Diseñada para proteger la función cognitiva, esta dieta combina principios de la alimentación mediterránea y DASH.

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Basada en datos observacionales y clínicos, esta dieta propone un enfoque específico para reducir el riesgo de deterioro cognitivo, combinando elementos de dos patrones dietéticos previamente establecidos: la dieta mediterránea y la dieta DASH (Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión, por sus siglas en inglés).
El equipo liderado por Morris observó que ciertas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, podrían estar influenciadas por factores modificables, incluyendo la alimentación. A partir de un estudio longitudinal en adultos mayores, concluyeron que un patrón dietético saludable podría retrasar o incluso prevenir la aparición de estos trastornos.
Los resultados preliminares mostraron que las personas que seguían rigurosamente las recomendaciones de la dieta MIND reducían hasta en un 53 % su riesgo de desarrollar Alzheimer. Aquellos que la seguían de forma moderada también obtenían beneficios, con una reducción del riesgo del 35 %, según datos publicados en la revista Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.
¿Qué alimentos promueve la dieta MIND?

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La dieta MIND clasifica los alimentos en dos categorías principales: los que deben promoverse y los que conviene limitar. El objetivo es reducir la inflamación y el estrés oxidativo, dos factores que afectan directamente a las células cerebrales.
Alimentos recomendados (grupo protector)
La dieta MIND sugiere priorizar el consumo de los siguientes grupos:
- Verduras de hoja verde (al menos seis porciones semanales)
- Frutos rojos (dos porciones semanales)
- Cereales integrales, legumbres y frutos secos
- Pescado y aves de corral (una vez por semana)
- Aceite de oliva como principal fuente de grasa
Alimentos a limitar (grupo de riesgo)

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En contrapartida, se recomienda reducir o evitar el consumo de:
- Carnes rojas
- Alimentos ultraprocesados
- Frituras
- Queso, manteca, margarina
- Dulces y productos azucarados
Beneficios potenciales para la salud cerebral
Estudios observacionales realizados durante más de una década mostraron que quienes seguían la dieta MIND presentaban mejoras en funciones como la memoria y la capacidad para resolver problemas. Además, se observó un menor riesgo de desarrollar enfermedades como Alzheimer o demencia.
Los expertos atribuyen estos beneficios a la reducción del colesterol LDL, conocido como «colesterol malo», que puede afectar negativamente al funcionamiento neuronal. También se señala una posible disminución del riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes o ciertos tipos de cáncer.
Comparación con otras dietas saludables
La dieta MIND se inspira en la dieta mediterránea y la DASH, pero se diferencia por su enfoque específico en el cerebro. A diferencia de las otras dos, que promueven un enfoque más general para la salud cardiovascular y la presión arterial, la MIND establece porciones precisas de grupos alimentarios vinculados a la salud neurológica.
Los expertos destacan que la dieta por sí sola no basta. Desde instituciones como Mayo Clinic se sugiere acompañarla con otros hábitos saludables, como:
- Dormir entre siete y ocho horas por noche.
- Realizar ejercicio físico moderado o intenso al menos 150 minutos semanales
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso
- Reducir los niveles de estrés mediante técnicas de relajación
- Fomentar la salud mental y las conexiones sociales
Estas conductas, junto a una dieta adecuada, conforman un enfoque integral para reducir los factores de riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
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