Las operaciones de prensa y de espionaje ilegal sobre los jueces que investigan o intervienen en causas en que está involucrada Cristina Kirchner no cesan. Ahora Damian Barruet, el hombre de 47 años que fue detenido cuando en mayo del año pasado intentó robar el auto del titular de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, declaró este lunes ante el Tribunal Oral Federal 2, encargado de juzgarlo y confesó que quería llevarse el celular o la computadora del auto de Rosatti que estaba estacionado junto al palacio de Tribunales.
Jaqueado por las imágenes de los videos de seguridad que lo retrataron en la puerta de los tribunales, Barruet quiso explicar que buscó abrir el auto para ver si en el interior había algún celular o computadora. Sin embargo no pudo responder las preguntas del fiscal Diego Luciani ante otros indicios que lo complican como supuesta parte de un operación coordinada para obtener información confidencial.

La fiscalía está convencida de que no se trató de un simple atraco. Para los acusadores, «alguien mandó al ladrón a abrir la camioneta asignada a Rosatti”, señalaron fuentes judiciales.
Fuentes judiciales indicaron a Clarín que uno de los datos más llamativos del caso “es que se buscaba algo en particular del vehículo, no sólo se intuye que de antemano sabía que se dirigía al auto del presidente de la Corte sino que buscaba un maletín”.
Así se desprende del interrogatorio de Luciani en la audiencia que encabezó el juez Néstor Costabel. «Más allá del hecho, acá se busca saber qué hay detrás del hecho”, dijo Luciani al interrogar al acusado.
“Usted no intentó sustraer ninguna otra camioneta”, señaló el fiscal en su interrogatorio.
Rosatti ya sufrió dos intentos de duplicar su celular, al igual que los otros dos jueces de la Corte, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz, entre otros.
Barruet insistió en que no sabía que el auto pertenecia al presidente de la Corte y dijo que solo se había acercado por curiosidad. Sin embargo, el fiscal no lo encontró creíble cuando afirmó que no había visto otro vehículo en el lugar, algo que contrasta con las imágenes del hecho. Era un jueves al mediodía y muchas personas circulaban por tribunales, además de que en esa área se estacionaron vehículos asignados a la Corte Suprema.
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Otro de los puntos que no cierran para la fiscalía es que el acusado llevaba un handy. El acusado no siquiera pudo decir un teléfono cuando le pidieron sus datos y le incautaron lo que llevaba en su poder. Sin embargo afirmó que hacía cuatro meses había comprado un handy, aunque no iba a hablar con nadie, según dijo. Tras su indagatoria, el tribunal escuchó a varios testigos del hecho: dos policías y el dueño de un local que presenció el hecho.
Todo ocurrió el 30 de mayo de 2024, mientras se celebraba una audiencia pública con la presencia de Rosatti, jueces federales y representantes del Consejo de la Magistratura. En ese contexto, Berruet fue sorprendido forzando la cerradura de una Toyota SW4 oficial, asignada al presidente de la Corte Suprema, dentro del estacionamiento reservado al máximo tribunal.
Armado con un objeto punzante, amenazó al custodio que lo descubrió y huyó a pie por la calle Uruguay. La secuencia quedó registrada en las cámaras de seguridad y terminó dos cuadras después, cuando fue detenido en la esquina de Lavalle y Paraná por agentes de la Policía de la Ciudad.
Berruet, oriundo de Córdoba, ya tenía una orden de captura vigente desde mayo de 2023 por una causa de violencia de género contra su expareja, además de más de diez antecedentes por robos, hurtos y resistencia a la autoridad.
Antecedentes
El caso fue instruido por el fiscal federal Franco Picardi. Cuando se elevó el caso a juicio oral, el requerimiento de instrucción sostenía que el Ministerio Público Fiscal dio por acreditado que Damián Berruet, «el 30 de mayo de 2024, aproximadamente a las 13:40 horas, intentó apoderarse ilegítimamente del vehículo marca Toyota modelo SW4 de color blanco, que se encontraba estacionado en la calle Uruguay entre los Nros. 581 y 549 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
“Conforme se pudo acreditar, el imputado intentó abrir el vehículo mediante el uso de un destornillador, y mientras realizaba dicha conducta su actividad fue interrumpida por el accionar del suboficial auxiliar Cristian Adrián Ferreiros, funcionario de la División Corte Suprema de Justicia de la Nación de la Policía Federal Argentina”, se detalló en el requerimiento de elevación a juicio.
Sospechas por un maletín
Más allá de la tentativa de robo que condujo a Berruet al banquillo de los acusados, la justicia busca avanzar y determinar si había alguien por encima de este hombre que lo instruyó en el delito cometido.
De hecho, en etapa de instrucción aún se encuentra un expediente donde se investiga la asignación de líneas telefónicas -sin que las haya solicitado- a Horacio Rosatti y otros sucesos irregulares que involucran a los demás integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
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Cuando se detalló el hecho que se debatirá en el juicio unipersonal, se determinó que Berruet «intentó darse a la fuga, situación que dio inicio a una persecución a pie que culminó a las pocas cuadras con su aprehensión por parte de las oficiales Fiamma Belén Wagner y Nataly Quimey Hilt”
Al momento de su detención, manifestó falsamente ser y llamarse Franco Daniel Molina. De forma inmediata se corroboró que los datos eran apócrifos y cuando se lo requisó, determinaron que tenía en su posesión de un equipo de radio tipo handy “configurado especialmente para funcionar como inhibidor de señal de llaves de automotores y de una llave tipo allen con su punta limada”.
Durante la instrucción se logró demostrar que “Berruet se domiciliaba en la provincia de Córdoba y concurría asiduamente a esta Ciudad a cometer delitos, posiblemente con otras personas; y que el hecho delictivo quedó registrado en video”.
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De campera negra, pantalón oscuro y zapatillas marrones, Berruet ese día estaba con una mochila gris y negra. El registro fílmico lo muestra acercándose a la camioneta Toyota SW4. Después se detalló la secuencia: “Se mete entre dos vehículos: ka Toyota SW4 blanca con matrícula AE026UF y una de similares características en color negro, sube a la vereda, da media vuelta mientras parece tomar algo entre sus manos y regresa hacia la puerta del conductor de la camioneta asignada al Dr. Rosatti. En ese momento, la maniobra es advertida por el Suboficial Auxiliar Cristian Ferreiros”, quien interviene de inmediato.
Berruet formaba parte de un grupo dedicado a cometer robos y hurtos sin mucha complejidad en Capital Federal, según determinó la investigación del caso. “Su nivel de organización sería medio, teniendo en cuenta que en los últimos dos meses estarían realizando viajes a la Ciudad de Buenos Aires con duración de dos o tres días, donde podrían cometer diferentes ilícitos y luego volver a su provincia. Ese tiempo fuera, les permite dificultar el rastreo de su autoría y también apreciar las repercusiones del caso”.
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