Tras su consagración como subcampeón de Gran Hermano (Telefe), Ulises Apóstolo vive días de emociones fuertes y reflexiones profundas. Mientras comienza a delinear su futuro en los medios, el cordobés habló con GENTE sobre su gran admiración por Moria Casán y la inesperada comparación que encuentra entre la diva argentina y su mamá, dos mujeres que asegura qye lo inspiran en su manera de ver la vida.
Además, habló sobre qué sintió realmente al quedar en el segundo puesto del reality show y qué piensa sobre la gran victoria de Santiago «Tato» Algorta. También reflexionó sobre el fuerte apoyo que recibió de la gente y, en especial, de Chiara Mancuso, la joven que comenzó siendo compañera de programa y ahora considera como su hermana.

Del mensaje que recibió de Moria Casán a la inesperada comparación con su mamá
—Hablemos mientras me estoy maquillando… ¡Parezco Moria!
—De hecho ella te mandó un mensaje…
—¡Ay! No lo podía creer… ¡La One sabía mi nombre! ¡Impresionado estoy! Cuando me enteré que ella me había mandado un mensaje sentí mucha emoción… Yo crecí con ella y su optimismo.
—¿Qué es lo que más te gusta de ella?
—Su manera de encarar la vida. Un día las cosas llegan. No sólo la admiro por haber traspasado generaciones y por haber sido transgresora, sino también por su generosidad. Todo el mundo dice que ella es muy generosa. Así lo demostró mandándome una audio a mí que soy un cuatro de copas.

—¿Qué le dirías a ella tras tu salida de Gran Hermano?
—Yo le agradecería por inspirarme en mi vida y por ser un ícono. Mas allá de lo artístico me inspira su vida. Es una mujer muy peleadora y me hace acordar mucho a mi mamá.
—¿En qué cosas te recuerda a tu mamá?
—Porque es una persona transgresora. Mi mamá lo fue: vivía en el campo y logró hacer una carrera universitaria. Es una mujer luchadora que crió a hijos luchadores. Además veo en común el optimismo: nunca vas a ver a Moria ni a mi mamá de mal humor.
—¿Podrías haber sido hijo de Moria?
—Podría haber sido, pero soy hijo de Roxana y tengo el mismo orgullo.

«Estaba muy ilusionado»: cómo vivió la final junto a Tato
—¿Cómo fueron estos primeros días fuera de la casa?
—¡Hermosos! Mucho mejor de lo que esperaba. Después de 7 meses con un juego tan expuesto, de haberme mostrado tal cual y de todo lo que fui, pensé que había gente que tal vez no entendía que era parte del show y que tal vez se podía haber ofendido. Sin embargo, todo lo contrario. La gente me ha querido como soy y me ha entendido. Me esperaba que la gente me rechazara por momentos y no hay ni un solo rechazo.
—Que te pase eso debe ser impactante, ¿no?
—Es realmente muy fuerte. Ni con toda la educación artística que hubiese querido tener de chico uno puede ganarse el corazón de la gente. Yo siento que no gané Gran Hermano, pero gané el corazón de la gente.
—Igual, llegaste al segundo puesto…
—Es cierto.

—¿Qué sentías cuando se estaba por definir todo entre vos y Tato?
—Estaba muy ilusionado. Sentía mucho el apoyo de la gente y de los exparticipantes. No se dio, pero vi todo el esfuerzo que hizo la gente que me ha votado. Chiara fue a visitar mi pueblo y la recibieron como si fuera uno más. El esfuerzo fue impresionante y se lo devolví con show dentro de la casa y se lo voy a devolver a todos, si las puertas de los medios están abiertas para mí, con show fuera de la casa.
—¿Ya te llegó alguna propuesta?
—Hay algunas cosas que se están charlando.
Cómo es su entrañable relación con Chiara Mancuso
—Me nombrabas antes a Chiara y el apoyo que te dio…
—Sí, mi hermana.
—¿Cómo inició esa relación tan fuerte?
—El mismo 2 de diciembre nos cruzamos dentro de la casa y nos entendimos desde el humor. Yo tengo humor ácido y ella lo entendió. A eso le sumo su lealtad. Ella fue muy leal fuera de la casa. Ella es una estrella y podría no haberse acordado más de mí y puso el cuerpo en una campaña para bancarme.

—¿Dentro de la casa imaginabas su apoyo?
—Tenía cierta certeza de que me seguiría acompañando afuera, pero nunca pensé que de esta manera. Con Chiara me voy a casar y vivo ahora con ella.
—¿Desde que saliste de Gran Hermano volvieron a convivir?
—Sí, estamos viviendo juntos. Ella me dijo que íbamos a vivir juntos en el lujo y me llevó a un monoambiente en Palermo (risas).
—¿Cómo se están organizando?
—¡Espectacular! Dormimos en la misma cama por ahora. No tenemos ni puertas. Es algo circunstancial que ella consiguió con mucho esfuerzo.

—¿Planean seguir viviendo juntos más adelante?
—¡Sí! Estamos buscando algo más grande para estar más cómodos, pero vamos a mantenernos juntos. Ambos estamos haciendo lo necesario para estar juntos. Sabemos que la dupla ha servido y hemos causado gracia juntos. A partir de ahora arranca el Ulises que siempre soñé.
Cómo fue su infancia y su adolescencia en Despeñaderos, Córdoba
—¿Desde cuándo soñabas esto?
—Desde chico tenía esa parte artística, pero al criarme en un pueblo con una familia un poco más conservadora los sueños eran ser abanderado y tener una profesión, cumplí con todos. Tenía una pulsión artística, pero el deber era llevar el título a casa.

—O sea que de chico no es que tomabas clases de arte…
—Para nada, pero sí de adolescente fui modelo.
—¿Fue tu primer trabajo?
—Casi… De momentos atendí un kiosco dentro del pueblo. De todos modos, el modelaje fue mi primera profesión. Era muy chico porque tenía 16 años. La carrera quedó corta porque cuando se dieron cuenta de mi elocuencia me tomaron como representante de modelos.

—¿Tu familia no tenía miedo de que esa carrera te alejara del deber de llevar tu título universitario?
—Obviamente. En un momento me ofrecieron ir a Europa a ir a hacer una vuelta artística de modelaje y, si bien no es que me dijeron que no en mi casa, yo decidí quedarme y terminar la carrera universitaria. Lo que empiezo lo termino. Decidí quedarme y esa oportunidad se pasó, pero puede llegar ahora con 27 años.
—¿Te arrepentís?
—No me arrepiento. Me parece que fue bueno. Cumplí con todo lo que tenía que cumplir. Estudié ciencias políticas…
—¿De dónde te surgió estudiar eso?
—En casa era casi obligatorio estudiar. Mis papás querían que sus hijos fueran formados. Yo había empezado a estudiar ingeniería como mi hermano, pero estaba fustrado. Un día mi mamá me sentó y entendió que no iba a ejercer eso. Quería estudiar otra cosa y elegí esa carrera. Me enseñó a hablar, pensar y tener diversidad de ideas.

—Y hasta trabajaste de eso…
—Sí, sí… Trabajé como asesor político…
—¿Volverías a trabajar de eso?
—Yo tendría mucho orgullo de representar a mi pueblo. No sé si es ahora el momento. Me falta recorrer y conocer para poder representar a un pueblo.
—Estabas con una carrera y trabajo estable, ¿por qué te surgió ir a Gran Hermano?
—El carro federal de casting de Gran Hermano había llegado a Córdoba y me di una vuelta. La gente siempre me decía que por como era iba a tener facilidades para estar en un reality show así. En 59 segundos dije que mi sueño era ser artista y que si tenía que pasar por la casa de Gran Hermano, lo iba a hacer. Así fue.

—¿No dudaste cuando te confirmaron el ingreso al programa?
—Fueron muchos casting y cuando quedé fue un broche de oro a tanto trabajo. No sabía que iba a durar tanto dentro. Pensé que iba unos días a Buenos Aires e iba a volver a Córdoba a seguir con lo mío. La gente decidió que yo estuviera todos los días del certamen ahí dentro.
—¿Te enoja no haber llegado al primer puesto?
—No, para nada. Lo demostré ese día. Santiago ganó porque la gente lo eligió y yo respeto mucho el voto de la gente. Haber llegado al último día fue la gloria. Yo soy un afortunado.
—¿Qué querés para tu futuro?
—Me voy a quedar en Buenos Aires y Dios sabrá para dónde me llevará. Mi máximo sueño es ser conductor de TV. Estoy dispuesto a trabajar, quedarme en Buenos Aires y luchar por eso.
Fotos: Martina Cretella.