San José 1111
Cristina Elisabet Kirchner vive para la política. Y ahora, con las 24 horas del día en San José 1111 con motivo de su prisión domiciliaria, está todo el tiempo activa. Se despierta temprano y le escribe a su hijo Máximo, al que sorprende con el mate remolón. Da instrucciones, escucha historias de los diferentes municipios bonaerenses y se prepara para dirigir al detalle la negociación del acuerdo en una sola lista del cristinismo, el kicillofismo y el massismo.
Pero mientras eso acontece en el teléfono y la computadora de la ex Presidenta, en la puerta de su casa suceden cosas extrañas. De repente, por orden del jefe histórico de la custodia de CFK, empiezan los movimientos y se arma el dispositivo habitual como cuando salía al Congreso, al Instituto Patria o a la sede del PJ. Nadie entiende el por qué: los custodios se miran, los vecinos se alteran, pero nada pasa. De golpe, los autos se apagan y todo vuelve a la normalidad. «Le quieren bailar la danza de la normalidad a la Doctora, que parezca que todo es como era antes», señala -temeroso- un conocedor de las costumbres del entorno cristinista.
Esa «escena de la libertad» se da en el marco de un esquema de custodia de la familia Kirchner que se mantiene entre agentes fijos y móviles de la Policía Federal, tanto en la calle San José como en el gélido sur. El servicio consiste en 17 efectivos de la Federal del pelotón de unos 100 que conduce el comisario Walter Carbone. Custodian también las 24 horas de los siete días a los Kirchner radicados en Santa Cruz: en la mansión de la calle Mascarello y en la casa de Calafate, que se encuentra lindera al hotel Los Sauces. La propiedad galleguense de Moscarello y la finca de El Calafate están custodiadas pero hoy en día desocupadas.
Como se anticipó en esta columna -y se replicó en innumerables notas posteriores-, el séquito de Cristina lo forman sus secretarios Mariano Cabral, Diego Bermúdez, Gabriel Graves y Alejandro Balado, que se turnan en la intensa actividad de la exmandataria y sus comunicaciones políticas y personales. Pasa de hablar con su hijo Máximo, los fieles Eduardo Valdés y Leopoldo Moreau al prestigioso psicoanalista Volnovich, a quien le estará agradecida de por vida. Quien reniega de la custodia oficial es el diputado Máximo Kirchner, quien se encarga de sus movimientos y su seguridad con integrantes de La Cámpora, quienes siempre aparecían cerca de su madre cuando se movilizaba al Patria o al Senado.
Ahora que se fue la militancia, el barrio de Constitución retomó la normalidad (a pesar de que algunos vecinos se mostraban conformes con que hubiera desaparecido la inseguridad y los robos con la presencia de los seguidores de Cristina) y los negocios de la zona volvieron a la vida. Caso concreto de eso son dos locales que fueron «víctimas» de la domiciliaria. Un salón con raíz española y otro con cuna en Grecia, suelen alquilarse para eventos sencillos y familiares. La vigilia cristinista los afectó fuertemente y los obligó a varias reprogramaciones que, ahora, lograron ordenar y normalizar. Hoy nos vemos otra vez, son las cosas de la vida…

Mesa de plástico
Mientras espera que le autoricen el ingreso de su profesor de gimnasia, Cristina apuesta a una sola lista, la que no dirimirá una «mesa de plástico» con intendentes y legisladores, sino que deberían definir Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa, más allá de que el jefe de La Cámpora y el gobernador no se hablan. Los nombres que suenan para competir en el lugar que tenía asegurado CFK en la cabeza de diputados provinciales por la Tercera Sección Electoral son Verónica Magario (La Matanza) o Mariano Cascallares (Alte. Brown) desde el lado de Kicillof y el del propio Máximo desde el cristinismo: esto último, basado en que es quien consolida el voto duro del kirchnerismo.
Para la Primera Sección, suenan Gabriel Katopodis (San Martín) y Federico Achával (Pilar) para encabezar senadores y el nombre del jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, se menciona fuerte en La Plata. Juan Grabois quiere ser y se muestra también muy activo y el exministro Sergio Massa mira ya a 2027 y ser él quien vaya por la Presidencia en lugar de Kicillof. Para eso falta mucho y antes hay una elección de Diputados nacionales en octubre. Paciencia…

PRO-blemas
La negociación entre La Libertad Avanza y el PRO camina con dificultades en la provincia de Buenos Aires. De los 12 intendentes amarillos, 4 están bien con ese acuerdo y 8 están incómodos, con Pergamino, Junín, 9 de Julio y Vicente López a la cabeza. «¡Más que cierre, es un golpe de Estado!», bramó un alcalde macrista luego de escuchar lo que plantean Sebastián Pareja y los negociadores violetas para el armado de la lista que se llamará «La Libertad Avanza», sin tinte de frente o coalición que mencione al partido que conduce Mauricio Macri. Un hecho que molestó a los propios negociadores fue que en un acto en un club platense que la semana pasada armó el dirigente del PRO Juan Garmendia -y donde también estuvo Carolina Barros Schelotto, hermana de los afamados melllizos- no fueron dirigentes del sector de Pareja y sí fue una mujer de «Las Fuerzas del Cielo», la agrupación que orienta Santiago Caputo, el asesor presidencial.
Según los intendentes díscolos, LLA no solo quiere la mitad de las listas en los distritos donde gobierna el PRO, sino que además no quiere ceder la lapicera a los intendentes para los concejos deliberantes. Es más: se quejan de que en sus legislaturas locales, los libertarios no les acompañan los proyectos como sí hace el PRO en el Congreso Nacional.
En tanto, uno de los municipios ya recreó su vía propia: en la Segunda Sección electoral, los hermanos Passaglia ya armaron un camino donde pretenden pararse de cara a 2027, cuando se defina gobernación y Presidencia. Esto, que también se anticipó aquí, generó que los de San Nicolás recibieran llamados de todo el arco político ante lo que los jóvenes habrían definido prescindir de una incorporación masiva de dirigentes, muchos de ellos de trayectoria, dado que buscarán jugar “con lo propio para no perder identidad” e incluso preparan fuertes dardos contra todos aquellos que consideran “tibios”.
A este armado, se le debe sumar otro más de tinte neo-peronista donde Joaquín de la Torre define su team con Julio Zamora (Tigre), Fernando Gray (Echeverría), Guillermo Britos (Chivilcoy) y Juan Zabaleta (Hurlingham).
Pero quienes no se amilanan ante eso son los negociadores Cristian Ritondo y Diego Santilli. Los dos diputados del PRO se fueron de la reunión con Pareja hasta la residencia de la Embajada de los Estados Unidos, el último martes. Se cruzaron en la puerta con los ministros Luis «Toto» Caputo. Mariano Cúneo Libarona y Federico Sturzenegger, quienes empezaron a los gritos: «¿Y? ¿Ya son de Libertad Avanza?». Ritondo y Santilli se acercaron y rieron todos juntos. Mandrilandia…
