Con la llegada de cada invierno, llega también la época de la elaboración de chacinados, y si bien la presencia de triquinosis ha ido disminuyendo, desde el Colegio de Médicos Veterinarios de Neuquén advirtieron que aún es preocupante la presencia de ese parásito en carne de jabalíes, y advirtieron que también son transmisores de la enfermedad tanto la carne de pumas, como de piches o peludos, que son de consumo en zonas rurales.
Desde 1990 los casos positivos detectados en laboratorio pasaron del 7% al 0,1% en la actualidad para cerdos domésticos, pero los positivos llegan al 3% en el caso de los jabalíes, aseguró Héctor Bergagna, presidente del colegio profesional, quien adjudicó a un trabajo intersectorial, del que participaron distintos organismos de gobierno, la reducción de los contagios.
La persona contagiada, si a la semana o diez días no recibe un tratamiento adecuado, puede sufrir las consecuencias por el resto de su vida. La infección puede traducirse en esos crónicos “dolores de hueso” o articulaciones, pero en realidad lo que duelen son los músculos.
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Así se ven en un microscopio las larvas de Trichinella. Fuente: Senasa
En 10 días
“Cuando comes carne infectada, esa larva se hace adulta y va a fecundar dentro de tu intestino. De ahí viene la descompostura, y eso pasa a las 24 o 48 horas posteriores al consumo”, explicó el profesional en diálogo con +P. El ciclo luego sigue y “la hembra que quedó en el intestino va a empezar a parir las crías que se meten dentro del organismo y entran por la sangre hasta meterse dentro de los músculos. Ese tiempo -que va de la larvita chiquita a meterse dentro del músculo-, que tarda más o menos una semana o diez días, es el tiempo que tiene para neutralizar la enfermedad”.
Si no se actúa dentro de ese plazo “ese parásito se mete dentro del músculo, ahí lo llevás para toda la vida. No te lo saca nadie”, agrega el profesional. Las consecuencias son “crisis recurrentes”, que se hacen más evidentes en los meses de invierno “cuando doler los músculos”.
En este punto, Bergagna agrega que, agarrado a tiempo, hay un tratamiento con antiparasitarios, antiinflamatorios, analgésicos, que eliminan la infección.
Por eso, hacer los análisis previos, en caso de producción propia, o comer productos certificados, es vital para evitar consecuencias desagradables. Quien vaya a producir chacinados o comer carne de cerdo, puede recurrís a las direcciones de bromatología o de zoonosis de los municipios, donde el análisis está subsidiado, o acudir a un veterinario particular.
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La superpoblación de jabalíes es un problema instalado en la Patagonia.
“Como decimos nosotros, el análisis es mucho más barato de que la enfermedad”, acotó Bergagna, quien alertó sobre algunas prácticas peligrosas que surgen por desconocimiento.
Si una persona tiene 5 cerdos para sacrificar, es frecuente que haga el análisis sobre dos o tres ejemplares, suponiendo que, si están juntos, y tres dan negativos, el resto también están libres de la infección.
Pero la triquinosis no se contagia por proximidad, sino por el consumo. Esto es, si el animal consume carne con triquina. La otra creencia, desmentida por el profesional, es la que indica que “el fuego mata todo”. “En un pernil, que son tan ricos, la parte que está pegada al hueso puede quedar algo rojiza, y eso es porque en ese lugar el calor no superó los 60 grados, y si está infectado, una sola porción puede contagiar”, advirtió.
Animales salvajes
En la actualidad “el gran problema”, sobre el cual el colegio de veterinarios trabaja en conjunto con la provincia, el CIPPA, bromatología y fauna, son los jabalíes. “Tenemos un porcentaje importante de jabalíes con triquina”, y en este caso la situación es más compleja, porque se trata de animales dispersos en el territorio con jugadores muy dispares tratando de cazarlos.
Están los cazadores furtivos, propensos a evitar los controles, y también la gente que vive de eso y que lo trae a su pueblo como un sustento, porque caza un animal y vende las piezas”. Con esa carne también se hacen chacinados, en especial embutidos y jamones.
“Hoy andamos más o menos en un 3% de positivos sobre los analizados”, pero es difícil saber qué pasa en el universo de esos animales dentro de la provincia porque no hay datos sobre el tamaño de su población.
Pero las preocupaciones no se terminan con el cerdo doméstico o el jabalí, porque “otro de los animales que, por ejemplo, se consume también es el puma. Y también el puma, porque suele consumir dentro de su cadena alimentaria jabalíes infectados, también puede trasladar la enfermedad. Y el puma es un animal que se consume a nivel rural”.
Tampoco está a salvo el piche o peludo, porque en este caso “es un omnívoro. Por ejemplo, si encuentra un cadáver, esto pasa más ahora con el frío, de un jabalí que lo mataron y está expuesto ahí en la cordillera, y lo consume, se contagia”.
De los animales silvestres, quedan a salvo por su dieta a base de pasturas los ciervos y las liebres.
Recomendaciones del Colegio de Veterinarios:
- No consumir ni elaborar chacinados con carne de cerdo doméstico y/o jabalí sin que la misma haya sido analizada previamente.
- La cocción no es una medida de prevención. No siempre es eficaz.
- No adquiera lechones, carne de cerdo o chacinados sin los sellos sanitarios o etiquetas que le garantizan su aptitud para el consumo.
- Los análisis se realizan en veterinarias particulares o en el laboratorio de la dirección de bienestar animal y zoonosis – de lunes a viernes de 9 a 12 hs. Tel. 0299 – 4491217