En los últimos días se viralizó en redes sociales un video grabado desde un helicóptero en el que se ve una casa en medio de un enorme y frondoso bosque.
En X la gran mayoría afirma de que se trata de la casa del ermitaño Ken Smith, un inglés que vive desde hace más de 40 años en los bosques de Escocia. Sin embargo, al repasar el documental de BBC sobre la vida del hombre se puede percibir que las dos cabañas no son la misma.
Al parecer, la casa del video podría ser parte de North Maine Woods, una vasta región boscosa en el norte de Maine, EE. UU., conocida por sus campamentos de caza remotos.
Vivir solo en medio del bosque: ¿a favor o en contra?
Entre quienes creen que allí vive Ken Smith se armó un debate en los comentarios acerca del estilo de vida del dueño.
«El sueño de mi esposo», «Más feliz que perdiz» y «El único del mundo que vive felizmente y no intoxicado» son algunas de las frases que aparecieron a favor de la decisión del inglés.
Quienes expresaron su postura en contra dicen que parece la casa «de un asesino en serie» o que «está embrujada». «No gracias», sentenció otro. Gustos son gustos.

Ken Smith, el ermitaño de las Tierras Altas
El hombre que generó la confusión, Ken Smith, tiene 76 años y nació en Derbyshire, en Inglaterra, y vive de la casa y la pesca.
Su cabaña de troncos, que él mismo construyó, está ubicada a orillas de un lago remoto en las Tierras Altas de Escocia. No tiene gas ni agua potable; está completamente solo.

La historia de Ken fue reflejada por la cadena BBC hace cuatro años. El hombre cuenta allí cómo comenzó a trabajar a la edad de 15 años, construyendo estaciones de bomberos.
Pero su vida cambió a los 26 cuando fue golpeado por una banda de matones después de una noche de fiesta. Sufrió una hemorragia cerebral y perdió el conocimiento durante 23 días.
«Dijeron que nunca me recuperaría. Dijeron que nunca volvería a hablar. Dijeron que nunca volvería a caminar, pero lo hice. Fue entonces cuando decidí que nunca viviría en los términos de nadie más que en los míos», afirma.
Así fue como la vida de Ken dio un giro. Comenzó a viajar y a entrar en contacto con la naturaleza. Y como Forest Gump empezó a caminar. Y lo hizo durante mucho tiempo.
Asegura que caminó unos 35.000 kilómetros antes de regresar a casa, donde lo esperaba una noticia devastadora: sus dos padres habían muerto.

«No sentí nada. Pasó mucho tiempo hasta que me golpeó», cuenta, y sigue: «Unos meses después estaba en Rannoch cuando de repente pensé en mis padres y comencé a llorar. Lloré todo el camino mientras caminaba».
Y fue ese el momento donde el hombre tomó la decisión de alejarse de todo: «Pensé ¿dónde está el lugar más aislado de Gran Bretaña?«, agrega en el documental.
«Estuve dando vueltas y seguí cada bahía y cada cumbre donde no hubiera una casa construida. Cientos y cientos de kilómetros de nada. Miré al otro lado del lago y vi este bosque», recuerda.
Sabía que había encontrado el lugar donde quería quedarse. Ken dice que ese fue el momento en que dejó de llorar y terminó su constante deambular.