Democracia en peligro
Rial,Doman,Federico,MengoliniyLantos, los nuevos periodistas denunciados.

En un pas donde la inflacin galopante, el desempleo y el deterioro social son parte del paisaje cotidiano, el presidenteJavier Mileiparece haber encontrado un nuevo enemigo: el periodismo. En lugar de enfocarse en la gestin de una crisis econmica y social que asfixia a millones de argentinos, el mandatario decide emprender una cruzada judicial contra periodistas que osaron cuestionarlo.Jorge Rial,Fabin Doman,Mauro Federico,Julia MengoliniyNicols Lantos son los ltimos nombres en una lista que Milei parece empeado en engrosar.
El presidente, escudado en el artculo 110 del Cdigo Penal, los acusa de afectar su «honor y reputacin». Sin embargo, lo que est en juego aqu no es su honor, sino la libertad de expresin en Argentina. En una democracia digna, la crtica al poder no slo es legtima, sino necesaria. Pero Milei, lejos de entender esto como un principio bsico de convivencia democrtica, opta por un camino peligroso:el de la intimidacin judicial.

La estrategia de Milei no es nueva. Desde que asumi el poder, mostr una intolerancia creciente hacia cualquier forma de disenso iniciando causas legales tambin contra otros periodistas. Mientras tanto, los problemas reales de los argentinos quedan relegados al olvido. El dficit de cuenta corriente alcanz un rcord de 5.191 millones de dlares en el primer trimestre del ao, y JP Morgan ya recomend a sus clientes alejarse de los bonos argentinos ante los riesgos del rumbo econmico. La respuesta del Gobierno? Silenciar las voces que lo cuestionan.
El caso ms reciente involucra declaraciones hechas en el programaCnclave, emitido por el canal de streaming Carnaval. Segn la denuncia, los periodistas Rial, Federico y Doman habran cruzado una supuesta lnea roja al referirse a aspectos de la vida privada del presidente, incluyendo su relacin con su hermanaKarinay sus perros. Este tipo de crticas no son nuevas en el mbito poltico, pero Milei las interpreta como ataques personales y busca sanciones legales. Es esto un acto de defensa legtima o un intento descarado de censura?

La propia Corte Suprema argentina ya ha establecido que las calumnias e injurias no son punibles cuando estn vinculadas a temas de inters pblico. Este principio se alinea con el fallo Kimel de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que subraya la importancia de proteger el debate pblico en una sociedad democrtica. Sin embargo, Milei parece decidido a ignorar estos precedentes legales y avanzar con su ofensiva judicial.
Un caso emblemtico es el deJulia Mengolini, quien fue denunciada por ironizar sobre la relacin del presidente con su hermana y sus perros. Para Milei, esto constituye «injurias». Para Mengolini, es simplemente parte del trabajo periodstico: analizar y opinar sobre figuras pblicas y cmo llevan adelante sus vidas privadas, algo que pega de lleno en la gestin de gobierno de cualquier funcionario.

Lo ms alarmante es que estas denuncias no son hechos aislados. En mayo pasado, Milei ya haba accionado penalmente contraCarlos Pagni, Viviana Canosa yAri Lijalad. Estas querellas fueron desestimadas rpidamente por la fiscalPaloma Ochoa, quien record que desde 2009 la ley argentina despenaliza las calumnias e injurias en asuntos de inters pblico. Pero el mensaje del presidente es claro: cualquier voz crtica ser llevada ante los tribunales; sin embargo, este gobierno no tolera la crtica poniendo as en riesgo los pilares fundamentales de la democracia.
Mientras el presidente se distrae con sus batallas judiciales, Argentina enfrenta una crisis econmica y social devastadora. El ajuste feroz golpea a hospitales pblicos como el Garrahan, donde ya ni siquiera hay calefaccin y donde no se pagar la residencia a los mdicos que ingresan al sistema de salud. Los jubilados, uno de los sectores ms vulnerables del pas, siguen exigiendo condiciones dignas frente al Congreso cada mircoles, enfrentndose a la represin estatal liderada por la ministra Patricia Bullrich. Ni hablar del desmantelamiento de las polticas de gnero que dejan a cientos de miles de personas del colectivo LGBT sin amparo legal para proteger sus vidas ante un avance sin igual de los discursos de odio.

La pregunta ahora es qu tan lejos est dispuesto a llegarJavier Mileien su afn por amedrentar al periodismo. Si bien sus denuncias han sido desestimadas hasta ahora, el dao ya est hecho: se instala un clima de autocensura y temor entre quienes tienen la responsabilidad de informar y analizar.