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lunes, julio 7, 2025

Nahuel Pennisi confiesa su hábito nocturno, cuenta su pasión por la radio y recuerda los comienzos como artista callejero

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No se consagró en reality-show, sino en las peatonales del conurbano bonaerense y de la calle Florida, donde se presentó infinidad de veces como artista callejero.

Desde niño, Nahuel Pennisi (34) tuvo vocación por la música, más allá de que sus padres lo eran y creció en un ambiente musical. De aquel bajo que le dejaron en su habitación quedan recuerdos de una experimentación de un niño curioso, aunque cierto día llegó una guitarra a sus manos. Y él se las ingenió pese a ser una persona no vidente, a puro pulmón, para conseguir su propio método.

Nahuel Pennisi comenzó cantando en la calle y ahora llena teatros y canta en festivales. Foto Juano Tesone
Nahuel Pennisi comenzó cantando en la calle y ahora llena teatros y canta en festivales. Foto Juano Tesone

Pero cabe aclarar algo importante: solo quien tiene vocación logra tocar un instrumento musical por propia cuenta. Y Nahuel lo consiguió pese a sus limitaciones; primeramente, brillando en la peatonal de Lomas de Zamora, luego en la de Quilmes y después en el microcentro porteño.

Con los años llegaron las primeras presentaciones en festivales folclóricos, el padrinazgo del virtuoso guitarrista Luis Salinas, el apoyo incondicional de Teresa Parodi, los flashes, los premios, los viajes internacionales.

Hasta tuvo una breve incursión como actor y conductor radial, además de los grandes teatros en avenida Corrientes, coronando cada nuevo disco, cada éxito obtenido, tal como volverá a suceder el 15 de noviembre en el teatro Broadway, con su espectáculo al que bautiza como Libre, “porque así me sentí a lo largo de mi vida a la hora de tomar elecciones”, según lo define en persona.

Hábitos nocturnos y pasión por la radio

El encuentro con Clarín del músico nacido en Florencio Varela (actualmente vive en Avellaneda) se produce en el subsuelo del edificio del sello discográfico, tras atravesar una cochera, en el barrio de Palermo. En una oficina, que se parece más a un camarín, hay un espejo enorme rodeado por lamparitas de luz fría, un ventanal vidriado cuya vista da hacia un jardín rodeado por paredes de edificios.

Nahuel Pennisi con su guitarra. Es autodidacta y aprendió a tocarla superando sus limitaciones. Foto Juano Tesone Nahuel Pennisi con su guitarra. Es autodidacta y aprendió a tocarla superando sus limitaciones. Foto Juano Tesone

Adentro, para nuestra suerte, la abrazadora calefacción ayuda para paliar la ola de frío que sacude a Buenos Aires desde hace algunas semanas, sin tregua alguna.

Pennisi no está solo: lo acompaña su asistente personal, quien se ocupa puntillosamente del aspecto del músico: le peina el cabello, lo acomoda su campera clara y también apoya su guitarra (fabricada especialmente para el músico por un luthier suyo de confianza) sobre un sofá, para ambientar la sesión fotográfica.

El talentoso cantautor se muestra amigable y conversador: se sienta plácidamente y recorre tanto su presente como su pasado, como para comprender mejor quién es él, por fuera del artista. Al principio, Nahuel habla sobre su hábito nocturno, apelando a que el silencio de la noche le atrae sobremanera.

“Me levanto recién a las 9 de la mañana, lo que pasa es que me gusta quedarme despierto a la noche. Como hay silencio y tranquilidad, me quedo escuchando la radio, incluso hasta hago uso de la onda corta, porque soy un fanático. Es por eso que hasta tuve un programa radial en cierto momento”, justifica.

Nahuel Pennisi el día que cantó el Nahuel Pennisi el día que cantó el «Himno Nacional Argentino» antes del partido contra Perú por las eliminatorias del Mundial 2018. Foto. Maxi Failla

Y persiste con la temática: “Mi abuelo me inculcó bastante sobre tema ‘radio’. Pero ya desde pequeño que la escucho. Siempre escuché a Víctor Hugo Morales relatando partidos, además soy fanático de Boca Juniors».

Y agrega: «Por otra parte, me acuerdo de escuchar, fascinado, a Alejandro Dolina. Y me encantaba cuando se juntaba con Gabriel Rolón. O bien escucho la Nacional Folklórica. ¡De todo escucho! También aprovecho la noche para hacer grabaciones de voz, para preparar canciones”.

Una canción para sus hijos

Sin embargo, el cantante nacido en el sur del conurbano bonaerense no se desentiende de sus actividades como padre durante los días de la semana, cuando no está de gira: las obligaciones con sus pequeños hijos Mateo (5) y Alma (3) conllevan responsabilidad y afecto.

Nahuel Pennisi con su hijo Mateo en 2019, cuando nació. Foto Lucía MerleNahuel Pennisi con su hijo Mateo en 2019, cuando nació. Foto Lucía Merle

“Mi mujer, Mayra (32), es el motor de la familia. Ella está en el grupo de Whatsapp de los padres del colegio, donde yo no me sumé. De todos modos, suelo ir a buscar a los niños al jardín. Incluso toqué en un acto para los niños y los padres. Recuerdo que volvía de un show de Uruguay y no dudé en estar presente. Para mí fue un momento muy emocionante”, detalla.

En paralelo, describe lo que siente por dentro cuando canta el Himno Nacional, tal como lo hizo hace unos años en un partido para la Selección Nacional de Fútbol o bien en los actos escolares de su hijo mayor:

“Siento mucho amor cuando me toca cantar el Himno. Es un honor ser la voz de la patria. Es la canción que nos representa a todos. Tiene frases muy lindas. Y, sobre todo, un espíritu de hermandad en la gente. Nos une en los actos escolares: por ejemplo, en los actos de mi hijo”.

Casualmente, hace poco este cantautor que atravesó la segunda parte de su vida en el barrio de Crucecita (Avellaneda) compuso una canción para sus dos hijos pequeños, en los que aparecen en un videoclip junto a él.

El cantante Nahuel Pennisi durante su actuación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2020. Foto: EFEEl cantante Nahuel Pennisi durante su actuación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2020. Foto: EFE

El desgrana el motivo por el cual decidió dedicarles esa letra: “Mi mujer es el sostén fundamental, porque me acompaña mucho no solo como padre, sino también en mi carrera. Además de pensar en mis hijos, me gusta pensar en mi familia. Por eso nació la letra de Tu sonrisa, porque tiene que ver con lo que te cuento. Si uno está bien con su compañera de vida y con sus hijos, qué puede estar mal”, resume.

Respecto a esa libertad que recibió de parte de su familia, Pennisi expresa que pretende contagiársela a sus descendientes. Pero antes, comparte su propia experiencia, que tan a fuego lo marcó en sus primeros años de vida.

“Cuando crecí en mi barrio, de muy pequeño, mis abuelos y mis padres me enseñaron sobre la libertad. A mis tres años, las personas opinaban que yo necesitaba tiempo para orientarme por el tema de no poder ver. Sin embargo, mi abuelo planteaba que tenía que aprender como cualquier otra persona. Y así fue, eso me ayudó muchísimo”, revela.

Cantar en la calle

Después llegó la pasión por la música, un robo a su casa y la desaparición del bajo: por lo tanto, llegó una guitarra a sus manos. Hasta que cierto día, ya siendo adolescente, apareció la idea de ir a tocar y cantar a la calle, para la gente.

“Tenía un amigo que se llamaba Darío, era de Florencio Varela. Un día me pidió que lo acompañara a la peatonal de Quilmes, donde él tocaba. ¡Me encantó ese vínculo que tenía con la gente! Yo venía de hacer deportes, participaba de los torneos bonaerenses. Entonces quise hacer lo mismo que él, porque me gustó. No quería ir a Quilmes por respeto a mi amigo. Entonces le pedí a mi abuela que me acompañara a Lomas de Zamora”.

Nahuel Pennisi comenzó a cantar en la peatonal de Lomas de Zamora. Foto Juano Tesone Nahuel Pennisi comenzó a cantar en la peatonal de Lomas de Zamora. Foto Juano Tesone

-¿Cuál fue la reacción de tus padres cuando les comentaste que querías salir a tocar a la calle?

-Ante todo, la primera vez que lo hice, me di cuenta que quería ser músico y se lo expresé a mi abuela, que me acompañaba. Recuerdo cuando les golpeé la ventana a mis viejos para decirles que iría a tocar a la calle. “¿Cómo que te vas?”, me dijo mi mamá, preocupada por una cuestión de protección. Lo cierto es que me animé y me solté.

Poco tiempo después llegó su aventura en Lavalle y Florida, justo cuando los anhelos y sueños empezaban a multiplicarse en su cabeza. De aquellos primeros pasos en la gran ciudad porteña, rescata los siguientes momentos clave:

“Allí sentí lo que era tocar para todas las clases sociales, gente de clase media, gente que trabajaba en los negocios, incluso hasta para quienes vivían en la calle. Se acercaban chicos que se emocionaban e incluso hasta lloraban con alguna canción. Me daba cuenta de todo lo que les sucedía a las personas, por sus tonos de voces. Y también me impactaba”, revela.

En los premios Gardel 2025, Nahuel Pennisi cantó en vivo con Silvina Moreno. Foto de prensa gentileza Agustín Dusserre.En los premios Gardel 2025, Nahuel Pennisi cantó en vivo con Silvina Moreno. Foto de prensa gentileza Agustín Dusserre.

Piensa y prosigue, pero recordando a alguien especial: “¡Cómo no acordarme de Juan Franco, de Colón, Buenos Aires! Tengo una anécdota brutal. Resulta que llegué sin mi micrófono y me puse a cantar. La gente enseguida se amontonó. Y se acercó el señor y me dijo: ‘¿Podés darte vuelta, que todos están dándole la espalda a la vidriera?’. Lo hice y todos se dieron vuelta. Ese mismo día le agradecí. Y él también se emocionó con las canciones”, relata.

Aunque la historia con Juan Franco no terminó allí: “Luego tuvo un primer CD con mis canciones y me daba una mano. En el compacto figuraba mi contacto. Entonces me llamaban y me contrataban para ir a cantar y tocar a fiestas. Así fueron mis primeros pasos profesionales”.

Respecto a los amigos que conserva de aquellos tiempos ya lejanos, Nahuel cuenta que tiene contactos con algunos, pero pone énfasis en que no se olvida de nadie, pese a que considera que los amigos cercanos los cuenta con los dedos de las manos.

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El trovador cubano fue una de las influencias fuertes en la formación musical del cantante y guitarrista argentino.

“Mi grupo de amigos es muy reducido. Creo en el dicho de que ‘cuantos menos amigos tienes, más honesto el significado’. Mis amigos son 7 u 8. Yo soy igual con todo el mundo. No es que me muestro aquí de una manera y con mis amigos de otra. Soy igual en el antes y en el después de subir a tocar a un escenario”, confiesa.

Y continúa: “Cuando iba al colegio a mi me gustaba el periodismo. Me imaginaba en estudios de radio, informando. O bien relatando un gol de Boca Juniors. Aún conservo grabaciones caseras de cuando era chiquito, hacía entrevistas a mis familiares con un grabador”.

De Rodrigo a Ricky Martin

Luego llegó el reconocimiento tras algunos años de vértigo y experimentación. Hoy por hoy, el músico conserva recuerdos de cariño profundo recibidos de parte de Luis Salinas y Teresa Parodi, en sus primeros pasos consagratorios, aunque el mayor reparo llega cuando le toca hablar de dos ídolos suyos. Uno, el Potro Rodrigo Bueno, el otro, Ricky Martin, a quien conoció en persona, por haber oficiado de telonero en una oportunidad, dentro del marco de una gira del puertorriqueño.

Nahuel Pennisi con Ricky Martin, de quien fue telonero. Foto facebookNahuel Pennisi con Ricky Martin, de quien fue telonero. Foto facebook

“Yo era chiquito cuando falleció Rodrigo. Me puso muy triste porque escuchaba su música, era mi ídolo, me grababa cantando sus canciones con mucha alegría. Fue un gran golpe para mí su muerte”, devela.

Mientras que, sobre Ricky Martin le sobran palabras de halago: “A él también lo escuchaba de muy chiquito, cuando ya era una estrella. ¡Jamás pensé en conocerlo personalmente! Hasta que sucedió cuando su gente pidió que fuera su telonero. La primera vez que me crucé fue para sacarnos una foto. Y después, ya en el estadio de Vélez, en los pasillos. Fue muy cálido conmigo. Conversamos sobre el calor, sobre el repertorio. Me pareció un muy buen humano”.

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Con «Avanzar» logró dos premios y la ovación del público.

-Ganaste premios, conociste y te codeaste con artistas que admirabas de niño y hoy ellos te admiran a vos, ¿qué más te queda por conseguir?

-Queda mucho por vivir. Y por hacer. Una vez, el Flaco Luis Alberto Spinetta dijo algo que me marcó. Le preguntaron cuál era la mejor canción que compuso. Y él respondió: “Todavía no la escribí”.

Yo buceo por muchos estilos musicales, pero me considero un artista de la música popular. Yo soy un cantor, no soy un cantante. Porque el cantor es el que siente en su ser lo que canta. El cantante, en cambio, es quien se ocupa de la voz, de la técnica. En parte, mi forma de sentir y de transmitir tiene que ver con aquellos años en los que tanto aprendí tocando y cantando en la calle para la gente que pasaba caminando y se acercaba. ¡Cómo olvidarlo!

Redacción

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