
En 2024, América Latina y el Caribe experimentaron un crecimiento en la entrada de inversión extranjera directa (IED), alcanzando un total de USD 188.962 millones (163.079 millones de euros), lo que representa un aumento del 7,1% respecto al año anterior. Este incremento se detalló en el informe anual “La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2025”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). A pesar de esta mejora, los datos siguen estando por debajo de los promedios de la década de 2010, cuando la IED representaba un porcentaje más alto tanto del Producto Interno Bruto (PIB) como de la formación bruta de capital fijo de la región.
El informe resalta que, aunque las empresas transnacionales que ya operaban en la región han sido responsables en gran medida de este aumento, el interés de nuevas compañías por establecerse en los países latinoamericanos sigue siendo bajo. La Cepal también señala que los aportes de capital, los cuales podrían haber sostenido un crecimiento más robusto, se encuentran estancados, lo que refleja una falta de interés por nuevas inversiones en estos mercados.
El informe de la Cepal resalta que, en términos de sectores, la manufactura ha experimentado un aumento en las entradas de IED, mientras que el sector de servicios ha visto una disminución. En 2024, las manufacturas representaron el 43,6% del total de la inversión extranjera directa, mientras que los servicios se quedaron con un 40,3%. A su vez, los recursos naturales vieron una participación mínima, alcanzando solo un 16% del total regional. Esta tendencia sugiere un giro hacia sectores más industriales, mientras que áreas más tradicionales como los servicios pierden terreno.
En términos geográficos, Brasil y México fueron los países que recibieron la mayor parte de la inversión extranjera directa en 2024, con un 38% y 24% de participación, respectivamente. Este crecimiento fue significativo, con aumentos del 13,8% y 47,9% en las entradas de inversión en estos dos países. Por otro lado, países como Colombia, Chile y Argentina vieron una disminución en la IED en comparación con 2023. Este patrón refleja una concentración de la inversión en países que ya tienen una infraestructura más desarrollada y un marco normativo más consolidado.

El sector minero también desempeñó un papel clave en las inversiones extranjeras. En particular, los minerales críticos para la transición energética, como el cobre y el litio, han captado una parte importante de la inversión. De acuerdo con los datos del informe, entre 2005 y 2024 se registraron 1.152 anuncios de proyectos de inversión en minerales y metales en la región, con un valor total de USD 230.065 millones (198.436 millones de euros). Chile, Perú, Brasil y Argentina concentraron el 84% de este valor total.
El sector de los minerales críticos ha sido especialmente atractivo, con un enfoque en aquellos minerales que son esenciales para la transición hacia energías más limpias. En términos de fuentes de inversión, Canadá y Reino Unido fueron los países más activos, con un 20% de participación cada uno en los anuncios de IED. China, a pesar de su relevancia económica, solo representó un 14%, y Australia un 11%.
El informe también observó un aumento en las salidas de IED desde América Latina, con un crecimiento del 47% en 2023, alcanzando los USD 53.033 millones (45.742 millones de euros). Brasil fue el principal responsable de esta salida, con un 46% del total, a pesar de que las salidas desde ese país experimentaron una leve disminución del 3% respecto al año anterior. Este comportamiento refleja una tendencia creciente de las empresas translatinas, las cuales están comenzando a diversificar sus inversiones hacia otros mercados internacionales.
Estados Unidos sigue siendo el principal inversor en la región, con un 38% del valor total de la inversión extranjera directa en 2024. A pesar de este liderazgo, la Unión Europea experimentó una caída significativa en su participación, llegando a solo el 15%, la cifra más baja desde 2012. El informe también destaca la participación de los países latinoamericanos en la IED, que representaron el 12% de las entradas en 2024. En contraste, la inversión proveniente de China fue modesta, con solo un 2% de participación, aunque la Cepal advierte que las cifras oficiales no reflejan toda la actividad de inversión china, ya que muchas de estas se canalizan a través de terceros países.
