En el corazón del barrio Villa Chartas, exactamente en Coronel Moldes 449, esquina Daniel Frías, el aroma a empanadas recién horneadas anuncia mucho más que una opción deliciosa para almorzar. Anuncia resiliencia. Porque detrás del humilde puesto de color naranja, se esconde una historia de lucha, amor y superación protagonizada por Sandra Cabero y Daniel Oxandaburu, una pareja que encontró en la cocina una manera de sobrevivir y también de soñar.
En el corazón del barrio Villa Chartas, exactamente en Coronel Moldes 449, esquina Daniel Frías, el aroma a empanadas recién horneadas anuncia mucho más que una opción deliciosa para almorzar. Anuncia resiliencia. Porque detrás del humilde puesto de color naranja, se esconde una historia de lucha, amor y superación protagonizada por Sandra Cabero y Daniel Oxandaburu, una pareja que encontró en la cocina una manera de sobrevivir y también de soñar.
Daniel, de 56 años, atraviesa desde hace años un complejo tratamiento contra el mieloma múltiple, un tipo de cáncer que afecta la médula ósea. Enfermedad que, además de los enormes desafíos físicos y emocionales, trajo consigo la pérdida de oportunidades laborales. “Es muy difícil conseguir trabajo a mi edad, y con esta enfermedad más todavía. Por eso decidimos emprender”, relató con una mezcla de humildad y firmeza.
Sandra y Daniel, atienden en la esquina de su casa en Villa Chartas. Fotos: Fede Medaa
Frente a esta situación, Sany y Dani no bajaron los brazos. Todo lo contrario: los usaron para amasar esperanza. Así nació «Los Esperancitos», un pequeño pero poderoso emprendimiento familiar que cada sábado y domingo convoca a vecinos de toda la zona a disfrutar de empanadas caseras de carne, pollo o queso todas hechas con ingredientes frescos y de primera calidad y que, según los propios clientes, son “de las mejores de Salta”.
“Lo principal es el amor con el que las hacemos”, aseguró Sandra, quien no solo trabaja codo a codo con Daniel, sino que también se encarga de la atención al público, la logística, la decoración del puesto y hasta de sumar opciones dulces bajo el nombre “Sany Tentaciones”. “Nos gusta ofrecer algo que nos gustaría recibir: buena comida, buena atención y una sonrisa”, afirma.
Más que un puesto de empanadas
El impacto de Los Esperancitos va más allá de lo gastronómico. Es un punto de encuentro, un espacio de contención y hasta una plataforma solidaria. Dani y Sani no sólo venden comida: también comparten mensajes de vida, promueven la donación de sangre, médula ósea y órganos, y contagian energía positiva.
“El color naranja lo elegimos porque transmite alegría, vida. Y todo está pensado así: con alegría, con fe y con ganas de seguir”, cuenta Dani, mientras acomoda las mesas con sus característicos manteles, banderas argentinas y salteñas, y detalles decorativos que él mismo prepara cada semana.
Además, como reconocen los propios vecinos, la pareja es referente en la comunidad. “No sólo hacen empanadas ricas, también ayudan, están en todo. Incluso formaron un grupo de Alarma Vecinal”, comenta Alberto, uno de los tantos clientes fieles que cada domingo se acerca no sólo a comprar, sino a acompañar.
El trabajo que cura
Detrás de cada empanada, hay un esfuerzo titánico para sostener tratamientos médicos costosos y garantizar lo básico del día a día. “Entre medicamentos, comida y farmacia, todo se encarece mucho. Este emprendimiento es un alivio, nos permite mantenernos a flote”, explica Sani.
Pero más allá de lo económico, el emprendimiento tiene otro valor: “trabajar nos hace bien al alma”, dice Dani. “Nos llena ver que la gente vuelve, que recomienda, que nos apoya. Cada empanada que vendemos es un paso más para seguir luchando”.
Y luchan. A pesar del dolor, del cansancio, del temor a una recaída. Lo hacen juntos, como siempre, con la sonrisa puesta y las manos en la masa. Lo hacen por ellos, por sus vecinos, por los que atraviesan una situación similar y necesitan un ejemplo. Porque si algo queda claro cuando uno visita su puesto, es que sí se puede.
Para acercarse
Los Esperancitos están abiertos los sábados y domingos hasta las 13 o 14 horas en Pasaje Coronel Moldes 449, esquina Daniel Frías, Villa Chartas.
Ofrecen empanadas de carne, pollo y queso a $10.000 la docena.
También se pueden hacer pedidos y reservas al 3875 237746.
Durante la semana realizan entregas a domicilio.