La filosofía de Aristóteles se centra en la búsqueda de la felicidad. Para el discípulo de Platón, la plenitud no se trata de un estado de ánimo pasajero, sino una actividad que se construye a través del ejercicio de la virtud y la razón.
Además, enfatiza en que es a través de nuestras acciones que desarrollamos nuestras virtudes y de esa manera nos acercamos a la felicidad. La verdadera realización personal se logra al vivir una vida virtuosa: al actuar con excelencia moral, buscar el equilibrio en cada aspecto de la existencia y, fundamentalmente, cultivando la sabiduría.
Cómo alcanzar la felicidad según Aristóteles
En la obra ‘Ética a Nicómaco’, uno de los primeros tratados conservados sobre ética y moral de la filosofía occidental, Aristóteles identifica tres formas de vida que buscan la felicidad: la vida dedicada al placer, la vida política o de honores, y la vida contemplativa.

La vida dedicada al placer
Esta forma de vida se centra en la búsqueda de placeres sensibles y la satisfacción de deseos corporales. Para Aristóteles, el placer acompaña la actividad virtuosa y es un indicador de que estamos actuando de acuerdo con nuestra naturaleza. Sin embargo, no implica un uso pleno de la razón y la virtud, por eso, la compara con la de los animales.
La vida política o de honores
El filósofo considera a la política una ciencia práctica que busca el bien común y la felicidad de la comunidad. Aristóteles considera al ser humano como un «animal político» por naturaleza, ya que necesita vivir en sociedad para alcanzar la realización humana, ya que permite el desarrollo de la razón y la virtud.

La vida contemplativa
Para Aristóteles, esta es la forma más elevada de vida y la que conduce a la verdadera felicidad, ya que está asociada a la actividad más elevada del ser humano: el pensamiento. Consiste en la actividad de la razón, la búsqueda del conocimiento y la contemplación de la verdad. Es una vida autosuficiente y autónoma, donde la felicidad reside en el ejercicio de la virtud intelectual.
Si bien la felicidad no depende únicamente de factores externos, Aristóteles reconoce que ciertas condiciones externas, como la salud, la riqueza y las relaciones sociales, pueden facilitar el logro de la felicidad.
El filósofo considera que las relaciones sociales y la amistad son importantes para la felicidad. Aristóteles creía que la amistad, basada en la virtud, nos ayuda a crecer y a desarrollarnos como seres humanos.