La experta logró revertir el dolor crónico con un protocolo antiinflamatorio, producto de un compromiso firme con la alimentación saludable y la regeneración celular.

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La doctora Carla Méndez Losi, especialista en Biología Molecular y Epigenética, plantea que el dolor crónico va más allá de una simple sensación física. Lo considera una enfermedad que puede tener múltiples orígenes, como emociones reprimidas, alimentación inadecuada o exposición a factores ambientales, y señala que las mujeres tienden a padecerlo con más frecuencia.
Entre los factores que desencadenan el dolor persistente, destaca la inflamación celular. Esta puede desarrollarse silenciosamente, aunque es capaz de desencadenar enfermedades graves. En ese sentido, recuerda un hallazgo contundente: en 2018, la revista Nature reportó que cerca del 50 % de las muertes en el mundo estaban relacionadas con enfermedades de origen inflamatorio, como accidentes cerebrovasculares, cáncer y diabetes.
Un cambio de vida motivado por la experiencia personal
La doctora Méndez Losi fue diagnosticada con cáncer de mama a los 30 años y, tras atravesar dolorosas secuelas, inició un proceso de transformación centrado en una dieta vegetal. Gracias a ello, logró avances notables en su salud.
«Logré revertir el dolor crónico con un protocolo antiinflamatorio, con alimentación basada en vegetales«, afirma. Esa recuperación fue producto de un compromiso firme con la alimentación saludable y la regeneración celular, lo que la llevó a plasmar sus conocimientos en el libro Despídete del dolor.
Según Méndez Losi, el primer paso hacia el bienestar puede comenzar en la cocina. Por eso, identifica tres grupos de alimentos clave para reducir la inflamación y aliviar el dolor crónico:
- Frutas coloridas: contienen antioxidantes y fitonutrientes; entre las recomendadas están las bayas, granadas y el mamey.
- Verduras variadas: especialmente las crucíferas como el brócoli y la coliflor, además de ajo, cebolla, espinacas y acelgas.
- Especias milenarias: jengibre y cúrcuma, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias desde hace siglos.

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Además, desmiente un mito común: «Las frutas tienen azúcar, sí, pero es azúcar que viene en un paquete biológico», explica. Esto significa que su contenido de fibra ayuda a regular la absorción de los azúcares, lo que las convierte en una opción saludable.
No solo es importante incluir los alimentos adecuados, sino también eliminar aquellos que promueven inflamación crónica. La doctora advierte sobre varios que pueden agravar los síntomas:
- Azúcares y harinas procesadas: desencadenan inflamación sistémica.
- Aceites procesados y fritos: producen compuestos nocivos.
- Lácteos y carnes procesadas: para muchos, aumentan la carga inflamatoria.
El proceso no requiere un cambio radical inmediato. Para facilitar la transición, sugiere comenzar con pequeñas acciones como introducir ensaladas, reemplazar los desayunos ultraprocesados por fruta fresca y consumir jugos verdes ricos en nutrientes.
Con un enfoque integral y una alimentación adecuada, la doctora Méndez Losi transmite un mensaje esperanzador: el dolor crónico puede superarse.
El Universal/GDA
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