El reciente fortalecimiento de las divisas latinoamericanas ha generado entusiasmo en los mercados. Sin embargo, expertos del JPMorgan Private Bank invitan a mirar más allá de las cifras. Según su análisis, la apreciación no implica necesariamente una mejora estructural de las economías de la región. El año 2024, marcado por la inestabilidad global, exige una estrategia más cautelosa y realista.
Un espejismo monetario que podría desvanecerse
Nur Cristiani, responsable de JPMorgan Private Bank para América Latina, explicó que la fortaleza reciente de algunas monedas de la región es engañosa. Aunque a primera vista parezca una señal positiva, en realidad esconde debilidades profundas. Para el banco, el comportamiento de las divisas refleja más bien una combinación de factores externos coyunturales, como las tasas de interés y los flujos de inversión de corto plazo.
Según explica Bloomberg En Línea, Cristiani enfatiza que no se trata de un fortalecimiento estructural sostenido por reformas económicas o crecimiento productivo. Por el contrario, en muchos países persisten desequilibrios fiscales, alta inflación y falta de confianza institucional. Por eso, el banco aconseja no dejarse llevar por la aparente bonanza cambiaria.
El análisis de JPMorgan se apoya en datos de volatilidad, perspectivas de los bancos centrales y cambios en el apetito por riesgo global. En este sentido, la estrategia del banco se centra en una diversificación prudente y selectiva, apostando por activos con fundamentos sólidos y menor exposición a eventos externos.
Una estrategia defensiva en un año de alta volatilidad

2024 ha sido un año desafiante para los mercados emergentes. La incertidumbre política, los conflictos internacionales y la evolución de la política monetaria estadounidense han generado constantes fluctuaciones en los capitales que entran y salen de América Latina.
Cristiani destaca que la estrategia de JPMorgan no busca capturar rendimientos inmediatos, sino preservar el capital a largo plazo. Frente a un entorno tan cambiante, el banco prioriza inversiones en sectores resilientes, gestión activa de portafolios y una lectura constante del entorno macroeconómico global.
A pesar de la aparente solidez del tipo de cambio en algunos países, el banco considera fundamental analizar los riesgos detrás de cada divisa. La apreciación, sin fundamentos, puede revertirse con rapidez si cambian las condiciones internacionales.
Así, JPMorgan advierte que el verdadero reto no es entender por qué una moneda sube, sino qué tan sustentable es ese ascenso en el tiempo.