El Gobierno eliminó por decreto la ANMAC y habilitó la venta de armas de uso militar. Renace el RENAR con menos controles.
El presidente Javier Milei eliminó por decreto la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), responsable de gestionar y regular el uso de armas de fuego, municiones y explosivos en Argentina. La decisión se formalizó este martes 1 de julio con la publicación del Decreto 445/2025 en el Boletín Oficial, acompañado por las firmas de Patricia Bullrich y Guillermo Francos.
El cierre de la ANMAC ocurre en paralelo con una controvertida medida del Gobierno que flexibiliza el acceso civil a armas semiautomáticas, incluso aquellas derivadas de uso militar, como fusiles, carabinas o subametralladoras de calibre superior al .22 LR. Hasta ahora, su adquisición por parte de civiles estaba restringida desde 1995.
El regreso del RENAR y el cambio de paradigma
Con esta reestructuración, el Gobierno restituye el antiguo RENAR (Registro Nacional de Armas) como organismo desconcentrado dentro del Ministerio de Seguridad. Según el decreto, el RENAR mantendrá la “especialidad técnica” en materia de fiscalización de armas, pero pierde la autonomía administrativa y el enfoque preventivo que había caracterizado a la ANMAC desde su creación en 2015.
Además, se dispuso la eliminación del Fondo de Promoción de las Políticas de Prevención de la Violencia Armada, que financiaba campañas educativas y programas para desalentar la tenencia de armas en la población civil.
Nuevo régimen para armas semiautomáticas
Semanas antes de disolver la ANMAC, el Ejecutivo ya había derogado el Decreto 64/1995, que prohibía la tenencia de ciertas armas semiautomáticas de uso militar. La nueva normativa permite que los usuarios civiles, mediante una autorización especial, puedan adquirir este tipo de armamento, bajo un esquema de control ahora debilitado.
El decreto presidencial establece que los materiales podrán usarse con fines deportivos o legales, pero organismos civiles y expertos en seguridad advierten sobre los riesgos de aumentar la circulación de armamento de guerra entre civiles, sobre todo en un contexto de creciente violencia social.
Rechazo y advertencias desde distintos sectores
La decisión del Gobierno fue rápidamente cuestionada por organizaciones como la Red Argentina para el Desarme, que alertan sobre el riesgo de facilitar el acceso a armas potentes mientras se elimina la estructura estatal que tenía como misión prevenir la violencia armada.
“Volver al RENAR significa un retroceso de más de 30 años en materia de control de armas. Se pierde una visión integral y moderna de seguridad pública”, señalaron desde la organización.
También preocupa la concentración del control en el Ministerio de Seguridad, sin instancias de articulación con políticas sociales, de salud mental o educativas, que eran parte del enfoque de la ANMAC.
Por el momento, se mantendrán los cargos del personal técnico mientras se reestructura la nueva dependencia.
Con esta serie de reformas, el Gobierno de Milei acelera su plan de achique del Estado, pero pone en tela de juicio la capacidad institucional para garantizar un control responsable del armamento civil. La tensión entre libertad individual y seguridad pública vuelve a ocupar el centro del debate político.