A poco más de seis meses de la muerte de la muerte de Jorge Lanata, su hija mayor, Bárbara Lanata compartió un posteo en sus redes sociales con el que hizo un sentido reconocimiento a un profesional de la salud que fue sumamente importante en varios momentos de la vida del periodista. Se trata del Dr. Pablo Raffaele, jefe de la Unidad Renal de la Fundación Favaloro, quien fue eslabón fundamental en los avances de la medicina argentina respecto a los trasplantes.

En el posteo de Bárbara se puede ver una emocionante foto en la que la familia del periodista posó junto al médico. Junto a la imagen ella escribió una frase cargada de amor y gratitud: “Además de haber salvado a mi papá un millón de veces, Pablo es de las personas más amorosas y graciosas que conozco”.
“Ah sí, también cocina”, cerró Bárbara con humor, completando el retrato de un profesional que, según dejó entrever, no solo ha tenido un rol fundamental en la salud de Jorge, sino también un vínculo humano muy especial con su entorno más cercano.
Minutos antes de compartir esta imagen, la hija mayor de Lanata había compartido un fragmento de una entrevista que Infobae le hizo a Raffaele, en el que fue consultado sobre el trasplante renal cruzado y la transformación en el sistema argentino de trasplantes por el que el periodista pudo recibir un órgano en un momento difícil de su salud.

Todo comenzó, según explicó el médico en la mencionada entrevista, en un congreso internacional en San Francisco, donde fue presentado el modelo implementado en la Cleveland Clinic con más de mil casos exitosos. “Tenemos muchos pacientes que sus donantes no les pueden dar el riñón por alguna razón (…) y resulta que el donante de al lado me puede dar a mí, y mi donante le puede dar a él. Cruzamos, disminuimos inmunosupresión y tratamientos de preparación”, detalló el especialista.
A su regreso a Argentina, el equipo médico decidió poner en marcha un protocolo propio. Evaluaron 24 pares de pacientes que no eran compatibles con sus respectivos donantes, elaboraron un consentimiento informado y solicitaron una autorización judicial para permitir el cruce entre personas sin vínculo legal o sanguíneo. Esa acción fue el puntapié para que el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) avanzara con una comisión específica y, tiempo después, se incluyera esta posibilidad dentro de la Ley de Trasplantes, junto con el consentimiento presunto.
El caso de Jorge Lanata fue uno de los primeros en beneficiarse con este avance. Y si bien el periodista ha hablado públicamente en varias oportunidades de su delicado estado de salud —insuficiencia renal, múltiples internaciones, trasplantes y tratamientos complejos—, pocas veces se había conocido tan de cerca el nombre y el rostro del médico que acompañó ese proceso. Por eso, el homenaje de Bárbara Lanata resuena más allá de la anécdota: es un retrato de la medicina con rostro humano, del médico que escucha y que innova.