Adrián Navarro fue uno de los galanes de las telenovelas de Argentina. Sus personajes en Montecristo, Vidas robadas y Secretos de amor conquistaron al público, además de las más de 25 películas y 40 obras de teatro que se sumó a su extensa trayectoria laboral.
Aunque en el último tiempo mantuvo un perfil muy bajo, este año volvió a la escena con su obra Es paria y habló con GENTE. En aquella entrevista contó que sus hijos llevan en sus venas ese costado artístico. Y remarcó que ahora vive el proceso también del otro lado, viéndolos brillar a ellos y acompañándolos en sus carreras.
Hoy, la charla es con Facundo, el mayor de ellos, que a sus 24 años apuesta todo por dedicarse a la música. Aunque podría presentarse como «el hijo de…», y se siente muy orgulloso de serlo, apuesta por un nombre artístico: Fly Qu.
«Mi viejo es mi ídolo. Siempre confió en mí, siempre estuvo para mí. Me dio todas las herramientas para que yo pueda desarrollarme en este ámbito. Nunca me dio la espalda y me dejó ser libre. Siempre me dijo: ‘Vos podés ser lo que quieras, no te voy a obligar a nada’ y eso para mí fue muy importante», expresa con emoción del otro lado del teléfono.
Desde muy chico, acompañaba a su papá a los rodajes, eso le daba la oportunidad de conocer de cerca a los actores, directores, productores, los sets de filmación y toda la adrenalina que hay puesta en cada escena. Eso de a poco hizo que se le despertara esa atracción por el arte que fue desarrollando con los años y así lo confiesa.
«Siento que siempre lo tuve en la sangre, por el día a día con mis padres que son artistas. A mi viejo siempre lo tuve como un ídolo, como una inspiración, como un ejemplo a seguir. Por la manera de esforzarse, de trabajar, de nunca rendirse, de alcanzar sus sueños, y claramente, de los logros personales. Él me abrió un poco el camino para que yo conozca todo ese mundo y pueda relacionarme con todo lo que tiene que ver con el mundo artístico».
-¿Qué es lo que más admirás de tu papá?
-Siempre está cuando lo necesito y obviamente es una persona con valores, una persona muy contundente. Sabe cuándo decir las cosas, qué decir, y como todas las personas nos equivocamos, pero sabe salir adelante y nunca se quedó tirado en el piso, siempre se levantó después de alguna caída. Nunca bajó los brazos y eso para mí es un ejemplo de vida, es ejemplo de no perder la fe ni el corazón, porque él luchó un montón por su sueño y lo logró y eso para mí dice todo sobre él.
-¿Recordás cuál ha sido el consejo más valioso que te ha dado?
-Me dijo que la actuación, la música, el arte en general es como un juego. Un juego en el cual vos te tenés que divertir y tenés que explayarte, abrirte, permitirte soñar, permitirte jugar y abrir tu cabeza, pero a su vez, tomarlo con compromiso y responsabilidad. Me dijo que eso es lo que hace que la creatividad crezca, la emoción y el deseo de lograr las cosas, pero todo va de la mano con la diversión, con pasarle bien. Para mí que me haya dicho «¡vos tenés que divertirte, esto es un juego!» fue un consejo muy grande, porque me hizo ver que tenía que disfrutarlo.
Su nueva vida en España y el despertar musical
-En el medio de tu carrera, te fuiste a vivir a España.
-Sí, vivo hace casi cuatro años en España. Es un país que me encanta. Tengo ya una especie de familia con amigos, mi equipo de trabajo, productores, la gente con la que vivo, mi novia, gente que me apoya en el día a día y que me hace ser quien soy. Claramente viajar es hermoso, te abre la cabeza, te hace descubrir otras cosas, te despierta también la creatividad. Es muy bonito. Cada tanto vuelvo a Argentina para ver a mi familia, a mis amigos, comer. Me encanta la comida argentina.
-¿Qué es lo que más disfrutás de volver a Argentina?
-Sentir lo que es el aire argentino, la ciudad, mi ciudad de toda la vida. Viví en Buenos Aires 21 años, así que también es reconectarme con mi identidad y pasarla bien con mi gente. Todo me hace volver cada cierto tiempo, porque amo mi país.
-¿Recordás tu primera experiencia en escena?
-Desde el primer momento en el que empecé a trabajar, que fue desde muy chico. A los 6 años mi papá me regaló una guitarra para que pueda aprender y comencé a tocar desde ese momento, y también tuve la posibilidad de hacer una película a mis 8 años y más adelante hice teatro, donde sumé más experiencia. Cuando era solo un niño ya disfrutaba de escuchar todo tipo de música. Me gusta mucho el rap, el hip hop, pero también el rock nacional o bandas internacionales como Red Hot Chilli Peppers o Guns N’ Roses
-¿Y cuándo supiste que querías dedicarte a la música de lleno?
-Recuerdo a mis 17 años me pude comprar mi primera computadora, comprarme una placa de sonido, un micrófono y empezar a hacer mis primeras experiencias. Todo eso obviamente lleva su tiempo, no es que de un día para el otro te hacés profesional. Es algo que fui trabajando con el tiempo. Y fue lo que me pasó a mí, poco a poco me fui dando cuenta de cuál era mi pasión, que es el arte, actuar, la música. Todo lo que tiene que ver con expresar lo que siento y hacerle llegar esa emoción a otra persona.
-Tu nombre artístico es «Fly Qu”, ¿por qué?
-Así es. Mi nombre es Fly Qu. Quería tener un nombre que me identifique, pero me costó llegar a él. Porque me podría haber puesto Facundo Navarro, pero quería que sea más complejo. Me gusta tener ese alter ego de músico, medio alocado, rapero, que va por las calles de Madrid haciendo locuras y pasándola bien con sus amigos.
El sueño más grande de Facundo
–Has hecho trap, hip hop y rap. ¿Seguirás en esa línea?
-También he probado con electrónica, funk y me gusta el rock. Me encantaría ser un artista multifacético, que pueda camuflarme con los diferentes géneros, siempre dándole mi toque personal. Y que también pueda seguir actuando. No quiero limitarme en ese sentido. Obviamente mi base es el hip hop y el rap, pero la realidad es que cada vez hay más estilos de música que está bueno conocerlos y estudiarlos, y disfrutarlos, porque para eso es la música justamente.
-¿Qué encontraste en la música más allá de las melodías?
– La realidad es que me fui a España a hacer música, a intentar conseguir posibilidades actorales. Siendo un chico argentino me fui solo con 21 años a vivir la vida, a conocer gente y a bancármela. También pude salir de situaciones complicadas y la música fue mi salvación en ese momento. Porque yo llegué y tampoco tenía muy claro lo que quería hacer. Ahora, no tengo miedo a decir que las cosas van de a poco, nada me apura, tengo 24 años y siento que voy por todo y que nadie me va a detener.
-Y lo conseguiste. Hoy estás convencido de cuál es tu pasión.
-Aprendí que lo más importante es trabajar en uno mismo y hacerlo sin cansancio. No hay descanso, no hay tiempo libre si querés que te vaya bien en lo que más te gusta y cumplir tus sueños. Hay que encontrar primero el lugar de uno para poder transmitirle al resto.
-¿Con qué soñás ahora?
-Sueño con poder transmitir todo lo que tengo dentro, todos mis pensamientos, emociones, llevarlas a la realidad con canciones, que la gente pueda sentirse conectada con mi música, con mi actuación o con lo que sea que esté haciendo. Sueño con poder llenar estadios, tener mis propios shows, que la gente se conecte con mi música y voy por eso.
