
De Cervantes a Londres hay 11984 kilómetros. Allí, en el pueblo del Alto Valle de Río Negro al norte de la Patagonia, comenzó a rodar el sueño de Cindy Lilen, ese que por estos dias la tiene ocupada en Somerset House con la instalación Sur Andina y su telar abierto elaborado con fibras naturales de lana merino, llama y vicuña que rescata las técnicas ancestrales de los pueblos de los Andes y brilla en la Bienal de Diseño a orillas del Tamesis, tan lejos de las chacras de manzanas y peras, los álamos, el canal de riego y el río que atraviesa su tierra camino al mar.
Los inspiradores tejidos de las abuelas
En el largo viaje de Cindy hay escalas que explican las que siguieron y acaso el primer paso fue cruzar la calle y mirar a su abuela Nelly tejer con dos agujas, a crochet, hacer un bordado chino, coser y aprender más secretos de ese apasionante mundo artesanal con Celia, su otra abuela. Recuerda cada detalle de esa vida que transcurría cadenciosa en Cervantes, sin vértigo, bajo el cielo puro y los paisajes del Valle, con esos tonos cálidos y esa luz que la influirían tanto aunque entonces no lo supiera, como aquellos viajes familiares a la cordillera, las ferias y aquellas manos expertas, esa sabiduría transmitida de generación en generación para dar forma a esos abrigos de lana para protegerse del frío del sur.

De Cervantes a Londres con escala en Buenos Aires
Después de la primaria en Regina y la secundaria en Roca, eligió estudiar Diseño textil e Indumentaria en la UADE de Buenos Aires y de ahí el salto fue tan grande como para llevarla a un máster en Arte Textil en el Chelsea College of Arts de Londres.
Tras terminarlo, seis años atrás puso el foco en investigar el lenguaje textil no escrito de los pueblos andinos, objetivo que aún hoy es parte central de su rutina en su estudio en Londres. Allí, en la icónica capital de Inglaterra, conoció a la diseñadora de sonido sanjuanina Iliana Díaz López, que también había llegado para completar su formación profesional. Pronto supieron que coincidían en esa meca del diseño, pero también en la búsqueda, la visión.

Crearon el colectivo Madre Tierra Designers, que rinde tributo a la conexión entre la naturaleza, la sabiduría ancestral y el diseño sostenible, como explican en su declaración de principios. Y aquí están, con su experiencia inmersiva en la quinta edición de la bienal que termina hoy, como única representación argentina entre más de 30 países.
“Las dos teníamos la misma investigación sobre las tradiciones, el patrimonio de distintos lugares de la Argentina, trabajábamos con comunidades similares y decidimos buscar representar el país a través de este lado”, explica Cindy.



“Y decidimos hacerlo enfocándonos en los Andes: abarcan desde el norte al sur del país y son culturas que se expanden por todo el territorio. Decidimos reflejar esta identidad argentina a través de las fibras y del sonido y de la luz con una instalación inmersiva donde la gente pudiera entrar y encontrarse como en un viaje sensorial. Propusimos tres piezas textiles, con iluminación incorporada y un sonido también muy anclado al patrimonio andino”, agrega.
La instalación Sur Andina

La pieza principal, de unos tres metros de alto por dos y medio de ancho, es un telar de final abierto extendido en el suelo de la sala, con simbologías que invitan a conectar al visitante con una historia que todavía puede seguir siendo escrita, por eso el final inconcluso de las fibras y la invitación a abrir el diálogo con la cosmovisión de los pueblos andinos. “Esa conexión con el más allá, con los ciclos de la naturaleza, con sus sonidos”, dice Cindy.



Hemos tenido gente que ha llegado, se ha sentado y se ha emocionado, así que eso a nosotras como artistas nos llena de orgullo»
Cindy Lilen
El telar se contempla desde un banco hecho también a mano en su estudio, con fieltro y anudados que dejan pasar la luz interna. Detrás, custodia todo la tercera pieza, la representación de un espíritu como símbolo de la cosmovisión que cree que hay guardianes que protegen el viaje, el paso por el mundo.
“La idea fue también reivindicar las fibras de lujo que tenemos en la Argentina, por eso elegimos de llama, de lana merino y de vicuña para poder hablar de la importancia de este material en un mundo hoy muy abocado a lo sustentable. Y para hablar además del patrimonio que tienen: no son solo fibras, también cuentan una historia de un terreno, de un paisaje, de tradiciones e identidades”, dice Cindy y regresa al pabellón donde los visitantes se asombran con esa maravilla hecha en un estudio en Londres inspirada en los pueblos andinos. Como dijo el inolvidable Atahualpa Yupanqui, a quien citan en la presentación: «He venido desde tierras lejanas para decir algo».