El Síndic de Greuges de Barcelona ha presentado una propuesta al Ayuntamiento para lidiar con la maraña de cables que se han ido acumulando en las paredes de los edificios. Un mapa en el que visualizar la extensión del fenómeno, una guía de buenas prácticas dirigida a las operadoras y una normativa homogénea son algunas de las acciones planteadas a las autoridades locales.
El Síndic ha ido recogiendo las quejas del vecindario y observado el deterioro en el que se encuentra el cableado alrededor de los edificios. Algunos cables, obsoletos o innecesarios, han pasado a formar parte de un paisaje sobrecargado. La que era una medida a la que recurrir en última instancia por las operadoras ha llegado a extenderse por la ciudad especialmente en construcciones envejecidas afectando a la tranquilidad del vecindario y deteriorando la imagen de Barcelona.
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La normativa estatal marca distintas opciones para el cableado, como enterrarlo, pasarlo por el interior de los edificios o unirlo a la infraestructura de telecomunicaciones común. En su defecto, utilizar despliegues y canalizaciones como medidas para reducir el impacto visual que producen. Aunque a cargo de las operadoras el Ayuntamiento tiene margen para inspeccionar, controlar y sancionar. El Síndic ha detectado incumplimientos por parte de las operadoras de servicios.
Frente a los cables aéreos, el Ayuntamiento de Barcelona ya puso en marcha el año pasado un plan en el que enterrar 9 kilómetros de cableado eléctrico que entorpecían el paso en las aceras. Una vez despejadas las calles, los próximos pasos van dirigidos a liberar las paredes y azoteas contribuyendo a la mejora del paisaje urbano.