El sábado 5 de julio a las 21:30, Macanudo recibirá a Abril Sosa, uno de los nombres más versátiles y sensibles del rock argentino.
En un formato acústico e íntimo, el músico presentará en Tandil su tercer trabajo solista, Un hombre sentado en un cuadro de Chagall, aún inédito, pero ya lleno de canciones que lo reencuentran con su esencia. Habrá también lugar para composiciones de sus discos anteriores, versiones inesperadas de clásicos de Catupecu Machu y de Cuentos Borgeanos, y, sobre todo, para esa mezcla de vulnerabilidad y fuerza que siempre lo acompañó.
«Me pasa algo muy lindo. Con esta idea de hacer un show íntimo, me reencuentro con canciones que nunca he tocado solo con la guitarra. Paso por mi carrera solista, por Cuentos, por Catupecu en reversiones loquísimas y hasta por algunos covers. Me encanta sentir que estoy desafiando mi playlist», asegura a El Diario de Tandil, desde Madrid, donde reside desde hace cuatro años. La gira por Argentina y Uruguay, que lo trae nuevamente a Tandil, se articula como una celebración del reencuentro con su obra y con su público.
A lo largo de su trayectoria, Abril ha acumulado un repertorio que le plantea desafíos incluso antes de subir al escenario. «Es muy loco a lo que me tengo que enfrentar. Hoy los shows son más cortos que antes, un recital de dos horas y media es un exceso. Tengo que recortar y me parece loquísimo. Hoy el mérito no es que sea largo, sino que esté bien, no importa lo que dure».
Después de años tocando en banda, el formato solista trae una mezcla de vértigo y libertad: «Me pesa un poco, pero me reencontré con ese amor de la voz y la guitarra, esta cosa tan pura. Uno puede manejar la dinámica del concierto como quiera, eso me entusiasmó. Obviamente, mete un poco de miedo. Cuando salí solo en 2017 fue un embole: soy un tipo de banda, de amigos, joda y estupidez. Salir solo es pesado. Pero me reencontré y me gusta».
Su nuevo disco llega después de una pausa extensa -su último trabajo solista fue en 2017-, una que él mismo mira con cierta autocrítica. «Me condeno por eso. Soy fanático de Divididos, y siempre les critiqué que tardaban mucho entre disco y disco. Y yo hace ocho años que no saco uno… Me alejé de la música, me vine a vivir a Europa, apareció Catupecu… Fue una etapa fallida. Ahora me avergüenza que haya pasado tanto tiempo, pero ya tengo el disco entre manos, va a salir este año».
El regreso de Cuentos Borgeanos, su banda fundada a comienzos de los 2000, fue otro impulso. El concierto planeado para julio en Niceto Club se agotó rápidamente y dio lugar a una segunda fecha. «Toda esta gira nació por ese reencuentro. Siempre fue una banda muy indie, y esto fue muy personal, amoroso, de amistad. Agradezco la posibilidad de volver a tocar en Argentina», comenta el músico.
Desde Madrid, Abril vive con intensidad el presente. «Soy una persona muy inquieta, nómade. En Argentina viví en 100 mil barrios, soy de cambiar. Me vine con mi familia y me encanta vivir acá. Viví en Nueva York, en Viena, y no sé si esta es mi ciudad, como tampoco lo supe de Buenos Aires, pero me siento a gusto. Este año empecé a tocar en Europa: Barcelona, Italia, y en octubre tengo fechas en Londres, Dublín, Madrid, Barcelona. Ojalá sigamos».
Tandil tiene un lugar especial. Cuenta que «estoy super feliz de ir a tocar ahí. Es una ciudad con muchos amigos, gente que quiero. He ido mucho como solista. Los espero a todos para divertirnos».
Catupecu: Un reencuentro atravesado por el duelo, la nostalgia y la desilusión
La relación de Abril Sosa con Catupecu Machu está tejida de talento, intensidad y un historial de roces que nunca terminaron de cerrarse. Abril, por su cuenta, saca el tema del cual ya habla con naturalidad después de haber hecho el duelo. «Una cosa amorosa que terminó todo mal, como tiene que ser en Catupecu. La primera vez que me fui de Catupecu, tenía 20 años y días antes de irme, con Fernando nos escupíamos en el escenario, y no es una exageración. Siempre nos llevamos mal, somos muy parecidos, muy compadritos».
El reencuentro de 2022 prometía ser distinto, pero los viejos patrones volvieron pronto. «Este intento de regreso fue parte de lo mismo, creíamos que la muerte de Gaby nos iba a unificar, íbamos a ser más serios y amorosos, lo fuimos dos días y volvimos a ser los mismos pelotudos de siempre». A la distancia, Sosa señala con claridad por qué ese nuevo intento no prosperó: «Porque estaba Gabriel en el medio, que podía equilibrar. Sin Gabriel, Fernando es un desenfrenado narcisista y no aceptó mis consignas. Cuando lo conocí, tenía 12 años, ahora tengo casi 44. Él tiene su inseguridad de líder».
La visión artística también chocaba: «Yo le propuse volver a un Catupecu original, que es Dale!, Y lo que quiero es que pises sin el suelo, romper todo, saltar y darle para adelante. Pero Catupecu después del accidente de Gaby y no estando yo, se transformó en una cosa super oscura, re dark, y la gente no quiere ver eso. Hicimos un Movistar Arena porque tocamos Eso Vive y esas canciones, la gente quiere eso, es una banda para arriba. Como Fernando es un tipo depresivo, no se dio».
Durante dos años, decidió no hablar del tema públicamente. «A mí me ningunearon mucho, me criticaron mucho en redes sociales. Cuando me echaron de Catupecu, la gente se enojó conmigo y no había hecho nada malo, todo lo contrario: viajaba desde España cuatro veces al mes, traté de armar un playlist más catupequero y no esas canciones horribles y oscuras».
Abril reconoce el lazo emocional que aún persiste, aunque herido: «Cometimos un error con Fernando. Es una de las personas más importantes de mi vida, como Gabriel, pero su traición es incalculable, nunca más voy a poder ser amigo suyo. Pero de la traición para atrás, lo amo, es el hermano de mi vida, muy trascendental para mí. Pero los dos, equívocamente, sentíamos que volver a tocar juntos iba a resucitar a Gabriel, que lo extrañamos a niveles muy dolorosos. Fernando ha muerto con la muerte de Gabriel, pero eso no amerita que me hayan hecho lo que me hicieron, me echaron de mi banda».
Abril Sosa toca el sábado 5 de julio a las 21:30 horas en Macanudo (Rodríguez 459). Las entradas anticipadas se consiguen en La Bullanga (Av. Colón 1479), Manhattan Instrumentos (Chacabuco 873) y Macanudo (Rodríguez 459). Online a través de TodoPass