En el capitalino recinto Fórum Majadas, la representante del “pulgarcito de América” Kati Martínez reconoció que todas las obras que trajeron son importantes, aunque el público busca más las de historia y pregunta por los jóvenes escritores del país.
A nombre de la Cámara Salvadoreña del Libro, declaró a la agencia Prensa Latina que también son muchos los interesados en los clásicos como “Cuentos de barro” de Salarrué (Salvador Salazar Arrué) y en la poesía y narrativa de Roque Dalton.
Igualmente, añadió la especialista, buscan libros de Equipo Maíz, que es otro de nuestros socios que está participando, el cual trabaja la línea de libro educativo, como los de género y contenido diverso.
Martínez mencionó que tienen diferentes títulos para niños, “no es demasiado, pero sí tenemos para los pequeños, siempre de autores salvadoreños”. Ejemplificó con “La gran aventura de Prudencia”, un poemario de Alberto Jirón inspirado en la primera mujer que se postuló a presidenta en América Latina.
Con nosotros asimismo –acotó- “Sivela”, una novela de este año de Alfonso Kijadurías, quien aborda temas de amistad, militancia y la búsqueda de identidad a través de una narrativa que es tan vibrante como onírica.
Destacó el libro de historia “En las Sendas Feministas: Culturas y debates en torno al sufragismo en El Salvador, 1900-1932”, de la Editorial Universidad Don Bosco.
Recordó que esa Cámara del Libro cumplió 50 años de estar presente en ferias internacionales y varios en Filgua, a la que agradeció el espacio, la invitación.
Es algo muy importante porque así podemos traer lo que se produce allá en El Salvador, pues existen “muchos autores contemporáneos que escriben muy bien y nos gusta venir con eso, lo nuevo”, remarcó.
Se siente bonita esa parte de traer algo que la gente anda buscando y se va contenta, contó la especialista a esta agencia, mientras encomió la afluencia de personas a la Feria.
Reflexionó que nunca se a comparar el formato digital al impreso, porque “un libro físico usted lo toma, lo ojea cuando quiere y es mucho más cómodo para leer”.
Aparte, si usted colecciona, tiene un librero en su casa o en su oficina, lo ordena, lo pone, lo exhibe y es algo de lo que siempre se sentirá orgulloso, concluyó Martínez.
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