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lunes, julio 21, 2025

Las fotos más faranduleras de Carlos Menem: fama y poder en tiempos de pizza con champagne

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Con el uno a uno en su punto más hot, la Argentina se convirtió en un set de lujo para las visitas internacionales. Y claro que, encantado y haciendo gala de su comentado carisma, Carlos Saúl Menem (1930-2021) se entregó a los flashes para la posteridad. Las visitas oficiales de grandes celebridades durante su gestión de 10 años y 155 días fueron moneda corriente. Y el desfile de nombres, abrumador.

En su despacho, en Olivos o en viajes de Estado, el caudillo riojano que dirigió los destinos del país durante dos mandatos (de 1989 a 1999), se fotografió con figuras que van desde Lady Di y la reina Isabel II a Xuxa, Susana, Mirtha, Charly y los Rolling Stones. Era una postal constante, flash tras flash: Menem fotografiado junto a modelos, cantantes, vedettes, actores, empresarios, en fiestas privadas o en eventos públicos.

Además, las imágenes tenían un código visual inédito para la política de la época: el máximo jefe de Estado iba siempre más lejos de lo protocolar y se fotografiaba a las risas, bailando o hasta chocando copas. Siempre obnubilado por el allure de personalidades de Hollywood, la «sangre azul» de la realeza, la farándula de tapa de revistas y el aplauso de los cantantes del momento, el «Turco» conseguía casi lo imposible: nadie se le negaba.

Carlos Menem recibió a Lady Di en Argentina en el año 1995. Fue una visita oficial de Diana de Gales al país, donde mantuvo un encuentro con el entonces presidente y su hija Zulemita en la quinta presidencial. De ella dijo que era “tan sencilla como elegante” y que “irradiaba una luz distinta”.

Durante los años dorados del menemismo, la frase “pizza con champagne” se convirtió en emblema de una Argentina donde la ostentación y el espectáculo iban de la mano con la política. La frase fue acuñada por la fallecida periodista Sylvina Walger, autora del libro definitivo de un momento de la historia del país en el que la fiesta menemista solo admitía burbujas, exclusividad y listas V.I.P.

El menemato convirtió la política en farándula, y viceversa. En ese escenario desbordado de contraste social y brillo importado, las reuniones en Olivos eran tan pop como mediáticas, y funcionaban como vidriera de una época que mezclaba lo popular y accesible con lo excéntrico y exclusivo. “Pizza con champagne” no era solo un menú, era una síntesis brutal de la dualidad nacional: lo que se podía tocar y lo que solo se podía mirar por televisión y consumir en medios gráficos como GENTE.

1995, dos presidentes sonrientes y distendidos. El encuentro con Bill Clinton se dio en el marco de una política exterior alineada de manera casi total con Washington. Fue en este contexto que Menem acuñó su ya célebre y polémica frase sobre las «relaciones carnales» con Estados Unidos. La reunión en Olivos fue ratificación de esa alianza.

Carlos Menem supo cultivar vínculos con distintas casas reales del mundo, consolidando una imagen de líder internacional carismático y afín al glamour del poder global. Y hablaba con la misma naturalidad con la reina Isabel II (con quien rompió el protocolo) como con estrellas de televisión, rockeros y divas pop. Lejos de mostrar distancia, el presidente que amaba los trajes Armani y las Ferrari y era asesorado por distintas brujas y videntes (como se muestra en Menem, la serie dirigida por Ariel Winograd) capitalizaba cada foto para reforzar su estilo seductor y desacartonado.

Al encontrarse con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, en lugar de limitarse a la clásica reverencia y apretón de manos formal, Menem intentó darle un beso en la mano. Sí, un beso. Fue en el Reino Unido, en 1998. Los titulares grandilocuentes eran todo un clásico del riojano. «La Reina nos confesó que la conquistamos», le dijo a GENTE en alusión a la «reconciliación a dieciséis años de la guerra en Malvinas».

El costado más cholulo de un presidente, a puro flash

Durante la visita de Estado a Inglaterra de 1998, Zulemita, quien ejercía el rol de «primera dama» junto a su padre, bailando con el por entonces príncipe Carlos.
La diplomacia con show siempre ayudaba a abrir puertas. El encuentro entre Carlos Menem y el príncipe Andrés, duque de York y tercer hijo de Isabel II, tuvo lugar durante una visita oficial del royal británico a la Argentina en 1995.
“Se lo iba a ver como un presidente abierto, que podía recibir británicos”, aseguraba Tata Jofre, el asesor de Menem en plena campaña por la reelección. El 10 de febrero del ’95, la recepción de los músicos en Olivos fue con pizza, champagne y habanos.
La fiesta de los Stones con Menem en la mansión del Four Seasons, ante las cámaras de GENTE, fue más que icónica. Sus Majestades Satánicas habían reservado 80 habitaciones para 12 días.
Carlos Menem recibió a Claudia Schiffer en la Quinta de Olivos en 1996. La escena tuvo un timing perfecto: se dio en el mismísimo momento en el que las supermodelos dominaban la agenda como querían, no salían de la cama por menos de diez mil dólares –como dijo Linda Evangelista– y eran verdaderas rockstars.
Carlos Menem y Susana Giménez, otra postal del «romance» entre espectáculo y política. «Vos sos la mujer que cualquier hombre querría tener a su lado», le dijo el mandatario a la conductora en una entrevista. «Me encanta su estilo de vida, es tan canchero», lo legitimaba Su.
Carlos Menem junto a Moria Casán y Susana Giménez al recibirlas en Olivos en el año 1992. Sí, la quinta era escenario de grandes mesas llenas de personalidades de la farándula. Un año antes, Zulema le había pedido el divorcio por “injurias graves e infidelidad” tras ser echada violentamente de Olivos.
«Siempre que vengo a tu programa me siento como en casa», le dijo el mandatario a Mirtha Legrand en uno de los tantos programas a los que fue invitado. La seducción de «El Turco» nunca dormía.
No se trató de una alucinación colectiva. Acaso una de las imágenes más icónicas de los 90’s en el almuerzo más visto del país: Menem bailó árabe con la odalisca Fairuz en el programa de Mirtha y desbloqueó un nuevo nivel.
Lo de Diego Maradona con el Turco fue ambiguo. Si bien celebró su segunda presidencia (en la imagen, retratado post triunfo) y lo consideraba un amigo, tiempo después el astro se mostró crítico.
«No compartí muchas cosas de su gobierno. Lo respeto como persona, pero no me gustó cómo entregó el país», diría El Diez tiempo después. Ya se había dado la famosa traición del menemismo a Diego: en abril de 91, el gobierno hizo llamar a los medios para que lo retrataran en medio de una detención por tenencia de cocaína.
Menem y Xuxa, fotografiados con Ricky Maravilla. En épocas de «los nuevos ricos, o exponentes de la pizza con champagne es muy chic participar de la fiesta bailantera», analizaba la periodista Sylvina Walger. Durante los 90’s, los hits cumbieros marcaban el pulso del siga-siga menemista.
La prensa especuló sobre una supuesta relación romántica entre el por entonces presidente y Xuxa, la «reina de los bajitos». Los rumores fueron un condimento que le dieron un toque de intriga al encuentro.
Carlos Menem recibió a la conductora brasileña en la Quinta de Olivos en 1991. Ella, con minifalda y súper bucaneras; él, fresco y descontracté, con un jean y una chomba blanca. Compartían una amistad que fue bastante comentada en los medios de comunicación de la época.
1999. Menem y Charly, sin partituras y a puro show. El presidente recibió a la leyenda del rock con el brazalete del Say No More y la imagen quedó para la historia. La alquimia entre dos figuras públicas que, según sus íntimos, gozaban del cholulaje más que nadie, fue perfecta.
«A mí ya me había ofrecido algo político cuando él fue presidente y le dije que no. Se enojó conmigo. No acepté porque no va con algunas de mis ideas y era mi imagen. Durante su presidencia, jamás trabajé”, contó Luisa Albinoni, quien calificó su historia como una «de amor y amistad».
Durante su mandato, Menem mantuvo una relación cercana con el Vaticano. Sus encuentros con el Papa Juan Pablo II fueron seis en total: la última visita registrada fue el 22 de noviembre de 1999.
Carlos Menem recibió a la popular actriz mexicana Verónica Castro en la Quinta de Olivos en 1992 en su etapa de presentadora de televisión. En esa época condujo ¡Y Vero América Va! (un megashow en vivo donde se presentaban figuras como Selena) y participó en el programa italiano Buonasera.
La complicidad con María Julia Alsogaray, todo un ícono de los 90s, fue muy comentada y quedó retratada por los paparazzi. «Mi imagen de comehombres, mi manera de ser afectuosa con los hombres, nunca pasó de lo correcto», aseguraba ella. Primero interventora de ENTEL y más tarde Secretaria de Medio Ambiente, la ingeniera (en la serie encarnada por Mona Antonópulos) fue la única figura del gobierno de Menem en cumplir sentencia: fue condenada por malversación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito.
El encuentro entre Carlos Menem y un joven Néstor Kirchner, por entonces gobernador de Santa Cruz. Si bien han tenido varios desencuentros, en 1994, durante una visita a El Calafate, Néstor no dudaba en elogiarlo diciendo que, después de Perón, ningún otro mandatario había sabido escuchar a su provincia como lo había hecho el riojano.
El encuentro de «el Carlo» con Michael Jackson data de 1993 cuando el rey del Pop bajó al país para presentarse en el estadio River Plate como parte de su monumental gira Dangerous World Tour, que recaudó 10 millones de dólares.
1990: el entonces presidente de Estados Unidos visitó Argentina en el marco de una gira por América Latina. George Bush, que era fanático del tenis, aceptó la propuesta de Menem de jugar un dobles amistoso en la Quinta de Olivos. La política exterior también se jugaba en polvo de ladrillo.
Menem admiraba profundamente a Guillermo Vilas, al punto de considerarlo un emblema nacional, y solía bromear diciendo que si hubiera tenido su revés, se habría dedicado al deporte profesional. Un campeón internacional que supo ser novio de la princesa Carolina de Mónaco estaba muy en sintonía con la construcción de un presidente celeb-friendly.

Fotos: Archivo Atlántida
Búsqueda y digitalización de material de archivo: Gustavo Ramírez
Contacto del Archivo Atlántida: María Luján Novella. Teléfono: +54 911 3903-8464. E-mail: [email protected]

Redacción

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