Víctor Medem (Barcelona, 1977) está en fase de tanteo de esa enorme institución que es L’Auditori de Barcelona, intentando estructurar las lineas de su proyecto como nuevo director. Ideas que van desde lucir orgullo por el proyecto educativo que despliega la sala (de las 500 actividades, 300 son educativas) o por el hub de música de cámara en que se ha convertido de la mano del Quartet Casals, hasta trabajar la proximidad con los públicos o la interrelación con el tejido cultural de la ciudad. O celebrar el repertorio catalán que, insiste, han de acabar interpretando orquestas de fuera. El hasta ahora responsable de la Schubertíada conversa sobre el mundo sinfónico de hoy con La Vanguardia. Sus ideas fuerza son orgullo, proximidad y equilibrio.
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