La velocidad de la crisis climática es mucho más rápida que el ritmo de adaptación de nuestros hogares, ciudades y hábitos laborales. Nos ha pillado el toro. Lo hemos visto en tragedias como la DANA de Valencia o la riada de Texas de este fin de semana. Y recientemente, lo sufrimos con la persistente ola de calor que afecta a nuestro país desde hace semanas.
¿Qué vamos a hacer? Hasta ahora se ha puesto mucho énfasis en la lucha contra el cambio climático y en la alerta de escenarios catastróficos. Pero las cumbres mundiales que debían frenar esta dinámica negativa del clima han fracasado. Así que toca activar todos los mecanismos de protección personal y colectiva para resistir el embate climático que ya tenemos encima. Que hayan muerto 380 personas por calor en España en junio, diez veces más que hace un año, es un claro indicador de que hay que actuar con urgencia.

Un trabajador se refresca en una fuente de Barcelona
Mané Espinosa / Propias
La sección de Sociedad les ofrece desde el sábado una serie de artículos donde se detallan cuáles son las propuestas de resistencia de los expertos en diversos ámbitos de la vida cotidiana que van desde nuestros hogares que fueron construidos pensando más en protegernos de la lluvia o el frío que del calor, hasta el urbanismo del espacio público pasando por la climatización de las escuelas o las condiciones laborales de profesiones que trabajan a la intemperie.
Muchas de las soluciones cambiarán algunos hábitos vitales y también recuperaremos costumbres de nuestros antepasados que ahora se redescubren para resistir al nuevo escenario climático. Son cosas tan antiguas y efectivas como pintar las fachadas de blanco, construir viviendas con balcones o usar materiales que alejan el calor, pero que se jubilaron porque se priorizó más el diseño.
Destinar la energía política a lamentarnos y a señalar a los culpables no evitará las próximas muertes. Es hora de actuar y proteger a los ciudadanos. La buena noticia es que se han activado 24.000 millones de euros para la rehabilitación energética y renovación de edificios. Ahora hace falta que estas ayudas lleguen de verdad y no pase como con muchas que se prometieron para colocar placas solares en las casas y que siguen en un cajón.