Cada 6 de julio, el Día Mundial de las Zoonosis recuerda el poder de la prevención ante enfermedades que cruzan la frontera entre humanos y animales. Entre ellas, la rabia vuelve a despertar preocupación en América Latina. A pesar de los logros en vacunación canina, nuevas formas de transmisión ponen en jaque a la salud pública regional.
La rabia no da tregua: nuevos brotes y especies involucradas
En los últimos años, la rabia ha dejado de ser solo un problema vinculado a perros. De las 33 muertes humanas registradas en América entre 2023 y marzo de 2025, solo 14 estuvieron relacionadas con perros infectados. Las otras 19 fueron provocadas por variantes silvestres del virus, transmitidas por gatos, murciélagos y hasta monos tití.
Estos casos se distribuyeron por al menos 11 países, incluidos Bolivia, Perú, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos. Según el sistema SIRVERA, que monitorea la rabia en la región, el riesgo sigue activo.

Para el infectólogo Alfonso Rodríguez Morales, el aumento de contagios por contacto con gatos callejeros plantea un nuevo desafío. Aunque las campañas de vacunación canina han reducido el impacto tradicional de la enfermedad, la expansión del virus en otros animales obliga a ampliar la estrategia.
Los países con más dificultades para erradicar la rabia
La meta regional es clara: eliminar la rabia humana transmitida por perros para 2030. Pero el camino no es simple. Países como Haití, Bolivia y Perú aún presentan focos persistentes.
Cristian Biscayart, especialista argentino, señala que Haití mantiene la rabia canina como un problema endémico, con consecuencias para su vecina República Dominicana. En el sur de Perú, la cercanía con Bolivia —que no ha logrado erradicar la rabia en perros— complica aún más el panorama.
La movilidad entre regiones y la falta de programas sostenidos debilitan los avances logrados. Las zonas rurales y fronterizas son especialmente vulnerables.
El murciélago vampiro y el crecimiento de brotes
Uno de los protagonistas inesperados de esta crisis es el murciélago vampiro común (Desmodus rotundus). Estudios recientes revelan que la rabia asociada a esta especie va en aumento.
Una investigación publicada en PLOS ONE analizó más de 50 años de registros y detectó 450 brotes anuales en los países donde habita esta especie. Brasil, Colombia, México y Perú encabezan la lista de afectados.

En Argentina, el Senasa reforzó las acciones de control en zonas rurales de Entre Ríos, donde se busca frenar la llamada “rabia paresiante”, que impacta en ganado y, potencialmente, en humanos.
Una enfermedad letal que se puede prevenir
La rabia es prácticamente mortal una vez que aparecen los síntomas. El virus puede transmitirse con una simple mordedura o arañazo, y afecta a todos los mamíferos, incluidos humanos, perros, gatos, murciélagos y equinos.
Según la OMS, cada año mueren unas 60.000 personas en el mundo por esta causa. La única defensa eficaz es la vacunación preventiva y la acción rápida tras cualquier contacto de riesgo.
El doctor Tomás Orduna insiste en que la clave está en la prevención: todos los animales domésticos deben estar vacunados e identificados. Además, las ciudades no deberían permitir la presencia de animales vagabundos.
Biscayart lo resume con claridad: “Ante cualquier mordedura, la consulta médica debe ser inmediata. La rabia es evitable, pero no perdona demoras”.