
El volumen de información digital aumenta a un ritmo acelerado y la mayoría de las empresas todavía no cuenta con recursos adecuados para proteger sus activos. Nueve de cada diez compañías no están preparadas para manejar el impacto de un ciberataque, lo que las deja vulnerables ante una ola global de ciberdelincuencia.
En este contexto, Argentina ocupa el tercer lugar en América Latina en cantidad de ciberataques, con registros que superan los 262 millones de intentos solo en el primer trimestre de 2024. En este ranking, se ubica solo detrás de Brasil y México. Entre las acciones maliciosas mencionadas resaltan ransomware y phishing.
Si no se refuerzan las estrategias de protección, se prevé que tal cantidad de ataques podría duplicarse al cierre del año. El auge de la digitalización, la rápida evolución de la inteligencia artificial (IA) y la carencia de capacitación digital entre usuarios y trabajadores aparecen como motores de este crecimiento preocupante.

La ciberdelincuencia ha escalado hasta convertirse en la tercera economía más grande del planeta, por detrás solo de China y de Estados Unidos. Los ataques informáticos no muestran señales de desaceleración y sus métodos se sofistican constantemente, impulsados por las nuevas herramientas tecnológicas. Muchas organizaciones continúan enfrentando dificultades para proteger datos sensibles y estructurar defensas robustas, lo que fortalece el escenario de riesgo.
La IA ha resultado un factor clave en la transformación de la ciberseguridad: ofrece ventajas tanto a quienes buscan resguardar la información como a los propios ciberdelincuentes, que la emplean para diseñar ataques más complejos.
Según Sergio Orona, CEO y fundador de Sparkfound, el avance de la inteligencia artificial significa que “los ciberataques están evolucionando permanentemente ya que puede ser utilizada tanto como para ayudar en la defensa como en el ataque ya que a su vez se ha convertido en un arma cada vez más utilizada por los ciberdelincuentes, por lo tanto es muy importante que la cultura de la ciberseguridad a toda escala (en empresas, en usuarios y en gobiernos) esté cada vez más presente con el objetivo de tener protegidos de forma adecuada los activos informáticos”.
Asimismo, señaló que “las grandes potencias están trabajando en desarrollar herramientas basadas en inteligencia artificial que puedan prevenir y mitigar cualquier tipo de ciberataque en las organizaciones”.

En los últimos años, Argentina ha mostrado un cambio de paradigma al consolidarse como un polo de expertise en el ámbito de la ciberseguridad. El conocimiento técnico de los profesionales locales permite aportar soluciones tanto en el país como a nivel regional. Las empresas en territorio argentino ahora destinan proporciones mayores de sus presupuestos a la protección digital. Este proceso ha impulsado un crecimiento sostenido del mercado: se estima que el sector de ciberseguridad en Argentina alcanzará los 1.040 millones de dólares en 2025 y superará los 1.760 millones de dólares en 2030.
A nivel estatal, en julio de 2024 se creó la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad (UIAAS). Este organismo se dedica a prevenir, detectar, investigar y combatir ciberdelitos mediante inteligencia artificial, con especial énfasis en el patrullaje de redes abiertas, aplicaciones y la dark web.
Posteriormente, en enero de 2025, entró en vigor la resolución 72/2025, con la que el Ministerio de Seguridad de la Nación lanzó un plan federal para la prevención del ciberdelito y la gestión estratégica de la ciberseguridad para el período 2025-2027. Esta iniciativa busca fortalecer las capacidades para prevenir, detectar e investigar delitos informáticos, y promueve la colaboración entre sectores públicos y privados para construir una cultura integral de ciberseguridad en todo el país.
El avance de la digitalización y la escasa formación digital en buena parte de la sociedad se presentan como problemas urgentes, mientras que la sofisticación de los ataques y la adopción de IA requieren renovadas estrategias de protección.