Todo el mundo quiere estar en Ciutat Vella… para lo bueno y para lo malo. El espacio público del centro histórico de Barcelona está sometido a una presión tan fuerte, en gran parte como consecuencia de su condición de contenedor de las actividades y flujos turísticos, que ha llevado al Ayuntamiento a tomar medidas para tratar de restar saturación al distrito. La última decisión en este sentido la ha anunciado hoy el concejal de Ciutat Vella y teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, y pasa por una limitación del número de actos que se llevan a cabo en algunas calles y plazas, una limitación que en el caso extremo del Arc de Triomf y el paseo Lluís Companys será drástica.
El distrito ha actualizado la medida de gobierno vigente del 2017 que establece los criterios para autorizar actividades en la vía pública. La medida restrictiva parte de unos números muy elocuentes: el año pasado se gestionaron en el distrito cerca de 2.000 ocupaciones del espacio público –más de cinco al día de media–, a las que hay que sumar las 429 manifestaciones y concentraciones previa comunicación a la dirección de Interior de la Generalitat. Demasiada actividad, según denunciar los vecinos en los órganos de participación ciudadana.
Las restricciones afectarán también a concentraciones que tienen lugar en la plaza Sant Jaume
El mayor recorte afectará al paseo Lluís Companys. A los pies del Arc de Triomf –monumento bastante ignorado hasta hace unos años y de un tiempo a esta parte imprescindible para los visitantes que se desviven por publicar imágenes de Barcelona en las redes sociales– se celebraron el año pasado 67 acontecimientos, seis más que en el 2023, muchos de ellos de gran formato e impacto. Es difícil encontrar un fin de semana en el que no haya programada una feria, un festival, una muestra gastronómica, un concierto en este espacio. Si se cumple el anuncio hecho por Batlle la cosa cambiará, y mucho. El Ayuntamiento quiere pasar las tijeras de podar y limitar el número de actividades a un máximo de 25 por año.
También habrá rebajas en otros espacios, incluida la plaza Sant Jaume. En el kilómetro cero de Barcelona se limitarán las autorizaciones, la actividad se restringirá principalmente a actos institucionales. Seguirá habiendo manifestaciones frente al Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat, pero la permisividad se aplicará solo a concentraciones que no requieran infraestructura, tarimas o elementos sujetos a licencia de ocupación.
“Hemos de llegar a un equilibrio entre la centralidad del distrito y la vida vecinal”, ha dicho Albert Batlle, quien ha añadido que se priorizarán los actos “con vinculación con el territorio y las entidades”. Es la punta de lanza de una estrategia que engloba a toda la ciudad a partir del propósito de las autoridades de descentralizar al máximo la actividad potenciando el criterio del escenario de proximidad siempre que sea posible.
La medida de gobierno establece una clasificación de espacios para actos en la vía pública. Por un lado están las llamadas “zonas con tensión acústica”, donde se impondrán más limitaciones horarias y controles sonoros en actividades con música. Y, por otra parte, se crea la categoría de “espacios protegidos” (ver la lista adjunta), emplazamientos que por requieren una gestión más cuidadosa del impacto de las actividades que tiene lugar en ellos, ya sea por la proximidad de viviendas, escuelas, centros sanitarios o edificios con valor histórico y patrimonial. En estos lugares se requerirán unas limitaciones de aforo, infraestructuras y sonido, además de restringir el número de actividades permitidas. Tendrán preferencia aquellos actos que cuentan con una trayectoria consolidada y que se considera que tienen un “impacto positivo”
Los espacios protegidos
Han sido declarados espacios protegidos la plaza del Rei, la plaza de la Mercè, la plaza Duc de Medinacelli, la plaza Vila de Madrid, la calle Hort de la Bomba, la plaza Hilari Salvadó, la plaza Sant Just, Pla de Palau, la plaza Sant Jaume, la calle Carme Simó, la calle Pintor Fortuny, la plazuela Martina Castells, la plaza Terenci Moix, la plaza dels Àngels, la avenida de la Catedral, el paseo Lluís Companys, el paseo del Born, la Rambla y el parque de la Ciutadella.
La actualización de los requisitos para autorizar actos en el espacio público de Ciutat Vella ha tenido en cuenta los efectos de las altas temperaturas, tanto para los trabajadores como para los asistentes. Este apartado incluye aspectos como el ajuste de localizaciones a espacios con sombra, la instalación de carpas, la limitación de actividades en las horas centrales del día –sobre todo cuando van dirigidas a menores o personas mayores–, la incorporación de pausas de hidratación o incluso la posibilidad de suspender las actividades al aire libre o en espacios no climatizados en caso de alerta roja por temperaturas muy altas.