Lautaro Teruel, hijo del cantante Mario Teruel, estaba con prisión domicilaria por un insólito motivo, pero deberá volver a prisión tras el nuevo fallo de la Justicia argentina.

Foto: Captura de YouTube / La Nación
La Corte Suprema de Justicia argentina dejó firme la condena a 12 años de prisión por abuso sexual de Lautaro Teruel, hijo de Mario Teruel, uno de los miembros fundadores del grupo folclórico Los Nocheros. El máximo tribunal, con la firma de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, rechazaron la presentación de la defensa, que había llegado en queja, por considerarla inadmisible.
Con este fallo, Teruel deberá volver a la cárcel. Desde febrero de 2023 estaba con prisión domiciliaria.
Teruel fue condenado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual gravemente ultrajante, cometidos en cuatro oportunidades. Estos delitos se consideran cometidos de forma separada entre sí (concurso material) pero, a su vez, se relacionan de manera conjunta (concurso ideal) con el delito de corrupción de menores, agravado porque una de las víctimas tenía menos de 13 años y porque se comprobó que hubo engaño en el caso.
En 2021, el joven fue condenado a 12 años de prisión por el abuso de sexual agravado en perjuicio de dos víctimas. Durante el juicio, el testimonio de una de ellas resultó impactante: la joven, de entonces 19 años, relató que fue abusada por Teruel desde que ella tenía 10 años y hasta poco antes de cumplir los 13.

A su vez, la joven afirmó que a partir de los 10 años comenzó a autolesionarse, a cortarse los brazos y piernas y a sufrir trastornos alimenticios: dijo que en plena adolescencia le diagnosticaron bulimia y anorexia. También mencionó que tuvo intentos de suicidio mediante cortes profundos en los brazos y la ingesta de pastillas.
En febrero de 2023, Marco Lautaro Teruel fue noticia cuando un tribunal salteño lo benefició con la prisión domiciliaria con un motivo insólito: tenía una uña encarnada. Los jueces Rodolfo Quinteros y Martín Martínez le permitieron cumplir la pena en su casa, sin custodia y sin tobillera electrónica.
La Nación/GDA
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