Lola Lanata, la hija menor del reconocido periodista Jorge Lanata, brindó una entrevista al diario Clarín donde abrió su corazón sobre lo que significó crecer siendo «hija de«, el vínculo con su papá y el duelo que transita desde su partida. Con apenas 20 años, Lola habló con madurez y sin vueltas sobre la complejidad de llevar el apellido Lanata.
«Fue una mezcla de cosas. Un privilegio, porque te abre puertas, pero también una carga. De chica me daba vergüenza, llegué a presentarme con el apellido de mi mamá para que no me juzguen antes de conocerme», confesó. Sin embargo, con el tiempo fue ganando seguridad y encontrando su lugar: «Me encanta ser hija de mi papá, pero yo soy Lola».

A lo largo de la entrevista, contó que tuvo que aprender a construir su propia identidad lejos de las expectativas ajenas: «Hay mucha gente que me dice que tengo que seguir su legado. Pero es una presión muy grande. Me encantaría intentarlo, pero nunca voy a llegar a ser como él».
Sobre la relación con su padre, Lola hizo una distinción entre dos etapas. «Siento que tuve dos papás. Antes de mis 15 años era más frío, le costaba vincularse. Pero después de una internación larga hablé mucho con él y el vínculo cambió. Se volvió mucho más sensible, lloraba, hacía chistes. En el último tiempo fue un papá muy distinto, se acercó mucho más a nosotras».
Entre risas, recordó que su mamá solía decirle que era la única que podía «ponerle los puntos». «Nos peleábamos, pero siempre le dije lo que pensaba. Mi papá era muy inteligente, pero también se equivocaba. Y yo se lo decía. Creo que él respetaba eso».
Durante los seis meses de internación de Jorge en 2024, Lola se esforzó por acompañarlo. «Pensé que iba a salir como siempre. No me quedo con ninguna culpa, hice todo lo que pude. Iba todos los días después de cursar y trabajar. Fue muy difícil». En uno de los momentos más conmovedores de la charla, rememoró: «Un día me miró y me dijo: ‘Cuando estoy con vos siento paz’. Me quería largar a llorar».

Para ella, el periodista también dejó una huella imborrable como padre. «Extraño muchas cosas de él. Su sonrisa, su forma de recibirme. Era un vínculo muy único. Me encantaba charlar con él, fumarnos un pucho juntos. Todo lo que tenía que vivir con él, lo viví».
Lola también habló sobre el particular vínculo de Jorge Lanata con su ex pareja, Sara Stewart Brown. «Yo creo que vi la historia de amor más linda de cerca. Aunque se separaron, se amaban. Todos los domingos comíamos juntos. Me enseñaron que el amor no siempre implica estar en pareja, y eso me marcó».

Consultada sobre lo que heredó de su padre, dijo que compartía su mal humor, su estilo de humor y su costumbre de decir siempre lo que piensa. «Lo que no me gustaría heredar es su egocentrismo. Siempre me decía ‘me vas a decir a mí que escribí 50 libros’. Eso me daba bronca, y creo que por eso soy más humilde».
Hoy, a seis meses de su partida, Lola reconoce que todavía le cuesta asumir que no volverá a hablar con él en persona. «Hablo siempre con él, le pido cosas, le cuento cosas. Y muchas veces me las cumple. Siento que me escucha. Todas las noches, si no todas, sueño con él».
«Me encantaría que lo recuerden como el gran periodista que fue. Fue parte de la historia de la Argentina. Me llena de orgullo que lo sigan recordando», concluyó.