Estos días florece la uña de gato (Sedum sediforme). Los caminos están llenos de inflorescencias de un color de limón verdoso. La uña de gato es una de las plantas crasas del país, resecas y polvorientas. Cuando llega San Juan se espiga y forma unos ramos fluorescentes con un capullo que se abre como un paraguas. Hace un año quise escribir una nota sobre la uña de gato en esta sección. Para que no me quedara tan lírica me documenté un poco y descubrí que Gaudí se había inspirado en ella al proyectar las torres de la Fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia. No sé quién debió descubrirlo, pero le felicito. A mi entender, las torres de la Fachada del Nacimiento son lo mejor del Templo. No son compactas, cilíndricas: tienen algo de extensión, como antenas hacia el más allá. Este efecto extensivo Gaudí lo sacó de las plantas que se espigan y, concretamente, de la uña de gato. Quería transmitir una idea ascensional y la planta espigada le iba como anillo al dedo. Las uñas de gato siempre florecen en grupo. En la Sagrada Familia las torres se levantan cada vez más espirituales y delgadas hasta que explotan en una maravillosa flor. Una de las muchas gracias de nuestro arquitecto fue imaginar unas uñas de gato troglodíticas coronadas por flores cubistas.

Estos días florece la uña de gato (Sedum sediforme )
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Chumberas con su fruto
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Y aquí es donde creo que puedo realizar mi aportación. Aquellas bolas blancas de los pináculos que coronan la torre no tienen nada que ver con las flores de la uña de gato. Un día, en la riera del Molinàs, tuve una iluminación. Vi una chumbera con unas grandes palas, y sobre una de esas palas, una serie de higos chumbos rojos, ovoides, colocados sobre el vértice de la hoja de manera muy parecida a las pelotas de ping pong de los pináculos de Gaudí. Podría ser que nuestro arquitecto viera una de estas chumberas con fruto y que le dieran la idea. Sugieren un equilibrio que desafía la lógica constructiva de los humanos, pero no de la naturaleza. La uña de gato y la chumbera son plantas de secano. Que de la tierra baldía y el inhóspito descampado del Camp l’Arpa surgiera aquel milagro de la construcción era un triunfo del espíritu.
Sugieren un equilibrio que desafía la lógica de los humanos, pero no de la naturaleza
Pero a Gaudí también le interesaba el regadío. Un día, en una cascada de la riera Xica d’Arbúcies, estuve contemplando mucho rato las formas aerodinámicas excavadas por el agua en una gran piedra, con superficies redondeadas y un vértice afilado. Ostras: es la forma de la línea ondulante de los pisos de La Pedrera que, desde este punto de vista, es una gran casa de piedra pasada por el río de la historia sagrada.




Me gusta describir lo que no puede verse. Pero si tienen curiosidad, en la edición digital de este artículo podrán ver fotografías de uñas de gato, chumberas y piedras de riera aerodinámicas.