
M. NAVARRO
Barcelona
“Esta es una historia de policías y ladrones con final feliz”. La frase es de Luis Sans, alma de la asociación del paseo de Gràcia y propietario del establecimiento Santa Eulàlia, en cuyas puertas uno de sus mejores clientes sufrió el jueves pasado el robo de un reloj de lujo. “El segundo Patek Philippe que le arrebataban en Barcelona en poco tiempo”, apuntó el empresario.
Tras el violento tirón, el engranaje de seguridad pública y privada se puso en marcha. Mientras los vigilantes de seguridad de la tienda corrían tras el ladrón, un encargado alertaba a los Mossos y una primera patrulla de uniforme atendía a la víctima. Todo en pocos minutos.
Los Mossos rescatan de madrugada el Patek Philippe robado en el paseo de Gràcia
La pareja de mossos de seguridad ciudadana del Eixample siguió las indicaciones del personal de seguridad privada y se adentró en la estación del metro de la Diagonal. El sospechoso se había introducido a la carrera en el túnel. Los responsables de TMB detuvieron la circulación de los convoyes y los policías terminaron por localizar y detener al sospechoso, un ciudadano argelino con múltiples antecedentes que quedaron reflejados en el atestado con el que fue presentado al día siguiente ante el juez de guardia. El magistrado ordenó su ingreso en prisión. Pero ni rastro del reloj de lujo.
La patrulla de los Mossos regresó al metro y habló con los policías que trabajan en el suburbano y con el personal de seguridad de TMB. Recuperaron las imágenes de las cámaras de seguridad. donde se apreciaba al sospechoso accediendo a los túnel con el botín en la mano.
Esa misma madrugada, una vez finalizado el servicio, regresaron al túnel. El reloj debía estar allí. Y accedieron con luces y hasta con detectores de metales. Finalmente dieron con el Patek Philippe escondido en un orificio en una vía de servicio paralela. Los Mossos entregaron ayer el reloj a su propietario que, admitió a los policías, aún ni se lo cree.