La pareja es de Porto Alegre y está de vacaciones en Buenos Aires. Hasta ahí, nada singular. Pero Tarsila y Douglas protagonizaron una escena muy singular en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) cuando, con la complicidad del personal de la institución, el muchacho le propuso casamiento delante del cuadro «Abaporu«, de la brasileña Tarsila do Amaral.
“En el día de ayer, Malba fue testigo de una emotiva historia de amor. Douglas se contactó previamente con el equipo de comunicación de Malba para coordinar la sorpresa. Quería hacer la gran pregunta frente a la obra Abaporú de Tarsila do Amaral, uno de los emblemas de la colección permanente, porque su pareja también se llama Tarsila. Sus padres la llamaron así porque son grandes admiradores de la artista brasileña”, contó el museo en un comunicado.
El año pasado, Malba ya había sido escenario de una historia de amor. En aquella ocasión, una visitante recurrió a la institución para contactar a un chico con el que se había cruzado entre cuadro y cuadro. Y el museo funcionó como Celestina.
Un complot romántico
En esta ocasión, la gente del Malba se complotó con Douglas para seguir a la pareja discretamente por las salas hasta el gran momento. “Después de recorrer juntos las salas del museo, se detuvieron frente a la pintura. Él se arrodilló, le propuso casamiento y ella dijo que sí. Están juntos desde hace trece años y decidieron dar un paso más en la relación”, explicaron desde el Malba.
“Es un trabajo en equipo desde el área de comunicación –precisaron a Clarín los cupidos de esta historia–. Siempre estamos atentos a este tipo de historias entre los visitantes del museo. En este caso en particular, se acercó el chico a una persona del museo que nos avisó. Luego fue un trabajo de coordinación entre los del equipo”.
«Abaporu», una de las obras más emblemáticas del modernismo brasileño, fue pintada por Tarsila do Amaral en 1928 como un regalo de cumpleaños para su esposo, el escritor Oswald de Andrade.
Justo eso recordó una usuaria de redes sociales que comentó en la publicación del Malba: «‘Abaporu’ fue un regalo de Tarsila para Oswald, un autoretrato de ella para él. La sala más romántica de Malba«. Y alguien más agregó: «Voy a ir a visitar ese cuadro a ver si me trae suerte».
La pintura dio origen al Manifiesto antropófago, que proponía construir la identidad cultural brasileña a partir tanto de la asimilación creativa de influencias extranjeras como de la revalorización de las raíces indígenas. Inspirada en recuerdos de infancia y en las vanguardias europeas, «Abaporu» presenta una criatura mítica pero enraizada en su territorio, que con el tiempo se convirtió en un ícono de la cultura del siglo XX en Brasil.
El museo también recordó el caso de 2024: “En junio del año pasado, una joven se enamoró de un chico colombiano durante una visita, y el museo lanzó la campaña #MalbaCupido para ayudarla a encontrarlo. Gracias a que la búsqueda se volvió viral, Alejandro apareció y ambos quedaron en contacto”.
