Tienen 23 años, son gemelos y llevan uno de los apellidos más conocidos de la historia del rock nacional. Pero su camino no se trazó entre guitarras y escenarios. Donatto y Giorgio Cipolatti, los hijos del talentoso y carismático Pipo Cipolatti -líder histórico de Los Twist y artista de culto de la música argentina- eligieron otra pasión: el fútbol.
En nombre de ese amor, tras la pandemia, los gemelos tomaron una decisión que cambió sus vidas para siempre. Así es como hace dos años, empacaron sus sueños, botines y recuerdos para instalarse en Suiza, donde juegan en el FC Melide, un club de la segunda liga del país helvético. Allí comparten departamento, equipo y rutina, con la firme convicción de llegar lo más lejos posible.

Desde Europa, entre risas y mucha nostalgia por sus costumbres y afectos, Donatto y Giorgio conversaron con revista GENTE sobre su presente, sus sueños, el vínculo que los une a su padre y esa infancia diferente que les tocó vivir junto a un artista irrepetible.

Lejos de casa, pero cerca de sus sueños
-¿Cómo llegaron al Football Club Melide?
-Donatto: Hicimos una prueba con el club por nuestro representante. A la primera prueba nos fue muy bien y nos ficharon.
-Giorgio: Por nuestro representante, consiguió la prueba, como en la primera prueba nos fue muy bien, nos quisieron fichar.

-¿Fue difícil tomar la decisión de dejar Argentina?
-Donatto: Fue difícil por nuestros amigos, papá y dejar de compartir con ellos todos los días, pero teníamos claro lo que queríamos.
-Giorgio: Nos costó mucho, si bien sabíamos lo que queríamos, el despegarnos de nuestro papá, nuestros amigos, las costumbres de allá, se nos hizo muy difícil, pero estábamos decididos que queríamos llegar lejos en el fútbol.

-¿Qué es lo más lindo y lo más difícil de vivir afuera?
-Donatto: Lo más lindo es que podés conocer otro ambiente, otra cultura, y de cierta forma te enseña a ver cómo viven en Europa. Lo más difícil es saber que estás lejos de casa.
-Giorgio: No poder estar cerca de las personas que querés, estar lejos de nuestro papá, de las costumbres que teníamos allá. Pero sabemos que es por un objetivo y sueño que tenemos, entonces lo pasamos a segundo plano.

-¿Cuáles son sus sueños?
-Donatto: Mi sueño es poder mejorar cada día como jugador y sobre todo como persona, poder llegar lejos en el fútbol con mi hermano.
-Giorgio: Poder llegar a lo más alto en fútbol, poder disfrutar haciendo lo que más nos gusta.
-¿Cómo es el vínculo entre ustedes?
-Donatto: El vínculo con Giorgio, por suerte jugamos en el mismo club y nunca tuvimos que jugar por separado. Ya sabemos que el día que tengamos que jugar en lugares diferentes no va a pasar nada, pero siempre tenerlo a él te ayuda porque nos entendemos para jugar y para todo. Siempre estamos juntos, peleamos como todos, obvio, pero es algo que tenemos como todos.
-Giorgio: El vínculo es genial, nos llevamos súper bien, hacemos casi todo juntos. Eso nos permite tener mucha química en la cancha y también en el día a día. Vivimos juntos.

Un vínculo inquebrantable
-¿Cómo es el vínculo con su papá?
-Donatto: El vínculo con papá es el mejor, porque él siempre nos da libertad para hacer las cosas. Siempre nos dijo lo que está bien y lo que está mal. Se ocupa hasta cuando no tiene por qué hacerlo. Gracias a él pude tener la libertad de jugar más a la pelota y vivir los mejores años cuando era chico.
-Giorgio: El vínculo es genial. No hablamos con tanta frecuencia, pero las veces que hablamos son las necesarias.
-¿Qué influencias musicales les dio su padre?
-Donatto: Nosotros con ese tema capaz no le dimos bola porque siempre estábamos jugando a la pelota. Pero no le gusta mucho la música de ahora y hasta prefiere no escucharla.
-Giorgio: La verdad que nunca nos llamó la atención la música. Siempre nos gustó el fútbol desde chicos. Yo en momentos quise tocar el piano, pero él mucha paciencia no tiene para enseñar. Igualmente fue una cuestión de dos semanas de interés que tuve.

El legado de un padre diferente
-¿Cómo fue crecer con uno de los artistas más innovadores y famosos del rock nacional?
-Donatto: Nosotros éramos chicos y antes no nos dábamos cuenta. Pero no como artista, sino como nuestro papá, fue lo mejor crecer con él. Gracias a él pude y puedo ser mejor persona.
-Giorgio: La verdad que nosotros no tomamos mucha dimensión de eso. Ahora que crecimos, nos damos cuenta y es algo hermoso. Al no tener tanta dimensión de chicos hizo que sea mejor, porque lo disfrutábamos a él como nuestro papá, no como un artista reconocido.

Un apellido rockero, un futuro con pelota
Si bien sus días hoy transcurren entre entrenamientos, partidos y adaptación cultural, Donatto y Giorgio no se olvidan de dónde vienen. Su historia está marcada por el contraste: mientras su papá conquistaba escenarios con hits inolvidables como Pensé que se trataba de cieguitos, ellos pateaban la pelota en la vereda de su casa.

Hoy, desde Europa, siguen alimentando ese sueño que los trajo hasta este momento de sus vidas: triunfar en el fútbol, juntos, como siempre. Y aunque su camino es distinto al de Pipo, llevan el ADN Cipolatti a su manera: con personalidad, talento y una historia digna de ser contada.