Que la política genera extraños compañeros de viaje es un fenómeno que puede comprobarse a diario en cualquier pleno, ya sea municipal, autonómico o estatal. Hoy ha sido el turno del Ayuntamiento de Barcelona, donde la oposición ha tejido un nuevo frente común para dejar en evidencia a Jaume Collboni. Partidos tan dispares como Junts, Barcelona en Comú, Vox y PP han unido fuerzas para sacar adelante un texto que en definitiva se ha convertido en la cuarta reprobación del alcalde en dos años. Con los mismos argumentos que en las anteriores riñas: falta de diálogo, gobernar como si tuviera mayoría y desoir los acuerdos mayoritarios del pleno. En resumidas cuentas, han coincidido, “dos años perdidos” y un mandato de “debilidad estructural”.
El pleno extraordinario lo solicitaron Junts y BComú, grupos municipales que han abierto el fuego con discursos que, sin querer, o queriendo, se han complementado bien, como si esto fuera una jugada de estrategia. Jordi Martí (Junts) ha señalado los “incumplimientos” del alcalde y le ha acusado de “incumplir su palabra”. También ha censurado su postureo: “No nos conformamos con su autobombo, la propaganda y los panfletos en los buzones de toda la ciudad”. Janet Sanz (comuns) ha lamentado disponer solo de seis minutos para resumir lo cosechado “por un gobierno que no para de fracasar”. “Hemos perdido dos años”, ha sentenciado.
en su respuesta, la teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha optado por centrarse en el grupo municipal de Junts, al que ha afeado que el miércoles informara de la ruptura de la negociación del 30% de reserva de vivienda social en nuevas construcciones y grandes rehabilitaciones. “Nos habla de una manera de hacer política, pero a la primera de cambio se levantan de la mesa, no se entiende lo que han hecho”, ha argumentado. La concejala socialista ha compartido su voluntad de seguir dialogando: “Seguimos donde estábamos, sentados en la mesa; no podemos renunciar al 30%.
Por parte de Esquerra, el único grupo que se ha abstenido en la bofetada al alcalde, Jordi Coronas ha acusado a los ponentes de “falta de imaginación”, puesto que se repite el guion de las reprobaciones anteriores que tienen como objeto último desgastar al gobierno más minoritario de la historia moderna de la ciudad. Daniel Sirera (PP), en cambio, ha mojado pan en “la falta de humildad y la soberbia” de Collboni: “Manda pero no lidera, anuncia pero no ejecuta, promete pero no cumple”. Gonzalo de Oro-Pulido (Vox) ha acusado al PSC de actuar “como una mafia y siempre rodeado de corrupción” y ha lamentado que lo único que han conseguido los socialistas, en comparación con la etapa de Ada Colau, es tener “un mínimo de educación”.