Gabriel Ben – Tasgal es periodista, analista político y conferencista internacional, especializado en antisemitismo, islam político y geopolítica del Medio Oriente. En la semana volvió a Santa Fe y tuvo una charla con dirigentes de la comunidad judía en esta capital. En ese marco, dialogó con El Litoral acerca del conflicto entre Israel e Irán e incluso cómo sigue el enfrentamiento con Hamás.
– ¿Terminó la guerra de los 12 días?
– No sabemos. Puede ser que sí, puede ser que no. Puede ser que sí, se cumplieron los dos objetivos declarados que eran neutralizar la capacidad nuclear de Irán. Cuando hablamos de neutralizar significa quitarle toda la capacidad para enriquecer uranio o solamente quitarle la capacidad para enriquecer uranio para fines militares. No sabemos hasta qué punto está debilitado y si lo está a un nivel que te deja tranquilo. Lo segundo es neutralizar la capacidad misilística de Irán. A Irán les quedan como 500/700 misiles balísticos para poder disparar. En este caso, uno puede decir no está tan claro qué es el fin de la guerra. Si no lo es, probablemente se vean nuevos ataques de Israel contra Irán.

El especialista marcó cómo actúa Irán en América Latina. Foto: Gentileza
Para poder derrotar a Irán en el aspecto nuclear tenés que quitarle las armas nucleares, pero también atacarle el deseo de desarrollar esas armas. Por eso mataron a científicos nucleares, a militares para decirles que desarrollar una bomba es relativamente fácil. Querer hacer esa bomba también es un objetivo en sí.
– Se terminó por la intervención de Estados Unidos. ¿Cómo lo toma Israel?
– Para se mí estaba todo planificado. Todo coordinado con Estados Unidos. Dentro del gobierno de Trump, él tiene una oposición que es aislacionista, que no quiere meterse en conflictos y él dice me preocupo por Estados Unidos. Por otro lado, tenemos posturas como la del ministro de Asuntos Exteriores, Marco Rubio, que intentan ser el sheriff del mundo. Estados Unidos actuó, pero actuó puntualmente un día determinado, haciendo un daño significativo, intentando mostrarse como mediador. Actuó, pero actuó levemente. El que llevó el peso del trabajo duro fue el ejército de Israel, la aviación, el Mossad, el servicio de inteligencia. Ellos hicieron el trabajo duro, real.
Estados Unidos entra y se muestra por un lado como el agresor que elimina la capacidad bélica de Irán y por otro lado como un mediador. Para mediar hay dos cualidades que Estados Unidos tiene: capacidad para presionar y la capacidad para poder premiar.
– Israel puso ejército, Mossad, etc y el riesgo de la población civil. ¿Cómo toma la población de Israel?
– Se sabía, se entendía, se conocía que Irán iba a atacar. Estaba clarísimo. La evaluación del gobierno de Israel era que cuando Irán ataque provocaría la muerte de 600 israelíes. Esa evaluación estaba ligada a que Hezbolá iba a atacar del norte, que Hamás iba a atacar del sur. Se iba a producir un ataque en varios frentes.
Tras la guerra comenzada por Hamás el 7 de octubre, se desencadenó en que Israel atacó Hamás, atacó a Hezbolá y fue debilitando esos brazos del tentáculo del pulpo. Ahora atacó Irán. Irán iba a atacar.
Dos días después del ataque, el apoyo al ataque del gobierno recibió el 89% de los votos en una encuesta en un medio de comunicación importante. La población estaba consciente de lo que había que hacer, apoyaba la decisión y sabía que iba a pagar un costo y el costo es meterte corriendo a los refugios, seguir las indicaciones y tratar de que no tener la desgracia de que te caiga el misil. Acá es costos y beneficios, la población entendía perfectamente el problema que teníamos.
– ¿Quién lo alimenta Irán o quiénes son los socios que le permiten desarrollar un sistema atómico?
– Contrataron a científicos, por ejemplo, paquistaníes. El desarrollo nuclear iraní es esencialmente iraní. Pero pensemos que no es una tecnología tan complicada. Argentina, si quiere, puede armar una bomba nuclear. Tiene los científicos y el conocimiento para poder hacerlo. Argentina lo puede hacer. Argentina decidió que no quiere hacerlo.
En los 80 terminó una carrera nuclear entre Argentina y Brasil para ver quién accedía a ese material nuclear. La verdad es que Argentina no está interesada en algo así. Argentina ayudó a Irán vendiéndole o, dándole por vía Venezuela, material para poder desarrollar fábricas de agua pesada, que son fundamentales para poder enriquecer uranio. Hubo una colaboración a cambio de dinero con Irán.
– Irán tiene presencia en América Latina, fundamentalmente Venezuela y alguna denuncia señala que ya también está en Bolivia, zona fronteriza con la Argentina donde Irán cometió dos tentados
– La penetración de Irán en América Latina es grave. La posibilidad de que Irán haga un nuevo atentado en América Latina es posible. Irán en este momento, a través de su brazo Hezbolá está lavando el dinero. La CIA cree que lavó 500 millones de dólares de ganancias y tiene presencia muy fuerte en el sur de Perú y en Bolivia.
En Venezuela recibieron 15 000 pasaportes del gobierno venezolano para que chiitas y miembros de Hezbolá deambulen por nuestro continente. Tienen presencia porque tiene una televisión en castellano llamada HispanTV y compran políticos. Cuando escucháis que un político, un gremialista o un piquetero en el caso de Argentina empieza a hablar de forma sistemática a favor de Irán y festeja a Irán, está recibiendo dinero de Irán.
Irán lo que hace es pagarle a políticos, a académicos para que sean sus portavoces. Entonces, el caso español, por ejemplo, que es el más grave, le pagaron a Pablo Iglesias. No me asombraría, no vi ningún informe, pero no me asombraría que Irene Montero, la ex pareja de Pablo Iglesias, que ahora también dice lo mismo, también está haciendo lo mismo.
Otra de las formas de manifestarse del radicalismo islámico es asociarse estratégicamente con grupos etnocaceristas, grupos indígenas que consideran que la tierra debe volver a sus dueños naturales, en Argentina llamados mapuches, la araucanía en Chile, el etnocacerismo en Perú y en Ecuador.
Cuando a esos líderes les preguntas, ¿en qué se inspiran ustedes? ¿quién los inspiró? siempre en Irán; es la revolución islámica de Irán. La presencia en el continente es una presencia problemática. Además tienen un patrón de conducta que se llama atentado en la repisa: hacen todo el plan planificación de atentado, esconden la bomba, la tienen preparada y cuando ellos quieren utilizarla, la ejecutan.
– El juez federal Rafecas envió a juicio en ausencia el atentado a la embajada donde iraníes son los imputados. ¿Cómo puede tomar esto Irán?
– Argentina se posiciona en este momento como el país en donde la justicia actúa de manera más contundente contra el terrorismo y también contra el antisemitismo. Argentina tiene una tradición de antisemitismo no menor. Estamos hablando del primer libro en contra de los judíos serio fue escrito en Argentina. Fue La bolsa de Julián Martel en el año 1890. El primer pogromo fuerte contra judíos, fuera de Europa, ocurrió en Argentina en la Semana Trágica. El partido nazi, más importante, fuera de Alemania estuvo en Argentina. El libro, El Plan Andinia que dice que los judíos quieren conquistar la Patagonia fue escrito por un economista argentino.
Argentina tiene una tradición muy fuerte de antisemitismo y sin embargo, a pesar de todo eso, es el país que más en serio se toma el problema, mejor trabaja en el tema de antisemitismo.
Ahora nos sorprenden, para bien, adoptando una tradición francesa, que es el concepto de juicio en ausencia. El juicio en ausencia es una innovación legal muy buena porque evita que alguien que hace un atentado en lesa humanidad, como ocurrió aquí, pueda deambular por el mundo sin ser juzgado por el hecho de que no tiene presencia física. El juicio en ausencia tiene ventajas incluso, el acusado puede venir a testificar. Pero si el acusado no se presenta, escapa de la justicia y es perseguido por la justicia, Argentina toma la iniciativa de juzgarlo incluso en la ausencia.
En el juicio ahora de AMIA y causas de antisemitismo, son flores enormes a la justicia argentina porque están intentando hacer las cosas muy bien, que es un ejemplo para muchos países de la región que lo hacen peor como Chile que tiene leyes para luchar contra la discriminación y antisemitismo que son una vergüenza. Los propios diputados fomentan el antisemitismo en Chile, por ejemplo, la bancada de diputados propalestinos que son grandes fomentadores de antisemitismo.. O, el caso de Uruguay, donde el presidente Orsi es un ejemplo de dignidad y el partido del Frente Amplio que está detrás del presidente fomenta el antisemitismo.
El problema en el caso específico de los países es que no son conscientes de la gravedad del asunto. Argentina parece estar muy consciente y eso es muy bueno.