Your browser doesn’t support HTML5 audio
El pasado 27 de junio el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), publicó la Resolución 460/2025. Esta resolución habilita el ingreso de carne con hueso plano a la Patagonia. La medida, se publicó en el Boletín Oficial y redefinió el marco sanitario para el ingreso de carne con hueso a la región.
Apenas publicada, las distintas instituciones representativas de los productores patagónicos hicieron alzar su voz en contra. Lo propio fue expresado por autoridades del área de distintas provincias, con excepción de Neuquén, que decidió dar el visto bueno a la resolución.
Barrera provincial
A la semana siguiente, el jueves 3 de julio, Santa Cruz aprobó por unanimidad y sobre tablas una ley que crea una barrera sanitaria provincial, para evitar el ingreso de carne con hueso plano a la jurisdicción, buscando contrarestar la decisión del SENASA.
Pero su puesta en marcha lleva su tiempo. “Se trabaja en los aspectos legales y reglamentación” indicó a La Opinión Austral una fuente del Consejo Agrario Provincial. En paralelo, además, desde el ministerio de la Producción, se indicó que se trabaja en red con otras provincias para “ver si logramos modificar” la decisión del organismo sanitario.
Ingreso a la Patagnia
Mientras tanto, la vigencia plena de la flexibilización de la barrera sanitaria, ya se vivecia en las carnicerías de la región, con mayor presencia, por ahora, en provincias como Neuquén y Río Negro.
Frigoríficos de La Pampa y Buenos Aires ya comenzaron a abastecer a la región, luego que distribuidores del Alto Valle de Río Negro y Neuquén realizaran sus primeros encargos. De esta forma, el asado con hueso pampeano está cruzando la histórica frontera sanitaria, aunque todavía rodeado de dudas y polémicas.
Más barato pero no tanto
De esta forma, durante el fin de semana, en carnicerías de esas provincias, se podía conseguir “asado con hueso” a $11.999, contra los $15.000 que se ofrecía la carne con hueso de la zona. Esto implica que, si bien hubo una corrección a la baja de los precios, la diferencia fue del 20% en promedio.
Un porcentaje que, habiendo sido uno de los argumentos para la flexibilización no pareciera ser tan sustancial. Menos aún si se considera el riesgo de potencial pérdida del estatus sanitario y el consecuente cierre de mercados internacionales.
Productores en alerta
A pesar de la aceptación de las autoridades de Neuquén y la pasividad de las de Río Negro, asociaciones de productores de ambas provincias rechazaron la flexibilización. En declaraciones a Diario Río Negro, Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de General Conesa, marcó: “Engañan al consumidor y esta medida supone un riesgo sanitario enorme para toda la Patagonia. Ahora se pone en peligro la sanidad, la exportación de corderos, y la apertura de nuevos mercados para la carne bovina”.
Según Gutiérrez, la resolución desincentiva la inversión en feedlots y producción ganadera regional, afectando fuentes de trabajo, el desarrollo del Valle del Río Negro, y la economía rural.
En tanto que la titular de la Sociedad Rural de Neuquén, Cecilia de Larminat, también marcó su rechazo: “El sector productivo patagónico sigue en desacuerdo con poner en riesgo su estatus sanitario” enfatizó.
Al tiempo que responsabilizó al Gobierno nacional “de las consecuencias sanitarias” que la medida adoptada pueda causar.