En el corazón de la Patagonia crece una fruta que está despertando interés científico y comercial por sus notables beneficios para la salud. Se trata del calafate, un berry negro azulado que no solo destaca por su sabor dulce, sino por su capacidad para actuar contra afecciones como el Alzheimer, la obesidad y la diabetes.
Este pequeño fruto silvestre posee altos niveles de vitamina C, antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Investigadores de la Universidad de Chile confirmaron que el extracto de calafate inhibe enzimas que elevan el azúcar en sangre y estimula el tejido adiposo pardo, regulador del metabolismo energético.
El estudio dirigido por el profesor Diego García señaló que el calafate ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y el envejecimiento celular. También es eficaz para quienes padecen hipertensión o resistencia a la insulina. Su impacto en la prevención de enfermedades neurodegenerativas abre nuevas puertas a la investigación médica sobre alimentos funcionales.
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La Universidad de Talca y el Departamento de Nutrición de la Universidad de Chile coinciden en destacar su potencial como alimento terapéutico. El calafate, además, es hipocalórico, nutritivo y puede incorporarse en mermeladas, licores, jugos o suplementos dietarios.
A pesar de sus propiedades, su cultivo aún no se adapta a la escala de la demanda internacional. Julio Cabana, técnico del INTA en El Calafate, explicó que “las plantas tienen espinas de hasta 20 centímetros y baja tasa de reproducción, lo que dificulta la expansión del cultivo”.
La recolección silvestre sigue siendo la principal vía de obtención, aunque no es suficiente para abastecer el creciente interés global. Organizaciones en Chile y Argentina trabajan en planes para conservar los bosques nativos y avanzar en el cultivo controlado de esta especie.
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En los mercados internacionales, la categoría de frutas finas goza de una demanda sostenida. El calafate, por su perfil funcional, podría posicionarse como uno de los superalimentos más prometedores del cono sur.
La Patagonia es hoy el escenario natural de este recurso único que combina tradición, sabor y ciencia. Su incorporación a la dieta, avalada por investigaciones, representa un paso más hacia formas de alimentación más saludables y conscientes.
Fuente: +Producción/LM Neuquén.
