Las bicicletas eléctricas se han convertido en las auténticas protagonistas del Bicing. Son 5.000 de las 8.000 bicis (algo más del 60%) que forman la flota tras la última ampliación, pero los usos que registran son mucho más altos. El 80% de los viajes del servicio público de bici compartida ya se hacen con bici eléctrica, según los datos de Barcelona Serveis Municipals (BSM). Y el porcentaje no para de crecer.
Esta alta demanda lleva a registrar un uso diario de cada bici eléctrica de cerca de 12 veces de media. Es una cifra que se ha disparado en los dos últimos años, cuando rondaba los siete u ocho, y duplica la ratio habitual entre los sistemas de bici pública compartida del resto de Europa. De hecho, es la ratio más alta de todo el continente, una medalla de la que sacan pecho sus responsables aunque a su vez supone importantes retos en el mantenimiento de los vehículos.
Las bicis mecánicas, por su parte, desde que han pasado a ser minoría en la flota, quedan muy por debajo de la demanda de las eléctricas tanto en números absolutos como porcentuales, con entre tres y cuatro usos diarios.
El servicio público ha incorporado este año 30 nuevas estaciones, de las cuales ocho están en barrios de montaña
La principal bondad de la asistencia eléctrica es que permite cubrir mayores distancias y superar desniveles que de otro modo la mayoría de usuarios no afrontarían. Por eso, la conversión de la flota hacia un mayor protagonismo de las bicis eléctricas se está acompañando de una expansión territorial a zonas que antes habían quedado al margen del Bicing. Tras varios retrasos en su instalación, este año se han incorporado 30 estaciones nuevas, de las cuales ocho se encuentran en barrios de montaña: cinco en Horta-Guinardó y tres en Sarrià-Sant Gervasi.
“Los barrios de montaña habían quedado olvidados y con la bici eléctrica se impulsa la conexión y se facilita la accesibilidad a lugares con una orografía más complicada”, ha celebrado este martes la presidenta de BSM y primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, junto a la estación recién instalada en Sant Genís dels Agudells, por encima de la ronda de Dalt. Además de los barrios más cercanos a Collserola, también se han instalado una decena de nuevas estaciones en el Eixample para reforzar los puntos de más demanda.
Con todas ellas son 557 las estaciones habilitadas en todo el término municipal de Barcelona. A lo largo del año que viene se sumarán 36 estaciones más, tal y como pactó el gobierno municipal con ERC en el acuerdo de presupuestos. Con ellas, se dará por completada la ampliación territorial en este mandato.
El Ayuntamiento apuesta por mejoras en el servicio en lugar de rebajas en el precio
Las recientes mejoras del servicio se financiarán con fondos del Ministerio de Transportes, que el Bicing metropolitano –el AMBici– ha preferido invertir en rebajar el precio del abono a la mitad. “No tenemos un problema de acceso al servicio, es preferible mejorar el servicio”, reconoce Bonet. En el imaginario municipal sigue muy presente el crecimiento desorbitado que experimentó el Bicing cuando se puso en marcha hace ya 18 años que llevó el servicio al colapso.
Sin necesidad de tocar el precio, en el primer semestre de este año se ha incrementado el número de usuarios un 7%. La empresa concesionaria Pedalem Barcelona recientemente alcanzó los 100 millones de viajes acumulados desde que se hizo cargo del servicio en el 2019. En un horizonte no tan lejano deberá afrontarse el reto de unificar el Bicing de la capital y el metropolitano. Ambos contratos finalizan en el 2028 y ambas partes parecen dispuestas a hacer un Bicing metropolitano de verdad a finales de la década.