Epistemología y métodos de la investigación social es una materia alternativa por sus formas de organización contrarias al modelo jerárquico de “cátedra”, está inscripta como materia oficial del plan de 1985 de la carrera de ciencias Antropológicas como cátedra paralela desde 2008. Su origen se da como producto de la lucha del movimiento estudiantil de 2005, como parte del mismo proceso que en 2002 conquistó en la carrera de sociología de la UBA el derecho de los estudiantes de votar su propio director de carrera con el método de elección directa, a través del cual fue elegido Christian Castillo como director de la carrera.
En ese sentido, la cátedra de Epistemología nació de la lucha de estudiantes y docentes que se organizaban para deliberar y tomar decisiones políticas e ideológicas sobre la universidad, por eso queremos retomar la pregunta ¿Podemos los estudiantes decidir qué temáticas, contenidos y autores estudiar?
Esta materia, que viene funcionando de manera ininterrumpida durante los últimos 17 años, se propone una construcción del conocimiento que resulta una experiencia única en la Universidad de Buenos Aires y es en sí misma un cuestionamiento a la estructura tradicional del sistema de cátedras. Desde una apuesta a la construcción de conocimiento de forma horizontal la materia no posee ni jefes ni ayudantes y se propone cambiar el rol de los estudiantes para que no seamos meros repetidores de contenido sino que participemos en una construcción colectiva del saber. En un contexto de tanta primacía del individualismo y la competencia como valores abiertamente defendidos por el gobierno nacional, esta materia es un ejemplo de otro horizonte posible.
En función de esto, defender esta materia es defender la diversidad de formas de construir el conocimiento en una carrera como antropología, donde la pluralidad juega un papel central. Defender esta materia es luchar por una experiencia que hace más enriquecedora la cursada en la Facultad de Filosofía y Letras, que cuestiona el individualismo, la competencia y la meritocracia capitalista.
La pregunta que las autoridades no pudieron responder: ¿Por qué la quieren eliminar después de 17 años?
Este intento de cerrar la materia alternativa no deja de llamar la atención en un contexto de ataques a espacios de memoria, ajustes históricos a la educación pública, salud pública y a distintos sectores en lucha como los jubilados que son reprimidos duramente todos los miércoles o los trabajadores del hospital Garrahan. En un momento en el que la ex presidenta Cristina Fernandez de Kirchner es proscrita y perseguida políticamente, los espacios de representación de las carreras deberían ser una herramienta de organización y lucha para defender todas esas demandas. En un contexto en el que se atacan las libertades democráticas en el país, es preocupante que las autoridades de nuestra facultad ligadas al peronismo también quieran avanzar sobre conquistas históricas de los estudiantes, como sucedió hace dos años con el recorte de horarios hecho a espaldas de todos, y también con las reformas antidemocráticas de los planes de estudios discutidas entre paredes, lo que imposibilita entre muchas otras cosas que los estudiantes podamos adquirir la doble titulación de profesor y licenciado como parte de la misma carrera. En todos estos ejemplos, las agrupaciones y los representantes estudiantiles de la actual conducción del CEFyL en manos de El Colectivo (Patria Grande, La Cámpora y Movimiento Evita), avalaron con su voto los métodos antidemocráticos de las autoridades.
Bajo todos estos argumentos, los estudiantes de En Clave Roja que somos representantes de la minoría estudiantil en la junta, presentamos el proyecto de la materia de epistemología “Glavich” para que sea incorporada al plan nuevo y que todes los estudiantes que se anotaron a la carrera desde 2023 a esta parte tengan derecho a elegirla y cursarla si así lo desean.
Además, en la junta del día de ayer se sumaron una decena de estudiantes de la carrera de antropología y de otras carreras, docentes, y los mismos integrantes de la materia aportando valiosísimos y diversos argumentos en función de la defensa de la experiencia.
Si bien la mayoría estudiantil, representada por militantes de “El Colectivo” (Patria Grande, La Cámpora y Movimiento Evita) voto a favor, los integrantes tanto del claustro de graduados como del claustro de docentes (representados por el peronismo) votaron en contra, haciendo oídos sordos a los alrededor de cincuenta estudiantes y docentes que se movilizaron por este reclamo.
En el marco de un recorte histórico a cuenta gotas.
¿Sabías que hace diez años la mayoría de las materias contaba con cátedras paralelas en diferentes turnos? En nuestra facultad lo que se ve es un ajuste a cuenta gotas a piaccere del ajuste de distintos gobiernos, que callados y poco a poco van recortando materias. Es evidente que cada vez es más difícil cursar para los que trabajamos y ni hablar de recibirse, cada vez más parece un sueño eterno. Las cátedras paralelas son un derecho de los estudiantes que fue también atacado durante el Menemismo y fuertemente defendido por el movimiento estudiantil en los 90, nos referimos al derecho de libertad de cátedra, es decir que los estudiantes tengamos libertad de decidir sobre diferentes ofertas de contenido y métodos de enseñanza. Hablamos de un ajuste a cuenta gotas que lleva décadas. Por eso proponemos tomar la bandera de la materia alternativa de epistemología y defenderla, en defensa de nuestro derecho histórico a las cátedras paralelas.
¿Cómo seguimos?
Lejos de agachar la cabeza frente a la decisión, los estudiantes y docentes que venimos dando esta pelea nos seguiremos organizando de diversos modos defendiendo esta experiencia hasta el final, opinamos que puede ser la punta de lanza para organizarnos por el derecho a la libertad de cátedra, por mayor oferta de contenidos y horarios, por los salarios de nuestros docentes contra el gobierno de Milei y el régimen del FMI y sus cómplices.
Queremos levantar las banderas del movimiento que en 2005 conquistó la puesta en pie de esta materia alternativa y conquistó el derecho de los estudiantes de sociología de votar a su propio director. Hoy en día las juntas por carrera de nuestra facultad están por detrás de la revolución francesa que estableció que a cada ciudadano corresponde un voto. Nosotros ni siquiera tenemos derecho a votar a nuestro propio director. Si las juntas funcionan en contra de nuestros intereses tendremos que también nosotros pensar cuál es la mejor forma de organizar nuestra carrera. Hoy en día son abiertamente antidemocráticas, con el claustro estudiantil subrepresentado con cuatro bancas siendo el claustro mayoritario.
Es urgente retomar la tradición de nuestro movimiento y traer las mejores lecciones al presente. Es reivindicable la organización de cuerpos de delegados por ejemplo, que surgió en el 72’ a partir de la división de las carreras Antropología, Sociología y Psicología en distintos edificios. Un tipo de organización paralela a los centros de estudiantes verticalistas que, con delegados votados por cada aula tomaba las decisiones necesarias para llevar adelante la lucha contra el gobierno de Lanusse, pero también cuestionaba la forma de organización de la academia, tomaba decisiones sobre los planes de estudio y destituyó autoridades y docentes que estuvieran en contra de su política de democratización de la universidad.
Another brick in the wall…
Los estudiantes queremos ser escuchados como productores de conocimiento, no queremos ser un ladrillo más en el muro, parafraseando a Roger Waters. Queremos cuestionar las formas en las que en el capitalismo se produce conocimiento, donde se fomenta la competencia entre pares, el individualismo y la meritocracia.
En tiempos de tanto ataque sin respuesta unificada y a la altura, producto de la complicidad de las burocracias sindicales, la impotencia se siente desgraciada en el cuerpo. No somos indiferentes ante el genocidio en Gaza que vemos en vivo, nos impacta en la consciencia. La dinámica general nos hace tender al encierro, a recluirnos en la vida privada. Desde nuestros celulares nos encierra, también, la ilusión de estar comunicándonos con el mundo entero desde la soledad. Son esos valores también lo que queremos cuestionar defendiendo esta materia, contra las presiones de este sistema podrido que nos recluye, nos individualiza, nos hacen competir con él de al lado para salvarnos, quién sabe cómo.
La respuesta última está en la urgencia de construir organización desde abajo rescatando lo mejor de la tradición de nuestra historia, uniéndonos a los obreros que son atacados por las empresas y el gobierno, y a su vez fragmentados por las burocracias.
Está en nuestras manos aprender a ser sujetos del saber que producimos, intelectuales que trascenderán su tiempo comprometiéndose a la realidad, diría Sartre, para no ser cada uno de nosotros un ladrillo más del muro.