Una voz en off anuncia las bondades del lugar. “Bienvenidos al corazón del Caribe. Bienvenido a la República Dominicana. ¡La perla del Caribe!”, dice el locutor, mientras en el video aparecen playas de arena blanca como el talco y aguas turquesas. Pero al poco tiempo el encanto se desvanece. La Policía detiene a los cuatro tripulantes de un avión privado, que transportaba valijas con 700 kilos de cocaína. Con ese vértigo comienza El caso Air Cocaine: Traficantes de altura, que se puede ver en Netflix.
La serie documental, dividida en tres episodios de 40 minutos, relata los hechos ocurridos en 2013 en Punta Cana, cuando fueron detenidos cuatro ciudadanos franceses: dos pilotos, un ex piloto que nunca había llamado la atención y un pasajero del que nadie había oído hablar. “Parecían padres de familia honestos, de conducta impecable”, dice una jueza de instrucción en una entrevista del primer episodio.
¿De quiénes son las 26 valijas, con una mercadería valuada en 50 millones de euros? ¿Los pilotos no sabían nada? ¿Es cierto que el pasajero no tiene nada que ver? ¿Era un turista o un traficante? ¿Quién es el dueño de las valijas? Los episodios intentan responder esas preguntas, con un formato clásico de entrevista, material de archivo y la palabra de los involucrados.
La producción no sólo se preocupa por hacer historiografía con un hecho que fue relevante en la historia de República Dominicana y de Francia. A partir del segundo episodio, intenta ir más allá de los tripulantes del vuelo y tiende redes hasta llegar al rol de los funcionarios de control de drogas dominicanos, el tráfico de drogas como una epidemia de la sociedad francesa y el negocio de la aviación ejecutiva, que no tiene los mismos controles que los vuelos estándar.
La serie se va haciendo más nutritiva a medida que profundiza en las entrevistas más allá del rico material de archivo. Los realizadores hablan con una azafata que había sido contratada -y luego liberada- para ese vuelo, buscan a un antiguo químico que trabajaba junto a Pablo Escobar para indagar sobre el olor de la sustancia y llegan incluso a sugeridas vinculaciones del caso con el ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el futbolista Karim Benzema.
Otro aspecto que enriquece una serie documental clásica es la planificación de una huida, la intervención de eurodiputados y, por supuesto, el perfil de cada uno de los tripulantes de ese avión. Sin ser un prodigio del género -en Netflix hay gemas documentales como “Nostalgia de la luz”-, la serie entretiene gracias a una buena documentación, personajes pintorescos y una pizca del estrés que implica llegar a un país desconocido y, por alguna razón, tener problemas con la ley.
La Policía encontró 26 valijas, con una mercadería valuada en 50 millones de euros. Foto NetflixEl caso Air Cocaine: Traficantes de altura tiene narcos, aviones privados y justicia internacional. Muestra ese mundo y el de los vuelos privados, además de un caso atípico de narcotráfico. Entretiene y dura lo que tiene que durar. Eso, en tiempos de series que se alargan innecesariamente, se agradece.
Ficha
Calificación: Buena
Documental Protagonistas: Pascal Fauret y Bruno Odos Creadores: Olivier Bouchara y Jérôme Pierrat Emisión: Netflix Duración: tres episodios de 40 minutos.
