El cáncer de útero, también conocido como cáncer endometrial, es el más frecuente de los tipos de cáncer ginecológico y suele aparecer en mujeres que ya han pasado la menopausia. A pesar de ser tan frecuente, sus primeros síntomas pasan desapercibidos o suelen confundirse con alteraciones benignas, lo que retrasa tanto el diagnóstico como el inicio del tratamiento.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), esta enfermedad se origina cuando las células sanas del útero se alteran y comienzan a multiplicarse sin control, dando lugar a un tumor.
Alta prevalencia y detección tardía
De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2017 se diagnosticaron cerca de 5.500 nuevos casos de cáncer de endometrio en España, colocándolo como el tercer cáncer más común entre las mujeres, tras el de mama y el colorrectal. En Estados Unidos, se estimaron más de 63.000 nuevos casos en 2018, según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), y representa aproximadamente el 6% de todos los cánceres femeninos.
La mayoría de los casos se diagnostican después de los 50 años, cuando la mujer ha entrado en la etapa posmenopáusica. En estos casos, cualquier sangrado vaginal, por leve que sea, debe ser considerado una señal de alerta. Como explica el doctor David Mutch, del Siteman Cancer Center de la Universidad de Washington, “el sangrado posmenopáusico es un síntoma distintivo y anormal” que no debe ser ignorado.
Signos de alerta que no deben pasarse por alto
El síntoma principal del cáncer de útero es el sangrado vaginal anormal. Para mujeres que ya han pasado la menopausia, esto incluye cualquier tipo de manchado o flujo con tonalidades rosadas, rojas o marrones, incluso si es acuoso.
En mujeres premenopáusicas, se debe prestar atención a los periodos menstruales muy abundantes, sangrado entre ciclos o después de relaciones sexuales y flujo vaginal fuera de lo común, según detalló la fundación británica Peaches Womb Cancer Trust al diario ‘Daily Mail’.
Otros síntomas menos específicos pueden incluir dolor o hinchazón abdominal, distensión, molestias pélvicas o cambios en los hábitos urinarios e intestinales. Debido a que estos signos también pueden estar presentes en condiciones como la endometriosis o los miomas, se recomienda acudir al médico para una evaluación adecuada ante cualquier anomalía persistente.
Cath Kennedy, especialista clínica de Peaches Womb Cancer Trust, advierte que la diferencia en las tasas de supervivencia entre quienes son diagnosticadas en etapas tempranas y aquellas en fases avanzadas es significativa. Alrededor del 92% de las mujeres diagnosticadas en etapa I o II sobreviven al menos cinco años, frente a solo un 15% en etapas III o IV, cuando el cáncer ya se ha diseminado.

Foto: CANVA.
Tipos y factores de riesgo
Existen dos formas principales de cáncer de útero: el más común es el cáncer endometrial, que representa aproximadamente el 95% de los casos y se desarrolla en la capa interna del útero (el endometrio). El otro, más raro, es el sarcoma uterino, que afecta el músculo del útero (miometrio), según explica la Cleveland Clinic.
Aunque la causa exacta aún no se conoce, diversos factores de riesgo están asociados al cáncer de útero. Entre ellos se encuentran la obesidad, la diabetes, el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el inicio temprano de la menstruación, la menopausia tardía, la nuliparidad (no haber tenido hijos) y el uso de terapia hormonal con estrógenos sin progesterona. También influyen factores genéticos como el síndrome de Lynch, y tratamientos previos como la radioterapia pélvica o el uso de tamoxifeno para el cáncer de mama.
La importancia del diagnóstico médico
Especialistas insisten en que un resultado normal en la prueba de Papanicolaou no descarta la presencia de cáncer de útero, ya que esta prueba está orientada principalmente a detectar lesiones en el cuello uterino (cáncer cervical), no en el cuerpo del útero. Por ello, ante cualquier sangrado inusual o síntoma persistente, se debe consultar con un profesional de salud para realizar estudios específicos como una ecografía transvaginal o una biopsia endometrial.
“Queremos que más mujeres sepan sobre el cáncer de útero, conozcan los signos y cuándo buscar asesoramiento médico”, subrayó Kennedy. “No confíes únicamente en tu última prueba ginecológica; si notas algo anormal, pide una evaluación”.
El Tiempo/GDA