Un técnico del Ayuntamiento de Barcelona se muestra rotundo. “Jamás dejaría que mis hijos se bañaran aquí”, subraya frente a las recién estrenadas láminas de agua que decoran el eje de la avenida Diagonal del nuevo corazón de Glòries, un elemento ornamental convertido estas semanas tan apocalípticamente calurosas en refrescante desahogo de muchos niños, unos cuantos adultos y no pocas mascotas. Y un vecino de los alrededores asiente y le da la razón, al técnico del Ayuntamiento, y añade que las atracciones acuáticas siempre quedan bien, pero que suponen muchos inconvenientes porque requieren un mantenimiento muy cuidado. “Es que se trata de un agua en recirculación –prosigue el técnico del Ayuntamiento, que vino a comprobar el estado de unas bombas que se habían averiado–, y aunque estas láminas tienen un sistema de depuración no están pensadas para que la gente se bañe ”.
Los vecinos lamentan que los niños y perros jueguen en aguas recirculadas
Varios carteles indican que el baño no está aquí permitido. Los chavales, sin embargo, no pueden resistirse y corretean sobre las láminas. Tienen muy pocos centímetros de profundidad pero resultan muy socorridas. Los chavales apenas tienen que encaramarse. Y encima a sus padres no es cuesta ni un chavo. Por las mañanas priman los chapoteos ocasionales. Entonces los perros pueden refrescarse sin que ninguna criatura se les suba encima. Y por las tardes todo se desmadra y el lugar rememora a una piscina de pueblo de los años 80 ¿recuerdan cuando divertirse era algo realmente sencillo? “Al final, con tanto perro bañándose y haciendo sus cosas –tercia el vecino en cuestión–, algún niño cogerá una infección”. Ahora es el técnico del Ayuntamiento el que asiente.
El éxito de un lugar que se suponía de paso también desata problemas con los ciclistas
Y así se lo harán saber a los responsables municipales algunos de los representantes vecinales que forman parte de la Comissió de Seguiment del Compromís per Glòries. Porque estas láminas estaban pensadas para reflejar la estampa a de la torre Glòries y las nuevas edificaciones, para principalmente hacer del paseo una experiencia más agradable.

Ciclistas y bañistas se cruzan demasiado a menudo
Àlex Garcia
“El Ayuntamiento tiene previsto instalar más láminas –prosigue el vecino–. Tendría que tener muy en cuenta el uso que luego la ciudadanía da a sus instalaciones”. Porque muchas veces la gente da a las intervenciones de las administraciones un uso bien diferente del previsto sobre el papel, porque la ciudad tiene vida propia y en ocasiones se rebela. Y en verdad en estos arrebatos se encuentra su espíritu. Y lo que estaba llamado a ser un punto de mero paso en el nuevo corazón de Glòries gana tanta popularidad que los representantes vecinales también pedirán a los responsables municipales que revisen el paso de bicicletas y de monopatines.

En remojo en las láminas de agua del nuevo parque
Àlex Garcia
“Hubiéramos preferido que circularan rodeando los nuevos espacios, como hace el tranvía. Es que aquí estamos en una plataforma única, y de este modo las bicicletas y los monopatines pueden ir por cualquier parte. Las señales son básicamente unos dibujos en el suelo. A lo mejor, sobre el papel, cuando se pensaba que este sería un punto de paso, parecía lo adecuado, pero como el lugar está teniendo tanto éxito…”. Por las tardes, cuando las láminas suman más usuarios, también proliferan los sustos. “Lo que pasa es que celebramos muchas reuniones informativas donde el Ayuntamiento nos cuenta lo que hace, pero nosotros reclamamos más encuentros participativos”.
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Y en un orden de cosas más agreste los representantes vecinales pedirán a los responsables municipales que les cuenten la evolución de la construcción de viviendas, que según se les antoja acumula ya demasiados retrasos. “Parece que sobre todo avanza la construcción de pisos de lujo. A ver quiénes los pagan…”. Se trata de una cuestión, la de los pisos, que también desata muchos calores por las entrañas de la gente…