Redacción El País
El boniato es mucho más que un alimento sabroso. Ha formado parte tanto de la cocina cotidiana como de los saberes populares vinculados a la salud. Su perfil nutricional lo convierte en un aliado esencial del bienestar, aportando energía natural, vitaminas y antioxidantes que colaboran en la prevención y tratamiento de diversas afecciones.
Una de las mayores virtudes del boniato es su riqueza en betacarotenos, pigmentos vegetales que el cuerpo convierte en vitamina A. Esta vitamina resulta clave para mantener una buena salud visual, reforzar el sistema inmunológico y favorecer la renovación de la piel. Incluir boniato en la alimentación ayuda a evitar déficits nutricionales, especialmente en poblaciones con dietas poco equilibradas.
Por otra parte, sus antioxidantes naturales contribuyen a neutralizar el daño que generan los radicales libres, responsables del envejecimiento celular y de la aparición de enfermedades crónicas como dolencias cardíacas y algunos tipos de cáncer.
Mejora digestiva y control glucémico
El boniato también se destaca por su contenido en fibra dietética, que favorece la digestión y promueve un tránsito intestinal saludable. Esta fibra es clave para prevenir el estreñimiento y mantener en equilibrio la flora intestinal, lo que repercute positivamente en las defensas del organismo.
Al tener un bajo índice glucémico, el boniato es ideal para personas con diabetes tipo 2 o para quienes buscan controlar su azúcar en sangre, ya que libera energía de forma gradual y evita los picos de glucosa que provocan otros carbohidratos refinados.
Efecto antiinflamatorio y protector del corazón
Las variedades moradas del boniato, aunque menos comunes, son ricas en antocianinas, compuestos que aportan efectos antiinflamatorios. Estos ayudan a disminuir procesos inflamatorios crónicos, fundamentales en la prevención de enfermedades como la artritis, patologías cardiovasculares e incluso algunos cánceres.
El boniato también es fuente de vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico, favorece la cicatrización y estimula la producción de colágeno, clave para mantener una piel sana. A su vez, el potasio presente en este tubérculo contribuye a regular la presión arterial y mejora el funcionamiento muscular y nervioso, protegiendo así la salud del corazón.

Tradición medicinal y cuidado cognitivo
Más allá de la ciencia moderna, el boniato ha sido utilizado por distintas culturas como remedio casero. Se le atribuyen propiedades calmantes sobre la mucosa gástrica, por lo que tradicionalmente se lo ha empleado para aliviar úlceras estomacales. También se lo ha considerado un alimento útil contra la anemia, gracias a su contenido de hierro y vitamina B6.
Algunos estudios destacan además su aporte para la salud cerebral, ya que los antioxidantes presentes en el boniato ayudan a preservar la memoria y a reducir el deterioro cognitivo asociado a la edad, favoreciendo la función cerebral.
Un clásico de la cocina uruguaya
Versátil, nutritivo y accesible, el boniato sigue siendo protagonista en las cocinas uruguayas, especialmente durante los meses fríos, cuando los platos reconfortantes ganan espacio. Ya sea al horno, hervido o en puré, el boniato no solo aporta sabor, sino que contribuye a una alimentación equilibrada.
Consumirlo de forma regular es una manera sencilla y natural de cuidar la salud, prevenir enfermedades y apostar por un estilo de vida más saludable sin resignar el placer de la buena cocina.