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miércoles, junio 25, 2025

Cómo olvidarlo: la cronología de las últimas horas con vida del Potro Rodrigo, a 25 años de su muerte

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Rodrigo Bueno falleció en la madrugada del 24 de junio de 2000 en un fatal accidente de tránsito ocurrido sobre la Autopista Buenos Aires – La Plata mientras conducía su Ford Explorer SUV Roja.  

Su muerte marcó un antes y un después en la historia de la música. Y a 25 años de su partida, revista GENTE entrevistó a quienes lo acompañaron en sus últimas horas de vida.

Rodrigo Bueno tenía apenas 27 cuando falleció en un fatal accidente en la madrugada del 24 de junio de 2000.

De dónde venía y con quien viajaba Rodrigo 

El cuartetero volvía de presentarse en Escándalo Bailable, una reconocida bailanta que existía en City Bell, y no estaba solo; lo acompañaban su hijo, Ramiro Bueno, de 3 años; su expareja y madre del menor, Patricia Pacheco; Fernando Olmedo; y dos miembros de su banda: el músico Jorge ‘el Negro’ Moreno y su amigo y asistente Aldo ‘Cachi’ Pereyra. 

Rodrigo Bueno, en El Corralón, horas antes del choque que terminó con su vida. Foto: Archivo Atlántida

Cómo se produjo el choque 

Según las investigaciones, el choque se produjo cuando otra camioneta, una Chevrolet Blazer conducida por el empresario Alfredo Pesquera, rozó la Ford Explorer de Rodrigo. Entonces, el músico perdió el control de su vehículo, se estrelló contra la barrera de contención de la autopista, volcó y fue expulsado del rodado.  

Rodrigo Bueno conducía su camioneta al momento del accidente que terminó con su vida.

Cómo murió Rodrigo 

El ídolo popular de apenas 27 años murió en el acto producto del fuerte impacto contra la calzada de la autopista cuando salió despedido.  

Fernando Olmedo también murió producto de los traumatismos que sufrió al ser despedido por la puerta trasera derecha de la camioneta del Potro, aunque llegó con vida al Hospital de Berazategui.  

Todos los demás ocupantes del vehículo sobrevivieron, incluido Ramiro, el único heredero del ídolo cordobés.  

Rodrigo Bueno al volante de su camioneta junto a su hijo y Patricia Pachecho, su ex pareja y mamá de Ramiro. Foto: Archivo Atlántida

El testimonio de Ramiro Bueno a 25 años de la muerte de su padre 

“La vida me dio una segunda oportunidad, de no irme tan jovencito y de escribir mi historia, empezar a ser quien yo quiero y cómo quiero mostrarme ante la gente y el mundo, siendo una persona completamente normal, que trabaja, estudia, que también hace música…”, recuerda hoy, 25 años después de aquella fatídica madrugada, Ramiro.  

Ramiro Bueno le dijo a GENTE: «La vida me dio una segunda oportunidad».

Con respecto a las conclusiones, me las pienso guardar para mí…, es algo que yo lo puedo charlar en un ámbito quizás un poco más personal… A pesar de todo, hay un montón de cosas que pudieron haber llegado a derivar en el accidente y demás…”, asegura Ramiro.  

Y añade, decidido: “Lo que sí puedo decir es que el accidente fue un antes y un después en la vida de mucha gente, como también para mi vida, porque fue el momento que perdí a papá; y más que buscar explicaciones de qué fue lo que sucedió, yo traté de buscar las explicaciones para seguir adelante y no quedarme atrapado en eso, porque yo creo que él también lo hubiera querido así…”.  

Punto por punto: 5 claves para entender qué pasó la noche en que se mató Rodrigo

No estaba previsto que Rodrigo conduzca esa noche 

Gustavo la Urraca Pereyra, hermano de Cachi Pereyra (sobreviviente al choque) y uno de los mejores amigos del artista, le contó a GENTE que aquel viernes él fue a buscar a Rodrigo a su casa de Benavidez. 

Lo hizo por pedido expreso del mánager del músico, José Luis Pepe Gozalo. Y la directiva era simple: llevar al cantante al programa La Biblia y el Calefón, de Jorge Guinzburg, y, luego, al concierto de City Bell.  

“Lo fui a buscar con la camioneta que lo llevaba siempre pero él agarró la suya… No estaba previsto que él maneje esa noche, no estaba previsto nada…De hecho, yo me podría haber ido con él pero le dije: ‘Dejá que yo me voy en la otra camioneta porque siempre viene alguien más…’. ‘Bueno, dale que te sigo’, me respondió y él se fue con mi hermano”, recuerda la Urraca. 

Gustavo la Urraca Pereyra, íntimo amigo de Rodrigo, asegura que no estaba previsto que Rodrigo conduzca su camioneta la noche de su muerte.

Cachi coincide con el relato de su hermano y agrega que, a lo lago de esa noche, en reiteradas oportunidades tanto él como su par y hasta el propio Gozalo le ofrecieron al Potro conducir en su lugar.  

Carlos Monti, quien esa noche estuvo con Rodrigo en el restaurante El Corralón, le contó a GENTE: “Gozalo le dijo: ‘¿querés que maneje el chófer?’, para que él no se expusiera tanto y descansara antes de llegar a La Plata. Pero Rodrigo le dijo, ‘no, manejo yo’”.  

“Una vez finalizado el show, cuando ya habían terminado y se volvían para Buenos Aires. Gozalo le vuelve a insistir con lo mismo: ‘¿Querés que maneje el chofer?’. ‘No, no, José Luis, quedate tranquilo, manejo yo’. Pero Gozalo insistió y le dijo: ‘Es tarde, estás cansado, venimos de un viaje, grabaste un programa, fuimos a comer, hiciste el show, dejá que maneje. No quiso, manejó él”, remarca el famoso periodista.  

Carlos Monti estuvo con Rodrigo pocas horas antes de su muerte, cuando lo cruzó de casualidad en el restaurante El Corralón.

“Era imposible contradecirlo, le tenías que buscar la vuelta para pedirle algo porque si no él te decía que no y era peor… Entonces Gozalo le dijo que manejara mi hermano pero no quiso, Rodrigo contestó: ‘No, la camioneta es mía, yo hago lo que quiero’”, dice en la misma línea Cachi.  

La cena improvisada en El Corralón  

De acuerdo a todas las fuentes a las que tuvo acceso GENTE, la cena de aquella noche, en medio de la grabación de La Biblia y el Calefón y el show de La Plata, surgió de forma espontánea.  

“Esa noche Rodrigo vino sin reserva. Cayó con un par de músicos y como no había lugar, le pidió a Guille, mi papá: ‘por favor, me siento en cualquier lado, tengo que comer algo porque me voy a La Plata a tocar…’”, rememora Carolina Miguel, la hija de Guillermo Miguel, el dueño de El Corralón.  

Rodrigo Bueno y Pepe Parada cenando en El Corralón, horas antes del trágico accidente. Foto: Archivo Atlántida

Y advierte: “Él estaba bárbaro, entró contento y papá le dijo que no había nada de lugar pero justo estaba Pepe Parada cenando en su mesa y le dijo: ‘bueno, comé acá que la gente que estoy esperando viene más tarde’. Rodrigo le dijo, «bueno, yo como y me voy, Pepe, no hay problema’”.  

Carolina Miguel, hija de Guille, el dueño de El Corralón, recuerda cómo fue la última cena de el Potro Rodrigo.

El casual encuentro con Fernando Olmedo 

Siempre de acuerdo al relato de Carolina y varios testigos de aquella velada, el Potro se sentó a comer en la mesa del histórico productor teatral y ahí es cuando este le presenta a Fernando Olmedo, el hijo del recordado Alberto Olmedo.  

Nacho Goano, por entonces cronista de El Rayo, coincidió con el Potro en el ciclo de Guinzburg y recibió una invitación inesperada: acompañar al músico a su show en La Plata.  

“Pintó el plan y como yo románticamente vivo el medio por estas cosas dije che, me invitó Rodrigo a comer, a un show y me va a subir al escenario a cantar con él. ¡Vamos! ¿Por qué iba a decir que no?”, manifiesta hoy Nacho.  

Y recuerda: “Llegamos al Corralón y ahí aparece Fernando y se suma al plan… Yo no lo conocía tampoco. Nos saludamos de cortesía y cuando nos vamos del restaurante me dice: ‘Ir a ver a Rodrigo cantar a La Plata. Ese sí que es un plan’. Y en su expresión me pareció verlo a Alberto, su padre”.

El periodista Nacho Goano coincidió con Rodrigo Bueno en la grabación del programa La Biblia y el Calefón. Allí, el cantante lo invitó a cenar y a ver su show en La Plata.

Cabe destacar que esa noche, el Potro también invitó a Nacho a viajar con él hasta Escandalo Bailable. Sin embargo, el periodista optó por ir en su auto junto a sus compañeros de El Rayo. No así Fernando, quien se subió a la camioneta del ídolo cordobés sin imaginar que encontraría la muerte.  

Las entradas del último show que brindó Rodrigo antes de matarse. Foto: Archivo

Esa noche Rodrigo tomó menos alcohol que el habitual 

De acuerdo a varios testigos, Rodrigo solía tomar alcohol y conducir. Sin embargo, quienes lo vieron esa noche aseguran que no consumió la misma cantidad de cervezas que de costumbre.  

Para demostrar eso, Cachi Pereyra, su asistente personal y amigo de la infancia, le contó a revista GENTE un detalle desconocido hasta el momento de aquel último show del artista.  

Cachi Pereyra, íntimo amigo y asistente del Potro, además de uno de los sobrevivientes al fatal accidente en el que murió el músico.

“Tomó muy poco esa noche porque en el show, Ramiro se había sentado arriba de la heladerita que tenía las cervezas para poder tocar la batería que Rodrigo le había regalado”, asegura el sobreviviente.

Y añade: “Entonces, cada vez que yo lo quería sacar a Ramiro para agarrar una cerveza que me pedía Rodrigo, el nene gritaba y el otro (por el Potro) se daba vuelta y me odiaba, así que yo le decía: ‘No hay cervezas, si está Ramiro sentado en la heladerita así que a llorar al campito’”.  

Ramiro Bueno sentado en la conservadora de las cervezas de Rodrigo durante el último show de su padre, el 24 de junio de 2000. Foto: Archivo Atlántida

La versión sobre la discusión en el auto con Patricia Pacheco 

Según le contó Cachi Pereyra a GENTE, Rodrigo no volvía discutiendo con Patricia Pacheco, la mamá de Ramiro, al momento del accidente, sino recordando anécdotas de Alberto Olmedo con su hijo Fernando. 

Rodrigo Bueno en su último show, horas antes de su trágica muerte. Foto: Archivo Atlántida

“Se dijo mucho que Ro venía discutiendo con la Pato y no; en el auto veníamos contando cuentos. Es más, Fernando le venía contando a Rodrigo cómo era el padre y el otro venía alucinado por lo que escuchaba pero pasó Pesquera, se le tiró encima y al otro se le pelaron los cables y salió a buscarlo; pero que venían discutiendo con Pato, no, eso es mentira”, indica Pereyra.  

Y agrega: «Veníamos pasando una noche bárbara. Es más, nos íbamos a la casa de Pato, porque le íbamos a llevar la batería el nene a la casa y nos íbamos ir a la casa de ella, veníamos bárbaro. Fue todo un segundo, un desastre fue”.  

“La Pato le dijo ‘Guarda Ro’. Cuando yo veo las luces de stop de la otra camioneta que le frena en medio de la ruta, así que le toca el freno y él la esquiva pero ahí le pega el guardrail y la camioneta se da vuelta”, recuerda Cachi del trágico suceso que terminó con la vida de su mejor amigo y uno de los artistas más reconocidos de la música argentina.  

Dirección, edición y videos: Rocío Bustos

Producción general y periodística y textos: María Eugenia Belich

Fotos de Archivo Atlántida: María Luján Novella.

Búsqueda de fotos de archivo: Gustavo Ramírez

Diseño de tapa: Darío Alvarellos

Agradecemos muy especialmente a Ramiro Bueno, Carlos Monti, Nacho Goano, Carolina Miguel, El Corralón, Aldo “Cachi” Pereyra, Gustavo “Urraca” Pereyra, Karina Verón, Club Atlético Belgrano de Córdoba, Área de Cultura del Club Atlético Belgrano, Andrés Yaremczuk, Juan Vilta y la TV Pública.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

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Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

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