La historia tenía todos los ingredientes para convertirse en una de esas postales familiares que emocionan: abrazos en el aeropuerto, reencuentros después de años, nietos conociendo a sus abuelos por primera vez. Pero en apenas horas, todo cambió y una tragedia tan absurda como cruel convirtió un sueño familiar en pesadilla.
Este lunes, Milo De Nastchokine, un bebé de apenas un año y medio, aterrizó en Ezeiza junto a sus padres, Andrés De Nastchokine (43) y Marie Lanane (42), de nacionalidad francesa, y su hermana mayor, Elisa (4), en lo que sería su primer viaje a la Argentina. Los esperaba una bienvenida cargada de emoción: del otro lado de la puerta de arribos estaban sus abuelos paternos, Demetrio De Nastchokine (79) y Graciela Just (74), junto a sus tíos, Maia y Alejandro, con lágrimas en los ojos y los brazos abiertos.

Las imágenes del aeropuerto son hoy imborrables: abrazos, sonrisas, juguetes, una caja de bienvenida con el nombre del pequeño Milo y ese amor entrañable de familia que vuelve a estar junta después de tanto.

Tras el emotivo reencuentro, todos se dirigieron a la casa de los abuelos, en el corazón del barrio porteño de Villa Devoto, más precisamente en la calle Sanabria al 3768. Lo que debía ser una noche de alegría y anécdotas terminó en el horror.

Horas después, la familia fue hallada sin vida producto, según las primeras pericias, de una intoxicación por monóxido de carbono. El gas invisible, inodoro y letal se habría esparcido silenciosamente mientras dormían.
Fue Maia, la tía de Milo, quien, alarmada por la falta de respuestas, se acercó a la vivienda. Al abrir la puerta, se desvaneció por los efectos del gas, pero logró dar aviso al 911. Al llegar los efectivos policiales y personal del SAME, se toparon con una escena desgarradora.
En el primer piso encontraron a Andrés y Marie, sin signos vitales, abrazados a su hija Elisa, también fallecida. En otra habitación, Milo fue hallado con vida, llorando. Sobrevivió gracias a que se encontraba en una habitación diferente y alejada de la principal fuente de la fuga. En el segundo piso de la casa, yacían sin vida los abuelos, Demetrio y Graciela.

El pequeño fue trasladado de urgencia al Hospital Zubizarreta y, horas más tarde, derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Se encuentra fuera de peligro, bajo cuidados médicos y acompañado por su tía Maia, quien ahora, destrozada por el dolor, enfrenta una nueva y difícil realidad: convertirse en su figura materna según informó el periodista Carlos Salerno este miércoles por la mañana al aire de Desayuno Americano (América TV).
La noticia conmovió al país. En el mencionado programa, Pamela David se quebró al aire: “Uno se imagina a este bebé que se quedó sin nadie… sin sus padres, su hermana, sus abuelos”. A lo que Salerno añadió detalles estremecedores: “Llegaron el lunes, lo fueron a buscar al aeropuerto, vinieron a conocer a sus abuelos. Fue un reencuentro soñado que terminó de la peor manera”.

Ahora, mientras la Justicia investiga si hubo fallas en el sistema de calefacción o en el estado del termotanque, la comunidad se pregunta cómo reparar el daño irreparable: un niño pequeño que perdió a toda su familia en cuestión de horas.
El periodista también dijo que al momento de ser rescatado Milo estaba llorando. «Sobrevivió porque estaba en otra habitación», contó en otro tramo de su relato Salerno. «La noticia es horrible por dónde se la mire, ese bebé se queda solo», añadió Pamela, visiblemente conmovida por lo que estaba escuchando.
«No quiero ni pensar cómo a esta mujer le cambió la vida con toda su familia muerta y un niño a cargo», opinó Luis Bremer. «Bueno, es la nueva mamá de Milo y este niño ya no vuelve a Italia, se queda acá», acotó Salerno.