Un cultivo de servicio, también conocido como cultivo de cobertura o cultivo puente, es aquel que no necesariamente es destinado a cosecha, sino que se lo utiliza para brindar servicios ecosistémicos al sistema productivo. Generalmente se siembran entre cultivos de renta, aprovechando períodos donde el suelo estaría en barbecho.
En la última década, el área sembrada de cultivos de servicio en el país ha crecido sensiblemente. Sus beneficios y usos son muchos: fijación y aporte de carbono (C) al suelo, mejora en la estructura e infiltración, prevención de erosión hídrica y eólica, aumento de actividad biológica, mejora en el control de malezas y disminución de uso de herbicidas, descompactación de horizontes densificados y fijación biológica de nitrógeno (N) en leguminosas.
Entre las especies más utilizadas figuran Vicia, centeno, cebada, avena, trébol, nabo, rabanito, Carinata, Crotalaria, Briachiaria, y cada cultivo o combinación de ellos tiene efectos específicos en el sistema.
Cultivos de servicio en Patagonia Norte
Si bien cada milímetro de riego junto con la implantación del cultivo de servicio representa un costo, en la zona de valles irrigados de Norpatagonia el agua no es una limitante, siendo una ventaja comparativa que debiera ser aprovechada. Además, en sistemas de producción mixtos puede utilizarse parcialmente para pastoreo aportando raciones a la lista de beneficios.
En planteos bajo riego suele ser común la salinización por ascenso de sales en lotes con periodos de barbechos largos y con suelo desnudo, situación que puede prevenirse si contamos con una cobertura verde evapotranspirando activamente.
La integración de cultivos de servicio en planteos hortícolas, donde necesariamente hay una secuencia de laboreos, también tiene un “nicho” muy relevante y necesario.
Las experiencias de los productores de Chacra Vinpa (Valles Irrigados del Norte Patagónico) de Aapresid con los cultivos de servicio son muy positivas. En especial, las gramíneas invernales constituyen una herramienta fundamental para “construir y desarrollar” suelo a partir de las condiciones “prístinas” y luego aportar C y actividad biológica dando equilibrio al sistema productivo.
La combinación de los cultivos de servicios con la siembra directa produce sinergia en la estabilidad, productividad y sustentabilidad del sistema. Del mismo modo, la integración de cultivos de servicio en planteos hortícolas, donde necesariamente hay una secuencia de laboreos, también tiene un “nicho” muy relevante y necesario para revertir los procesos de degradación y hacer sostenible la actividad sin perder productividad.
En el caso de las leguminosas, un servicio adicional al funcionamiento físico y biológico del suelo, es el aporte significativo de N por fijación biológica. En los últimos años, algunos productores de Chacra Vinpa han incluido de Vicia villosa como cultivo de servicio previo al maíz, y en ciertos casos, con aprovechamiento forrajero tanto en consumo directo como en forma de rollo.
La adopción de la vicia en la rotación genera aportes sistemáticos y graduales de N al suelo a medida que se descomponen los residuos del cultivo de servicio. Algunos trabajos realizados por Chacra Vinpa, estimaron aportes de la vicia de entre 100 y 125 kg N/ha-1, valor muy variable y directamente relacionado con el volumen de biomasa producido por el cultivo de servicio. La producción de biomasa de la vicia puede rondar entre los 3.000 y 5.000 kg MS/ha-1 en lotes bajo riego de Norpatagonia.
Comparando con la aplicación de fertilizante mineral sola, la absorción de nitrógeno por parte del maíz es mayor con Vicia como antecesor que bajo una situación de barbecho.
Estos aportes pueden en un futuro permitir disminuir la aplicación de fertilizante nitrogenado y debido a que su liberación es relativamente lenta, se optimiza la absorción por parte del cultivo y disminuye considerablemente el riesgo de lavado del nutriente a horizontes de suelo más profundos. En otro trabajo de la Chacra, se probó que, comparando con la aplicación de fertilizante mineral sola, la absorción de N por parte del maíz es mayor con Vicia como antecesor que bajo una situación de barbecho.
Los cultivos de servicio pueden ser de diversas especies, son versátiles y flexibles en su manejo, y se debe buscar la mejor opción que se adapte a cada planteo productivo y objetivo específico. Sin duda, la intensificación de la producción en los “baches de tiempo” sin cultivo, es una de las claves para potenciar y estabilizar la producción en planteos bajo riego.
(*) RTD Chacra Vinpa (Aapresid)