue. Y no fue poca cosa recibir la bendición de Anna Wintour: esa que tanto se había hecho esperar.

2019. Su esperado desembarco en Vogue finalmente le tocó tras una resistida negativa de Wintour. Cuentan que Kanye tuvo mucho que ver en ablandar a la dama de hierro de la moda.

Dicen que cuando no la quería ni ver, la afamada editora solía decir que su estilo era «lo peor desde las sandalias con calcetines». Por entonces las marcas de lujo pedían especialmente dejar afuera de las ediciones a la protagonista de Keeping up with the Kardashians: incluso tras asistir a sus desfiles. 

A continuación, los secretos de la pionera de las selfies que en 2015, en su mayor récord de likes, editó Selfish (Egoísta), un libro que compila sus mejores autofotos y fue entrevistada en más de una oportunidad por quien escribe.

Reina del algoritmo. Su adaptabilidad extrema a lo que la masa «compraba», mezclada con intuición y los estilistas del momento («servir moda» siempre fue su gran capital), fueron la fórmula para dar el golpe antes que nadie.

1. De un local de ropa y asistir a Paris Hilton a dominar el mundo

Antes de ser el fenómeno global que es, en 2006, Kim y sus hermanas montaron su primer local de ropa, DASH, en Calabasas. Lo atendían ellas mismas, a veces con sus propias prendas, otras con piezas vintage. Era más una excusa para estar juntas que un negocio. Pero ese espacio sería su primer laboratorio mediático: cámaras, estilo, y un olfato para convertir la moda en show. En paralelo, Kim trabajaba como asistente personal de Paris Hilton y, sí, vivía de los flashes ajenos. Sus tareas incluían organizar su guardarropa, vestirla y acompañarla a eventos. 

Además de su estilista, Kim Kardashian era la asistente todoterreno de Paris. Hasta le hacía masajes en los pies.

El verdadero punto de quiebre vino poco después, cuando la llamaron para ser presentadora de los MTV Awards en Guadalajara (México) en 2008. Pero fue un simple volantazo a la hora de reemplazar una baja. «¿Qué les parece llamar a esta chica californiana?», dijo uno de los productores del show señalando a una morocha curvilínea que había fichado pero pocos conocían.

Kim en sus épocas de estilista de Paris Hilton.

En una edición en la que Katy Perry cantó en vivo I kissed a girl y donde los nombres iban de Jared Leto y Kiss a Tila Tequila, Kimberly hizo una aparición más que breve, pero ese primer espaldarazo la puso en el candelero. Era el debut de una nueva especie de celebrity: una que no necesitaba cantar, actuar ni bailar: sólo ser vista.

2008. Kim Kardashian en la red carpet de los Premios MTV en Guadalajara, México.

2. El reality como espejo de familia y estilo de vida

“Grabamos de 9 a 7, es como tener nuestras propias películas caseras”, decía Kim a GENTE agotada tras las interminables sesiones. En el set de Keeping Up with the Kardashians, la reina del clan más mediático vivía para contarlo y convertir lo cotidiano en material televisivo. No había guiones, no había filtros: se trataba de una familia aprendiendo a narrarse. «Somos hermanas y hermanos que viven juntos, así que nos mostramos tal cual somos. Nadie nos dice qué hacer», juraba. Esa mezcla de transparencia e inteligencia editorial fue el blueprint de toda una era digital. 

Keeping up with the Kardashians, un clásico de E! Entertainment durante 14 temporadas.

En su momento, la empresaria explicó que el reality fue fundamental en su éxito y en el de su familia y sostuvo que «sin Keeping Up With The Kardashians, no estaría donde estoy hoy». Tanto es así, que admitió, estará «para siempre» en deuda con el show. La entrega de su vida fue total: el reality con 14 años interrumpidos en pantalla (hasta septiembre de 2020, cuando la familia decidió ponerle fin) incluyó triunfos y derrotas, risas y lágrimas. Del pedido de mano de Kanye en 2013 a las peleas irrisorias entre hermanas y del robo a Kim en París al cambio de sexo de Bruce Jenner a Caitlyn: todo parecía destinado para captar la atención. Eso en un momento en el que las redes no nos habían lobotomizado como hoy, claro. 

Las mujeres de la familia posan para la miniserie House of Kardashian (Universal+).

3. Cuando el flash se vuelve refugio

Su mansión de Hidden Hills no es sólo lujo (después de una remodelación en marcha, la propiedad cotizará 60 millones de dólares): es el lugar donde se siente a salvo. Tras el robo en París en 2016 (el episodio que casi logra quebrarla emocionalmente), Kim rediseñó su vida. Seguridad reforzada, perfil bajo, y una obsesión: proteger a sus hijos de lo que a ella la devoró. “Si pudiera tener un domingo libre…”, nos decía. Pasó de la ostentación de lo privado a la discreción como el verdadero lujo.

Uno de los ambientes de la casa situada en Hidden Hill, Los Ángeles, que compartieron Kim Kardashian y Kanye West en lo que duró su matrimonio (2014-2021).

Eso sí, como todo lo que toca, su hogar minimalista cuya estética evoca un «monasterio belga futurista» (es obra del arquitecto Axel Vervoordt) se convirtió en referencia obligada para interioristas y expertos. Pero va por más. No sólo salió en Architectural Digest, la nueva etapa de construcción contempla nuevas habitaciones y espacios subterráneos como un centro de bienestar, una bóveda y un estacionamiento bajo tierra, lo que convertirá a la vivienda en algo más que un fuerte contra eventuales catástrofes. 

4. El test más loco que se hizo 

De chica, Kim era introvertida. Cuentan que entendió que podía usar esa timidez como misterio, y convertir la exposición en control. El resultado: una profesional del silencio selectivo. Dice menos de lo que muestra, y muestra más de lo que dice. Pero cuando tiene que defenderse, Kim saca sus armas con originalidad. Algo así ocurrió en junio de 2011. Todo el mundo dudaba de sus voluptuosas curvas y ella no tuvo mejor idea que remitirse a las pruebas para confirmar que su trasero era cien por ciento natural. 

«¿Qué argentina se atrevería a hacer lo mismo?», se preguntaba GENTE en 2011 cuando Kim Kardashian compartió evidencias de que su trasero era 100 por ciento natural. Sí, por entonces era una cuestión de estado.

¿Qué hizo? Publicó en Twitter una foto suya junto a una radiografía que confirmaba que no había rastros de prótesis o implante alguno y que no había recurrido a ningún artilugio para aumentar el tamaño de sus nalgas. Aunque hoy parezca inaceptable que una parte del cuerpo de alguien sea tan mencionada, sexualizándola con tanto énfasis, vale decir que ella misma hacía un gran marketing a raíz de su voluptuosidad y no tenía pudor alguno a la hora de convertirlo en tema. ¿No es suficiente? Bueno, tres años después de eso decidió asegurar sus caderas por 21 millones de dólares.

5. North no iba a llamarse North

El nombre más icónico del clan nació de un rumor. “North West” -el nombre elegido para la primogénita de Kim y Kanye- empezó como un chiste, pero fue Anna Wintour quien avaló la ocurrencia en un almuerzo. Kim entendió el signo: un nombre direccional, simbólico, inolvidable. Así se bautiza una era, dijo la pareja al unísono. Más tarde, los papis sumaron que además de «noroeste», su nombre simbolizaba «el punto más alto de su relación» y que también sonaba como una suerte de sinónimo de «poder supremo». Al bautizar a los hermanitos de Mrs Westie, Kim & Kanye no se quedaron atrás: Saint, Chicago y Psalm West

Los 4 hijos de Kim Kardashian y Kanye West posan juntos para una fotos navideñas
Los cuatro hijos de Kim Kardashian y Kanye West posan juntos para una fotos navideñas.

Después de haber superado tensiones (la pequeña se enojó con su madre durante un año tras el divorcio con Kanye), hoy Kim y North comparten risas, TikToks y hasta eventos como la MET Gala. North es de esas figuras públicas millonarias que vimos crecer y pasar de coleccionar muñecas LOL Surprise a vestirse como una de ellas. Y como era de esperarse, Kim va en camino a convertirse en la «madre de» North. 

En 2017 posó con su hija North mientras emulaba a Jackie Kennedy.

6. El arte de la selfie perfecta 

“Tenés que sacar quinientas y elegir una”, confesaba a GENTE. La luz, el espejo, el ángulo. Kim convirtió el autorretrato en estrategia: cada selfie era un statement. Eso sí, como le decía a GENTE, la autofoto perfecta tiene sus truquitos: «La luz es todo. Depende de qué quieras lograr. Tenés que conocer tu mejor perfil». Y sentenciaba: «La mejor selfie es frente al espejo». Un entrenamiento visual que derivó en Selfish, su libro-objeto de culto que, por supuesto, conservamos en la biblioteca. 

Kim Kardashian forma copias de su libro en la Quinta Avenida. Mayo de 2015.

Se trata de 492 páginas que registran su intimidad de 2006 al 2016. ¿Un detalle imperdible? Todo comienza con su primera selfie, que data de 1984. «Le puse los aros de clip de mamá a Khloé, encontré una camarita de un solo uso y el momento quedó capturado para siempre». Por supuesto hay autofotos con su ex jefa Paris -incluso de una situación en la que estaban en Australia escondiéndose de los paparazzi y todo lo que querían era «zafar e ir a la playa»-, tomas inéditas de la boda con Kanye, desnudos frente al espejo, decenas de «duck faces» (caras de pato) en backstages, cambios drásticos de look y noches con Nicole Richie

7. Break the Internet 

Imposible olvidarse de la portada de Paper Magazine con el champagne volando sobre su espalda. Una oda al exceso, un acto de autoparodia millonaria y una mueca más de una estratega que sabía cómo construir poder. Kim entendió antes que nadie cómo viralizarse y tener a todos hablando de ella, y en su maquinaria lo repitió una y otra vez. En ese momento sumaba 25 millones de seguidores en Twitter, apenas uno menos que Oprah, y eligió desnudar su atributo más comentado. Claro que fue provocativa, pero también sarcástica. «Y ellos decían que no tenía talento… traten de hacer equilibrio con una copa de champagne sobre su trasero», lanzó el 11 de noviembre de 2014. 

La polémica portada en Paper Magazine en 2014. Marcó un antes y un después en cómo una celebrity podría usar su cuerpo como arma narrativa.

Kim prefirió calificar la sesión como un «proyecto de arte», y su director editorial, Mickey Boardman, confirmó que fue idea de ella desnudarse para la portada. Mientras algunos críticos se refirieron a la imagen de tapa como «mera provocación», otros argumentaron que se trataba de un momento histórico en la cultura pop y los medios digitales. “Todo el mundo debe hacer las cosas con las que se sienta cómodo», aseguró ella. 

8. La madre de todos los virales

De su selfie desnuda con barras negras (“no necesito ropa para sentirme segura”), pasando por su debut en Sports Illustrated Swimsuit a los 41, cada post suyo reescribió una regla. En Instagram, ella no sólo juega: dicta tendencias y convierte fans. El mismo efecto de «boca en boca» marcó sus comienzos bajo el spot: su nombre comenzó a rodar cuando en 2007 se filtró un video sexual con Ray J, filmado cuatro años antes. Y ojo que el cantante y ex pareja de la socialité vuelve a la palestra, ya que Kim y su madre denunciaron al hombre en cuestión por difamación al aseverar que son investigadas por asociación criminal.

Pero la viralidad no se festeja únicamente con escándalos. En 2021, cuando alcanzó los 250 millones de seguidores en Instagram, no subió un body de Skims ni ninguna colaboración. Eligió postear una foto de su hija Chicago con sus primas Stormi (hija de Kylie) y True (heredera de Khloé). “Si pudiera tener 250 millones de besos de nuestros bebés, mi vida estaría completa”. El golpe de efecto perfecto: ternura viral con timing quirúrgico.

La imagen con la que en 2001 celebró los 250 millones de seguidores en Instagram. Hoy cuenta con 354M.

9. La mujer detrás del algoritmo

Mientras el resto busca seguidores, ella fue y vino mil veces. Detrás de los millones y los filtros, su verdadero deseo sigue siendo humano: un día libre de cámaras, un rato sin hashtags, ninguna obligación digital. No sólo inventó una industria que no existía en las redes, si no una manera de existir bajo la mirada del mundo. Y la maquinita registradora para vender lo que se proponga, también. ¿Otro ejemplo? Con su firma de lencería acaba de lanzar una tanga con cabello púbico falso que cuesta 32 dólares.

–¿Qué harías si tuvieras un día libre de paparazzis?

–Iría al cine.

–¿Cuál fue el momento de tu vida que más odiaste que se haya difundido? 

–Básicamente, muchas de las fotos que me sacan los paparazzi. Por ejemplo, recuerdo una en la que estaba muy hinchada y embarazada. Fue horrible.

De sus fotos más recientes y en total black by Alaia. Kim se prepara para el estreno de Todo vale, la serie de Ryan Murphy junto a Glenn Close y Naomi Watts que promete ser un hit.

Fotos: Archivo Atlántida y redes @kimkardashian

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Nueva marcha de jubilados frente al Congreso con fuerte operativo policial

Una nueva movilización de jubilados tuvo lugar esta tarde en las inmediaciones del Congreso de la Nación. Los manifestantes...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img